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Estaba por regresar a casa cuando una voz me detuvo
-parece ser que fue una perdida de tiempo... ¿no?- dijo aquella voz
-¿disculpa?- al darme vuelta pude verla, una joven escondida entre los arboles de la noche, estaba ahí sentada en una banca, su cabello largo y negro, sus ojos café oscuro y unas gafas algo grandes,
-no creo que ella recuerde una sola palabra de lo que le dijiste, en lo personal creo que ahora mismo debe esta con el chico de aquel auto teniendo sexo... o hablando de ti... o las dos cosas- el aspecto de aquella chica era de lo mas extraño su mirada parecía ausente, pero vaya que estaba aquí, incluso su forma de hablar, parecía la de una niña inocente que pregunta por todo, pero sus palabras hirientes solo demostraban su apática personalidad
-lo siento, aveces hablo mas de lo que realmente debo- dijo ella como si pudiera leer lo que pensaba en ese momento- mi nombre es Lanna, ¿y el tuyo?-
-me llamo Milo-
-oh, Milo... fue divertido verlos, pero creo que esa chica no va a traerte nada mas que problemas-
-¿no tienes nada mejor que hacer mas que ver a los demás?-
-de hecho si, yo estaba aquí sentada leyendo mi libro cuando ustedes llegaron a sentarse justo ahí y hablando tan alto como si se tratará de un show- no supe que decir en ese momento
-no importa- continuó- de todas formas ya tenía que irme- y así sin mas sin esperar respuesta alguna ella se marchó.
Al volver a casa me encontré al señor Leopold con una terrible tos
-señor!- dije acudiendo deprisa con él, pero la tos de Leopold parecía incontrolable- por todos los cielos, voy a llamar a la ambulancia-
-estoy bien... de veras hijo, solo es...- pero no podía decir nada mas, aquella tos se volvía mas severa, la ambulancia  llegó rápidamente por suerte, subieron a Leopold a una camilla y lo llevaron de inmediato al hospital. 
Recuerdo estar sentado en la sala de espera toda la noche y no fue hasta la mañana siguiente que recibí noticias, el doctor vino a mi y me lo contó todo
-en palabras simples el señor landes durante mucho tiempo padecía de un particular virus, se le conoce como "epideinos"  se genera en lo huesos y puede ir dañando lentamente otros órganos del cuerpo, no es contagioso... y hay un tratamiento, es posible que... su padre pueda reponerse-
-¿cuanto tiempo se va a quedar en el hospital?-
-no mucho, me temo que con el tratamiento adecuado el señor landes puede vivir por varios años mas-
-¿puedo... pasar a verlo?-
-claro, acompáñeme por favor-.
Postrado en cama se encontraba el señor Leopold Landes algo debilitado
-ah... Milo, no habrás faltado a clases por esta simple tos-
-señor Leopold...- 
-no preocupes de esto Milo... lo que tengo es una enfermedad que ha estado en mi familia a través de las generaciones, es totalmente inofensiva para unos cuantos que tienen... algo especial, en cambio... para los landes como yo sin ninguna cosa especial... morimos de este epideinos-
-usted no va a morir... almenos no ahora por esto señor Leopold, eso dijo el doctor-
-oh... muchacho- Leopold me miró por unos segundos con una sonrisa leve en el rostro-
-tienes razón hijo, almenos no por ahora-

El Arlequín: origen de un asesinoWhere stories live. Discover now