>4<

3K 424 66
                                    

~En la cabaña~

Los rayos del sol entraron por la única ventana de la construcción despertando levemente al castaño. Miró unos minutos al peliblanco dormir, no sabía en que momento acabaron durmiendo abrazados, pero no le dio mayor importancia.

Se separó del contrario para poder sentarse, miró hacia la ventana mientras pensaba si despertar al contrario o dejarlo dormir. Se decidió por la pimera opción.

-Wilfred, despierta- Dijo moviendo levemente al contrario, viendo que no reaccionaba ante esto decidió ser menos delicado. -¡Maldito vago!¡Levantate de una vez! -Gritó sacudiendo frenéticamente al menor.

-¡Agh!Ya estoy despierto- Dijo agarrando al castaño por los brazos para que parara de sacudirlo. -Ni mi madre cuando me despertaba tarde me gritaba tanto.- El mayor rió levemente ante el comentario, cosa que le hizo sonreír.

Al cabo de 1 hora ya habían destruido la cabaña y se habían preparado para seguir su camino. El castaño inconscientemente buscó la foto en su bolsillo, notando que no había nada.

-¿Pasa algo?- Preguntó Willy mirando al mayor, el cual parecía preocupado y triste a la vez.

-La foto...- Fue lo único que dijo acelerando un poco el paso ,seguido de su mascota, para adelantar al ojiverde, no quería que este viera las lágrimas que caían por su rostro. Cosa que no sirvió de mucho, Willy sabía perfectamente que el castaño estaba llorando en silencio por aquella foto ahora perdida en algún lugar del bosque.

"Es muy inestable... ¿seré capaz de hacerlo sentir bien?" Ese pensamiento cruzó por la mente del peliblanco observando a su amigo a andar mientras lo seguía.

Al cabo de un rato el mayor se detuvo en seco.

-No sé por donde ir...-

-Claro que no lo sabes, si soy yo el que sabe a donde vamos- Comentó el menor adelantando al contrario para andar, escuchando las pisadas de su amigo detrás suya.

El camino poco a poco perdió ese aire incomodo, empezando una pequeña charla que se fue convirtiendo en una conversación de horas, llena de chistes, anécdotas graciosas y sobre todo, Willy desviando siempre la conversación para no hablar de cierto chico con piercings.

~En Karmaland, en la comisaría~

Allí estaban nuestros dos comisarios, sin trabajo que hacer. Era un día bastante tranquilo en el pueblo, no había quejas por parte de nadie. Bueno, si las había, pero no de tema legal.

El chico de la máscara de búho andaba de un lado a otro con el teléfono en la mano esperando una respuesta de su hermano oscuro, el cual llevaba un día sin responderle. Mientras tanto el del casco de Star Wars observaba a su compañero algo irritado.

-Tío para ya, estas paránoico.- Habló por fin el menor, con un notable enfado en sus palabras.

-No lo estoy, él no tarda tanto en responder.- Respondió el otro desviando su mirada del móvil para ahora ver a su compañero.

-Ya, el no tarda pero puede que se le haya roto el móvil o algo.- Dijo el azabache intentando calmar a Fargan.

-¿Y cómo me explicas que ayer fueran a reventarle el huerto y no haya puesto una denuncia o le haya mandado a volar la casa a alguien?- Preguntó algo molesto, ya que nadie comprendía esa preocupación que lo acompañaba desde ayer.

-Vale, eso si que es más extraño...- Alexby no podía negarlo, eso no era normal. Pero no le daba mucha importancia, al menos no hasta que el de la máscara de pregunto aquello.

-Lo ves, hay algo raro.-

-Mira, que te parece si vamos a su casa y comprobamos que este bien. Pero con la condición de que luego dejes de andar como un maniaco por la comisaría.- Propuso el azabache mirando al contrario .

Y así ambos fueron a la casa de Willy, donde efectivamente vieron su huerto roto. Tocaron a la puerta de la casa esperando una respuesta que no llegó.

Tocaron una y otra vez, sin recibir respuesta. Un tanto harto fue Alexby el que llamó al peliblanco a su móvil, esperando que este le atendiera para preguntarle porque demonios no abría.

-Ring, ring...- Se escuchó dentro de la casa, dejando a dos comisarios extrañados. ¿Por qué su amigo no llevaría el móvil consigo?

~En el otro pueblo~

Eran las 1 de la tarde cuando los dos amigos llegaron al pueblo. Willy guiaba a Luzu hacia la casa de su prima, era una pequeña casita con 2 habitaciones, por lo que ambos dormirían juntos. Era un hogar acogedor y bastante simple, pero a la vez eso lo hacia hermoso.

Durante la tarde de ese día Isi (la prima de Willy), Luzu y Willy se fueron poniendo al día, contándose sus vidas y riendo de sus momentos graciosos pero también incluso de sus desgracias. Los 3 estaban a gusto charlando,mientras Manolo dormía plácidamente luego de la gran caminata de ese día. Sin duda sería un buen tiempo para todos y de descanso.

O al menos eso pensaban antes de que el teléfono fijo sonará.

¡Vámonos! (LuzuRex)Where stories live. Discover now