Capitulo 10

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Lolo

Ella sabia a menta.

Olía a jazmín.

Había perforado a través de mi maldita alma... el alma contaminada que nunca quise que nadie viera.

La lengua caliente de Camila luchaba contra la mía, sus manos se arrastraban perezosamente arriba y abajo por mi espalda. Pero no la quería perezosa. Quería que se retorciera debajo de mí. Quería que gritara mi nombre, que me arañara la espalda, que me devolviera a la vida después de cinco años de estar sin nada más que mi propio jodido corazón como compañía... después de años de nada más que entumecimiento.

Restregando mis caderas contra su coño húmedo, comí sus gemidos que me llenaban la boca. De repente, nos di vuelta hasta que Camila estuvo a horcajadas en mi cintura, sus ojos vidriosos entrecerrados y su boca hinchada abierta mientras me miraba. Tomando una toalla limpia de al lado de mi cama, se la paseé entre sus piernas, eliminando cualquier evidencia de mí de dentro de ella, amando cómo su rostro se sonrojaba ante la acción.

Nunca había visto algo tan jodidamente sexy en toda mi vida como ella a horcajadas en mi cintura. Sus tetas eran del tamaño perfecto para mis manos, y las levanté para sentirlas contra mis duras palmas. Camila echó su cabeza hacia atrás y gimió, mi polla se endureció mientras la presionaba contra su tentador trasero redondo.

Necesitaba saborearla. Necesitaba sentir su coño húmedo contra mi lengua. En menos de un segundo, agarré los muslos de Camila, y con un solo tirón, usé la fuerza de mis brazos para arrastrarla hacia arriba hasta cubrir mi cara. Agarrando fuertemente sus muslos, aplasté su coño contra mi boca. Mi lengua inmediatamente se sumergió en su agujero, retirándose solo para encontrar su clítoris hinchado y lo chupé en mi boca.

―¡Joder! ¡Lo! ―gritó Camila. Miré hacia arriba justo para ver sus palmas golpear contra la pared blanca detrás de la cama mientras sus caderas comenzaban a mecerse contra mi lengua, sus muslos apretándose con cada lamida y cada succión.

Sintiendo mi polla más dura que antes, gruñí, necesitaba desesperadamente que la tocara. Mirando hacia atrás a mis caderas moviéndose contra el vacío, la cara enrojecida de Camila miró la mía. Sacó sus manos de la pared y susurró: 

―Déjame dar la vuelta 

Estaba demasiado ocupada comiéndome su coño, su sabor era adictivo, que no me moví. Pero mientras mis ojos se cerraban, sentí un dedo acariciar suavemente mi frente, haciéndome abrirlos de golpe. 

El hermoso rostro de Camila encontró los míos, pasando su lengua por sus labios rosas. Jadeando mientras succionaba largamente su clítoris. Camila soltó un gran gemido y sentí su clítoris palpitar contra mi lengua plana.

―Lo... por favor... quiero saborearte también... Quiero tu polla en mi boca mientras me lames. Quiero que te corras en mi garganta mientras yo me corro en la tuya.

¡Joder! Oír esas palabras salir de esa boca jodidamente perfecta hacía que mi pene se sacudiera, se moviera y se tensara buscando sentir sus labios alrededor de su punta.

Sin querer perder el ritmo, solté el férreo agarre de sus muslos, y levantando sus caderas, usé toda la fuerza de mis brazos, girándola por la cintura para que se sentara de espaldas sobre mi rostro. Agarrando las suaves mejillas de su trasero y encontrando su hendidura hirviendo, estrellé mi boca contra ella mientras le metía el pulgar.

Las tetas de Camila presionaban contra mis abdomen y gemí fuerte mientras sus suaves manos se envolvían alrededor de la base de mi polla. Con un gemido, Camila tomó la punta de mi pene en su boca caliente, tomándome tan profundo como podía.

Sweet hope; Camren GiPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora