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Minho salió de esa habitación con su corazón destrozado en mil pedazos, sus manos y piernas temblaban. Por un momento pensó que Jisung sentía algo por él, algo mínimo. Pero no.. Estaba equivocado al pensar que alguien cómo Jisung podría enamorarse de él. Un nudo se formó en su garganta y las lágrimas quieren salir nuevamente de sus ojos.
Sus sentimientos eran una mezcla entre el dolor y la rabia, no entendía por que Jisung volvía con ese tipo si tanto daño le había hecho, cuándo les habló ese día sobre cómo su ex los había abandonado a su suerte se veía tan enojado. "¿Por qué volver con alguien qué te hizo daño y al cuál odiabas Jisung?" Se dijo Minho en su cabeza.
-Viniste pensando qué serías el Héroe de todo esto ¿Verdad? -Se escuchó hablar a Eir. -Vaya sorpresa te llevaste al ver que tu amado prefirió quedarse en manos de alguien mejor. -Se podía oír la diversión en su voz.
-Cierra la maldita boca, estoy harto de ti y de toda tu mierda. -Furioso Minho tomó la remera que llevaba puesta Eir y rompe un pedazo de ésta para amarrarlo en su boca. -Así te mantendrás en silencio. -Finalizó Minho.
Tan sólo quería tirarse en su cama y hacerse bolita para llorar como un niño pequeño cuándo le roban un dulce. No sabía en qué momento se había enamorado tanto de Jisung, lo único que queria era protegerlo a él y a su pequeña hija, sólo quería demostrarle lo mucho que los quería a los dos.
Hyunjin al ver que Minho estaba perdido en sus pensamientos decidió tomar cartas en el asunto, dejó a Belia aún inconsiente en el suelo y tomó a Eir de un brazo para seguidamente doblarlo detrás de su espalda y con una cuerda amarrarlo junto con el otro, así se aseguraría de que no haga nada de lo qué se pueda arrepentir.
-¡Hey Minho! -Le gritó Hyunjin para sacarlo de sus pensamientos. -Vuelve a la vida real, hay que llevar a estos dos a prisión.
Minho sacude su cabeza y asiente, tomó un profundo respiro secándose las lágrimas que hasta ese momento no se había dado cuenta que corrían por sus mejillas y en silencio tomó el brazo de Eir y Hyunjin tomó a Belia en brazos para así juntos comenzar a volar y dirigirse al refugio.
Volaban en absoluto silencio, cada uno perdido en sus pensamientos. Eir aún no asimilaba lo que el Jefe les había hecho, ellos que fueron tan leales a él, siempre haciendo lo que él les decía. ¿Para qué? ¿Para luego entregarlos sin importancia? Cómo si fueran basura, pero esto no se quedaría así, claro que no. Lo harían pagar..
Cuándo llegaron al refugio fueron inmediatamente al lugar dónde encerraban a los Hydes que cometían algún tipo de delito. Más conocido cómo la cárcel de Hydes. Los guardias tomaron a Belia que ahora estaba consiente, y a Eir de los brazos y los llevaron a una celda apartados de los otros Hydes.
-Mantenlos vigilados, son peligrosos. -Espetó Minho al guardia.
