Capitulo 18.

12 0 0
                                    

"Mañana liquidamos al primo de Benavidez, el que mataste. Estate despierto" Me dijo Trueno cuando me retiraba para ir mi hogar en busca de descanso.

Estrella lamentablemente no esta disponible esta noche, alguien fue más rápido.

Cuando desperté sentí una especie de culpa, por mi atrocidad.

Asesine a una persona y lo hice sin remordimiento, eso debería hacerme sentir mal...Pero no estoy así.


Estoy caminando por el comedor de mi casa con un libertinaje hipócrita, como si fuese un tipo sin ninguna muerte encima de sus hombros.

Soy más hijo de puta que Raul y aun así, me siento bien.

El primo de Benavidez, el tipo que mate ayer, se encuentra a pocas cuadras del prostíbulo, pero con una custodia de sus hombres formidable.

El primo de Benavidez, mejor conocido como el negro "Ali" , es una de las grandes competencias del negocio de Leiva.

Trueno ademas, me contó que eran una especie de sociedad antes, pero debido a una disputa, todo se transformo en guerra para ellos.

En medio de mis recuerdos, el teléfono suena.

Me acerca a la mesa redonda de mi comedor y agarro el celular para atender.

-¿Estas en tu casa? -Preguntan del otro lado con voz sensual.

-Así es. -Respondo con galantería.

-Entonces abrime...-Me pide con sensualidad Estrella.

Camino hacia la puerta de entrada y abro.

Estrella se abalanza hacia a mi y me abraza con una gran sonrisa.

-¡Felicitaciones! -Me dice apartándose y comenzando a caminar por el comedor.

-¿Por qué? -Pregunto yo cerrando la puerta y sin entender el abrazo.

-¡Leiva te acepto! Es una escalón más cerca de completar el plan. -Dice jugando con un chupetin rojo por sus labios pintados de azul.

Ahora que me percato, Estrella esta radiante y más hermosa de lo común.

Su pelo rubio tiene ondas que reflejan a la perfección la luz del sol. Sus manos tiene las uñas pintadas y arregladas. Sus ojos celestes contrastan con el negro delineado y sus labios azules encajan a la perfección con sus pómulos ruborizados.

Su ropa parece de los años ochenta.

Remera ajustada amarilla, jean celeste con cinto rojo y una campera de cuero roja que hace juego con sus zapatos de igual color.

Ella esta esplendida, incluso me siento desentonar con mi presencia.

Mi pelo negro, mis ojos marrones, mi barba de una semana encajan a la perfección con mi remera gris y mi pantalón negro. Pero no con ella.

-¿Vas a algún lado? -Pregunte viéndola con mi boca abierta a punto de dejar caer una baba.

-Vine acá ¿No? Ademas....¿Una chicano puede ponerse linda para ella misma? -Pregunto con altanería

-Esta más que bien, no dije nada.-Conteste avergonzado.

-Hay que festejar tu logro nene. ¿Tenes copas? -Dijo sacando una botella de una bolsa que tenia en su mano.

Es tanta su belleza que solo ahora logro ver esa bolsa.

No dije nada, estoy obnubilado.

Ella se manejo con sensualidad por la casa, encontró las copas y sirvió el champan

-¿Champan? Son como las dos de la tarde. -Conteste saboreando el liquido burbujeante.

-¿También tiene que haber horarios para las bebidas? -Pregunto molesta- ¿Hoy van a matar a Ali?

-¿Cómo sabes? -Pregunte asintiendo con la cabeza.

-Soy puta, no idiota. Marcelo no era el único hombre de Leiva que me usa y los hombres excitados pueden prometer y decir lo que sea. Incluso los secretos. -Dice sonriendo.

-Si...Hoy hay que matar a Ali.

-Tiene una gran custodia, tené cuidado. -Me pidió dejando la copa en la mesa.

-¿Te preocupo yo ahora?

-Me preocupa el plan nada más. No saltes que la piñata esta alta todavía.

No conteste, tampoco sabría que decir.

Así es Estrella, capaz de insultarte y con una sonrisa hacer que le pidas perdón.

-Después de trabajar, pasa a visitarme. -Dijo como despedida Estrella.

-¿Ya te vas? ¿Tan pronto?

-Ya te lo dije...No sos mi príncipe azul. Hasta la noche. -Sonrió cerrando la puerta.

-Hasta la noche...-Dije en el vació de mi casa.

Encendí otro cigarrillo, y me puse a ver la gente andar por la calle desde la ventana del comedor.

Cuando tengo estos breves momentos,siento que mi cuerpo esta dividido.

Por un lado tengo un gran presentimiento de que todo va a salir mal.

Y por el otro, siento que no tengo nada que perder.

Hace un mes que no escribo nada, que no tengo inspiración.

¿Pueden convivir en un mismo cuerpo un escritor y un asesino?

Es un experimento que de seguro terminara mal...Como paso con "El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde" Es una mezcla explosiva y algo me dice, que el detonante tiene ojos celestes.

¿Hasta donde puedo confiar en una mujer como Estrella?


¿Hasta donde un hombre se puede arriesgar por la bella de una piel perfumada?

El cuento del pibeWo Geschichten leben. Entdecke jetzt