Los problemas de un adolescente

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Había desafinado por cuarta vez en un ensayo y Leopold lo notaba, algo no andaba bien conmigo, siendo francos... no pensé que aquello me afectara tanto
-tomemos un descanso- dijo Leopold sentándose a lado mio
-no se que me esta pasando, el día de hoy no me siento tan bien...-
-ya llevas varios días sintiéndote no tan bien hijo, ¿vas a contarme esta vez que te tiene tan afligido?-
-no siento nada en particular-
-mmmh, bien... entonces puedo averiguarlo yo mismo, ¿hay algún compañero molesto recientemente? ¿algún secreto que no debes decir? ¿alguna chica?- fueron esas ultimas palabras, mi mirada me delató rápidamente y Leopold lo supo, no tuve mas remedio que contarle todo y él como siempre supo que decir

-cuando tuve tu edad también había una chica que me volvía loco, su nombre era Marina, la chica mas bella que jamas habías visto... recuerdo que ella tenía ojos azules y una cabellera roja, tan roja como el fuego, yo traté de cortejarla muchas veces... pero ella siempre me decía, que quería alguien que le enamorara con una canción, entonces aprendí a componer música y letras, después ella dijo que lo que realmente le atraía de un chico era las letras de un poema y comencé a estudiar la literatura, por ultimo ella dijo que se moría por las estrellas de cine, así que estudie teatro e improvisación, con todas mis nuevas virtudes trate de conquistar el corazón de Marina-
-¿y que pasó después? ¿lo logró?- 
-pues... al final Marina se fue con un chico en motocicleta que no sabía de música, literatura o teatro... a duras penas el tipo sabía leer pero prometía a Marina una vida de ensueño, Marina terminó casada con él, con 3 hijos y su esposo como mecánico-
-¿vaya vida de ensueño no?-
-si, supongo que si- dijo Leopold sonriente, tal vez en aquel tiempo él se sentía como yo... y sin embargo ahora se reía recordándolo como una anécdota graciosa
-¿y no se arrepiente de haberla conocido?-
-en absoluto hijo, si no fuera por Marina... yo no hubiera encontrado mi vocación actual, no hubiera sido maestro de artes y... no hubiera conocido a mi verdadera mujer amada- Leopold sostuvo en sus manos la foto de Constance su esposa, hacía algunos años que ella había fallecido- debes recordar Milo, todo lo que pasa en nuestras vidas no es mas que un cruce de caminos, tu decides si estas cosas te llevan por el mal... o por el  bien, si dejas que esto te afecte... entonces tendrás mas problemas de los que realmente necesitas, ¿entiendes?-
-creo... creo que comprendo- y realmente comprendía, si Leopold había superado todo aquello... entonces yo igual podía hacerlo, quizás... todo aquello me serviría para mi futuro.
Al día siguiente llegué al instituto con una expectativa indestructible, las palabras de Leopold realmente me habían cambiado la visión de las cosas, saludaba a mis amigos como si nada y para entonces Bety ya no parecía la gran cosa, había dejado de ser su pasatiempo y eso ella comenzó a notarlo, no comprendía por que... pero pareciera que ella me quisiera solo para ella aunque no fuera su novio, parecía que Bety no aceptaba la idea de independizarme de ella y entonces... Bety movió sus cartas.

El Arlequín: origen de un asesinoWhere stories live. Discover now