De vuelta a la naturaleza

1.4K 18 0
                                    

Mi nombre es Elvis... Elvis Ripalda y quiero contarles la que ha sido y es la experiencia más increíble que fue el conocer a Nerea; sin duda alguien singular en muchos sentidos, y debo decir que aunque nuestro primer encuentro no fuese el mejor, es gracias a ella que mis días se ternaron más divertidos, pues resultó ser más inusual de lo que esperaba.

Soy un joven de 23 años, que desde los 20 empezó a vivir solo; estudiando y trabajando como diseñador gráfico de poca monta, aunque mi fuerte es mayormente la creación de personajes y cómics, para ser sincero tengo suerte de subsistir de lo que me gusta y con ayuda de mi canal en YouTube e tenido un mayor alcance siendo una fuente sólida de ingresos, sin embargo no siempre logro cubrir mis gastos; por lo que me las tengo que arreglar con participaciones en pequeños proyectos de animación o diseñando para marcas de cierto renombre y aunque esto sea mi trabajo de ensueño, todo tiene un lado malo, pues laborar desde casa es una ventaja práctica, pero una desventaja al recluirme casi por completo... por eso acepté acompañar a mi madre un fin de semana al campo, será un buen cambio de ambiente. 

~Sábado 12:30 pm~

Era más de medio día y tenía que estar en la terminal a la 1pm como había acordado con mi madre; juntos visitaríamos la finca que se nos fue heredada por mis abuelos después de fallecer hace tres años; a partir de ahí mi madre acostumbraba ir mensualmente para ponerse al tanto de las gestiones del terreno, gastos de la casa, sembríos de cacao, palma y otras cosechas para comerciar.

El terreno no es muy grande, pero aun así sería agradable para pasar unos días aquí, siendo un respiro de la ciudad; eso hasta qué supe que no habría internet y para mi que soy un adicto a las redes resulta un poco frustrante. En fin... no por esto me iba a amargar, vine para camabiar de aires y de paso no dejar sola a mi madre en este viaje... apesar de haber contratado personal para que habiten y cuiden del lugar; no es lo mismo que estar presente para verlo por ti mismo.

A mi madre más que a mi, siempre le a gustado el campo; un gusto arraigado desde que era pequeña por mis abuelos, gente sencilla y humilde que la llevaban de paseo cada fin de semana. Mi madre me solia contar como pasaba buenos ratos en la finca: jugaba con los hijos de los vecinos, iba al río que estaba pasando la colina tras la casa y ayudaba a mi abuela en todo lo que pudiese.

A diferencia de mi Madre, no soy tan servicial, tomando una postura más egoísta e indiferente hacia los demás, y con respecto a la idea de "por educación hay que ser comedido" soy más de la idea de que si mi ayuda no es esencial o necesaria, peor aún, un gesto para agradar a los demás no estaré dispuesto a darla y sumado esto tampoco soy muy social que digamos para que me importe, por si alguien tiene una queja.

Al contrario de la idea que puedo dar, no soy un ermitaño, no por completo, pero convivir por cordialidad es muy tedioso para mí. En fin... ya tenía todo listo y llamé a mi madre para volvernos a poner de acuerdo, ya que por retrasarme nos reunirnos en la terminal a las 14:00PM, y tendríamos que abordar el autobús de la siguiente vuelta.

Después de un viaje largo, abarcamos en una pequeña villa ubicada en la vía principal, donde empezaría el camino a pie hasta la finca. En total, fueron dos horas en autobús y una hora a pie, llegamos exhaustos, pero a tiempo para la cena; las personas que residían ahí nos recibieron muy amables; mi madre se quedó hablando con la esposa del señor que cuidaba la casa, yo por mi parte me fui a mi cuarto a dejar mi equipaje; me recosté de espaldas sobre la cama y respiré profundo, saqué una muda de ropa para después de bañarme, de paso también mi cuaderno y algunos lápices con el fin de terminar unos diseño que había empezado para un comic de terror, esto me ayudaría a matar el tiempo hasta que sirvieran la comida.

Los hijos del señor se me acercaron con curiosidad y sin preguntárselos comenzaron a contarme de su día a día en el campo, sus rutinas diarias, juegos y todo lo demás. Por un rato les presté atención, pero después dejé de hacerlo para concentre en dibujar; no fue hasta que los niños mencionaron la leyenda de "la casa abandonada"; que volví a prestarles atención.

Según los rumores está propiedad fue abandonada porque estaba maldita, pued los testimonios de aquéllos que se atrevieron a visitarla juraron haber escuchado sonidos de ultra tumba o algo por el estilo; me reí para mis adentros, ya que la superstición pueblerina siempre se me a hecho una hilarante, aún así, esto sería perfecto para el nuevo comic en el que trabajaba... pensé.

Les pregunté por donde quedaba dicha residencia y eufóricos, como son los niños con respecto a estos temas de lo paranormal, me lo contaron todo... leyendas, datos y las cosas que los lugareños decían al respecto... soy muy escéptico para creer en lo sobrenatural así que decidí que mañana visitaría dicho lugar a ver que tal.

Pequeña gran amigaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora