Capitulo I

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Los personajes de esta historia son míos aunque hacen alusión a personajes de la historia original de Nagita/Igarashi.

Lo demás son inventos y ocurrencias propias.

Esta historia hace referencia a escenas eróticas, sexo explícito, uso de bebidas embriagantes y en ocasiones lenguaje soez y modismos mexicanos. Por lo que el traductor puede generarle problemas a quien me haga el honor de leer mis humildes fics en otros países.

Al final de cada capítulo hago unas breves acotaciones con el significado de los modismos y en la medida de lo posible estaré agradeciendo sus comentarios personalmente.

CAPITULO 1

-¿Qué, qué? ¿Qué dicen señoritas? ¿quieren que toque canciones con la guitarra y que les lea poemas?, mmmm, no apreciadas amigas. No puedo hacerlo... es que, ¡mírenme! soy un hombre, y sin afán de ofender, eso para mí es tema de poetas o músicos y ambos me resultan... empalagosos. -Devolvió el grueso libro de poemas a las suaves y blancas manos que se lo habían entregado.

-Entonces, podrías hablarnos del amor... anda Guillermo, es un buen tema.

El amor, el bendito amor... eso era lejos de ser buen tema y algo por cierto muy difícil de tratar. No había mucho que decir, ni quería hacerlo, pues nada agradable recordaba de la única vez que creyó haber amado fervientemente a una persona. Su semblante cambió, se quedó pensativo y respondió tratando de no mostrar sus sentimientos:

-Los besos, las parejas y esas cosas... todo se resume a una necesidad mutua, de tiempo, atención, afecto... casualmente si tal necesidad no es recíproca, entonces el sentimiento se muere... ¿entienden ahora mi postura sobre el tema? El amor de verdad no debería ser hipócrita, ni voluble, ni convenenciero... les juro, que no conozco a una sola persona que sea capaz de entregarlo todo a cambio de... nada. Pero ¿quién soy yo para hablar de todo eso? por supuesto, un gran ignorante del tema, lo que me convierte en el menos indicado para tocarlo...

Algo similar al resoplido de un caballo, salió de los labios del joven al dar por zanjado el tema. Se alisó el cabello entre los dedos y se colocó de nuevo la fina texana color chocolate en la cabeza, en un gesto de ligero fastidio. ¿Era su imaginación o la odiosa primavera había convertido todo en bombones, corazones y caramelo? las chicas estaban más sonrientes que de costumbre y lo miraban de una forma más extraña.

-Vamos amigas, prefiero conversar con ustedes de temas más... objetivos, más prácticos. Total, no tenemos toda la vida por delante para estar aquí... seguro tendrán algo mejor que hacer que escucharme parlotear sobre temas que desconozco.

Una atolondrada chamaca llegaba tarde y subía a trompicones, enfadada por creer que se perdía de un intenso debate. Tropezó en el penúltimo escalón y poco faltó para que embarrara su bonita cara en el suelo. Guillermo acudió en su ayuda, pronto todas aquellas espectadoras hicieron una nota mental del incidente... con suerte, la próxima dama en peligro podría ser una de ellas... tropezar al bajar del kiosco, ser picada por una abeja, una basura en el ojo, una torcedura bien actuada, un fuerte dolor de cabeza, ¡un desmayo para ser llevada en sus fuertes brazos hasta la clínica!

-¡Por favor! debe haber algo que te apasione, algo que acelere tu corazón, llámale como gustes, ¡pero cuéntanos! ¿si? -la voz de Marina, suave y aguda como ratoncillo de campo le dio una buena idea a Guillermo.

PIENSA EN MÍ Where stories live. Discover now