ENCRUCIJADA DE AMOR EP3 (SPANISH)

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Krist abrió la puerta, quedando completamente paralizado en cuanto vio al hombre que estaba en el otro lado. Por unos segundos pensó que era uno más de esos sueños suyos en los que Singto aparecía de la nada para jurarle amor eterno aunque, tras ver la expresión culpable en el rostro de éste, comenzó a temer que era real.  Que Singto estaba allí, en su piso... con lágrimas en sus ojos y una sonrisa trémula en sus labios.

- "Singto.."

Éste, nada más escuchar su nombre, dejó escapar un sollozo y se dejó caer sobre el suelo.

- "Lo siento, Krist... lo siento mucho, te fallé..."

- "Yo..." - comenzó a decir Krist cuando, un leve ruido, hizo que mirara hacia una de las puertas. Una señora mayor, acompañada por un perrito pequeño, abría la puerta de su casa intentando no mirar hacia donde ellos se encontraban.

Con un gruñido tomó a Singto del cuello de su camisa, haciendo que se levantara.

- "Entra ahora mismo..." - murmuró, en voz baja, mientras observaba las puertas de los demás pisos y se preguntaba cuantos de sus vecinos estarían mirando por la mirilla.

Singto, mientras tanto, había dado ya un par de pasos hacia el interior del apartamento. Todos ello mientras intentaba limpiar su rostro de lágrimas.

- "Krist, sé que no quieres escucharme.. y me lo merezco. Pero yo.. yo te amo. Yo..."

- "Singto, en serio, ¿se puede saber qué haces aquí?" - preguntó Krist mientras cerraba la puerta y se volvía hacia él - "deberías estar con tu novio..."

- "¡NO!" - exclamó Singto mientras intentaba tomar una de las manos de Krist entre las suyas - "Ohm no es mi novio, nunca volví con él..."

Krist sonrió irónicamente.

 - "Vamos... sé que ha estado viviendo contigo todos estos meses. No intentes engañarme en mi cara, no volveré a caer..."

- "Lo digo en serio, Krist... nunca volví con él pero... cometí un error una noche y... sentí que debía darle una oportunidad. Pero no funcionó... nunca pude olvidarte y así se lo dije el otro día en la tienda..."

Krist se mordió el labio inferior mientras las palabras de Singto le hacían recordar lo que había visto en la grabación de una de las cámaras de seguridad del establecimiento. La verdad era que, tras escuchar lo que se habían dicho, había estado dándole vueltas al asunto... incluso, acurrucado en su cama, había pensado en ir a ver a Singto y exigirle que le dijera la verdad pero, al final, había preferido esperar a ver qué hacía el joven..

"Si me quiere, que sea él quien de el primer paso.. es lo menos que debería hacer después de por lo que me ha hecho pasar..."

Y eso había hecho, especialmente tras  recordar una mañana, una semana después de su renuncia, en la que, sin que se lo esperara, el padre de Singto se había presentado durante uno de sus turnos en la biblioteca. El hombre se había disculpado por lo que le habían hecho su mujer y su hijo y, tras asegurarle que nunca volvería a pasar, le había ofrecido su antiguo puesto en la compañía.

En un inicio se había negado rotundamente pero, tras escuchar las condiciones de su regreso, no había podido más que aceptar. Especialmente después de que el hombre le hubiera cogido de sus manos y hubiera comenzado a  llamarle hijo.

- "Al fin y al cabo eso vas a ser cuando mi hijo deje de actuar como un idiota..." - le había dicho  mientras le guiñaba un ojo - "a menos que ya no lo ames..."

Krist había enrojecido, haciendo que Mr. Ruangroj comenzara a reír.

- "Entonces no hay nada más de qué hablar, salvo... en fin... un pequeño detallito. No quiero que busques a Singto, deja que sea él quien venga a ti... es lo menos que te mereces después de por lo que mi hijo te ha hecho pasar, que se esfuerce un poco..."

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