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Jadeo con sorpresa por que no me esperaba que Minho estuviera aquí, mi corazón late con esa rapidez cómo cuándo rozaba mi mano o abrazaba mi espalda cuando íbamos a volar, esta aquí tan guapo y elegante como la última vez que lo vi. Lo miré a los ojos y observé tantas emociones en ellos, quiero abrazarlo y decirle lo mucho que lo eché de menos.
Minho tenía a Aika en brazos mientras ella le contaba, entre balbuceos con su pequeña voz aniñada, lo mucho que lo había extrañado, apenas entendiéndose ya que mi pequeña estaba tan emocionada de verlo que hablaba con una rapidez impresionante, Mimho rió y movió sus ojos mirando a Aika y mirándome a mi repetidas veces. A pesar de que Minho mantuviera sus ojos en mi, asentía a lo que Aika le contaba pareciendo entender lo que mi hija quería decirle.
Me mantuve parado observándolos interactuar esperando mi turno para poder abrazarlo, Aika lo abraza fuertemente una vez más y Minho le da un beso en la frente antes de dejarla en el piso para observarla dirigirse a un pequeño rincón donde tenía un par de muñecas para jugar.
Posó sus intensos ojos en mi y siento mis mejillas arder, sus lindos ojos están brillosos y en su rostro se dibuja una sonrisa de oreja a oreja mostrando su perfecta dentadura. Luce tan lindo como lo recordaba, no pierdo tiempo y observo su aspecto, lleva pantalones rosa pastel y camiseta verde como es habitual, sus grandes alas cuelga tras su espalda y por ultimo su cabello desordenado que le daba ese aspecto de rebeldía.
A comparación de él, yo llevo pantalones sucios por haber escarbado en la basura en busca de un poco de comida, y remera desgastada. Mis cara arde por la vergüenza, me siento fuera de lugar. Al parecer él no se da cuenta de mi lucha interna ya que abre sus brazos en señal de que lo abrace.
-¿Y bien? ¿No vendrás corriendo a mis brazos? -Soltó divertido. Dios extrañaba su voz y su sentido del humor que tanto me fastidia a veces.
Solté una risa y sin aguantar más me apresuré a abrazarlo, rodeo su cintura con mis brazos y oculto mi rostro en su pecho apretandolo fuerte contra mi. El me abraza de mis hombros apoyando si mentón en la cima de mi cabeza, sentí los latidos de su corazón ir a velocidad y no dudé que mi corazón este igual de acelerado que el de él. Aspiré por mi nariz grabando en mi memoria su aroma, permanecemos unos minutos abrazados disfrutado del silencio y de estar en los brazos del otro.
Se separa lentamente de mi no sin antes dejar un beso en mi frente.
-Te extrañe mucho. -Murmuró en voz baja mirando mis ojos.
-Yo también te extrañe. -Su sonrisa se ensanchó más, haciendo que me contagie y dándole una pequeña sonrisa.
A mi mente llegan los recuerdos cuando Baekho me obligó a alejarlo de mi, diciéndole palabras hirientes y lastimando sus sentimientos. Inmediatamente mi sonrisa se borra.
-Siento lo que te dije ese día, él me obligó a decirte Y-yo.. -Mi voz sale entrecortada y mis ojos pican.
