Capitulo 1

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CAMILA

Ciudad de New York

Cruzando abruptamente de la izquierda y a derecha por las calles, esquive a gente en mi prisa por llegar a mi entrevista a tiempo. El clima en Nueva York era húmedo y sofocante. Estaba muy contenta de haber atado mi cabello largo en un moño.

Agarrando firmemente mi bolso, corrí por la acera, revisando frenéticamente mi reloj. Mi avión se había retrasado y prepararme en el pequeño cubículo de baño de un avión Boeing 737 no era exactamente lo ideal para mostrar un maquillaje y cabello impecables.

Pero valió la pena. Esto era todo para la exposición de mis sueños. Tenía la intención de concretar esta entrevista. No había otra opción. Haría cualquier cosa para encargarme de esta exposición... incluso volar a la costa este a última hora desde California para lograrlo... incluso dejar mi hermosa galería Arte Contemporáneo recién restaurada en la Universidad de California en Los Angeles  en manos del director de arte.

Al llegar finalmente frente al Met(Museo Metropolitano de New York.), corrí por las escaleras en mis zapatos Louboutin negros favoritos, enderezando mi vestido negro sin mangas mientras llegaba a la parte superior. Deteniéndome un momento, inhalé y exhalé lentamente por mi boca, enderecé mis hombros y caminé hacia la entrada.

En cuestión de minutos fui guiada a las oficinas privadas por el asistente del director del museo, y me indicaron que esperara en una pequeña sala dominada por una gran mesa de madera y seis sillas. Las obras de arte, de nuevos artistas, colgaban de las paredes blancas aleatoriamente. Me dejé caer en una silla, jugando nerviosamente con mis manos.

Al oír pasos fuera de la habitación, me obligué a relajarme y sentarme derecha cuando un hombre mayor entró en la habitación.

Vin Galanti. El famoso escultor en persona.

Vin vestía completamente de tweed, con el cabello gris formando un halo esponjoso envolviendo su cabeza. Cada centímetro de él se veía como el excéntrico artista que era. Sus ojos azul claros se unieron a los míos y una amplia sonrisa se dibujó en su rostro.

—¡Srta. Estrabao! —saludó. Me levanté de mi asiento para tomar su mano extendida.

—¡Sr. Galanti! Es un placer conocerlo, señor. He estudiado su trabajo en profundidad.

El Sr. Galanti hizo un gesto para que me sentara. Se sentó frente a mí.

—Por favor, llámeme Vin. Y estoy muy feliz de conocerla también, Srta. Estrabao. Tuve el honor de ver la exhibición de Arte Contemporáneo que organizó en Toronto el año pasado y me quedé muy impresionado.

—Gracias, Vin —le dije en respuesta, genuinamente sorprendida por el cumplido.

—No, gracias a usted. Es verdaderamente un honor conocer a alguien tan joven y tan apasionada por el arte.

—Lo soy, señor —le dije alegremente—. Es el centro de toda mi vida.

Vin se inclinó hacia delante como un niño emocionado. Tuve que controlarme para no reírme de la sonrisa en su rostro.

—Entonces —dijo con complicidad—, Lolo...

—Sí —dije con voz ronca y apenas audible. La simple idea de organizar su obra me hizo sentir débil mis rodillas.

—Por fin estoy poniendo en marcha su primera exhibición y estoy buscando el conservador adecuado para organizarlo. —Sus ojos se estrecharon—. ¿Cree que podría ser usted?

Sweet hope; Camren GiPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora