Capítulo 10

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Jane´s POV
Fue un martes a mediodía cuando recibí una llamada de Zack. Al principio creí que se trataba de una llamada para darme los buenos días, pero cuando escuché su voz quebrada al otro lado de la línea supe que algo no andaba bien.

Su madre había sufrido un accidente, y él debía acudir con sus hermanos pequeños para cuidarlos. Esa fue la petición de su padre, y él debía cumplirlo.

El tono desesperado de su voz, la manera en que las palabras se cortaban tras cada gimoteo y la carencia de su peculiar alegría en cada oración salida de su boca, sólo me mostraba lo mal que se encontraba. No era el mismo Zack de siempre.

Quería ayudarlo, aliviar su pena y regresar el tono alegre y vivo a su voz y sus días, deseaba que volviera a ser el mismo. Mas sabía que no podía hacerlo, aunque deseara regresar el tiempo, y evitar que la madre de Zack sufriera ese accidente, era imposible.

Tal vez no podría regresar el tiempo o curar a su madre, pero estaba segura de poder acompañar a Zack, de brindarle todo el cariño que seguro necesitaba en ese momento. Quería regresar un poco del cariño que él daba por mí.

Iré contigo —prometí—. Este es un momento difícil para ti, Zack, y lo que más deseo es apoyarte. No dejaré que estés solo

Percibí el sonido de unos sollozos, provocando que mi pecho se estrujara.

—No es necesario que…

—Pero lo haré —clamé decidida—. Te prometo que llegaré esta tarde a tu casa. Sólo arreglaré unos asuntos en la universidad.

—Gracias —musitó con voz quebrada—. Gracias por estar conmigo ahora. Yo te amo, Jane.

Me quedé hecha piedra al oír sus palabras; fue la primera vez que lo dijo, y al hacerlo en una situación como esa, estuve segura que no mintió.

No tuve tiempo de responder, Zack cortó la llamada, sabía que no tenía tiempo que perder, y yo tampoco. Tomé mis cosas de la universidad, y con rapidez me encaminé a ella.

Con la respiración entrecortada y mi pulso acelerado entré a mi aula de clases, por suerte llegué pocos minutos antes que el profesor. Era urgente hablar con él y darle mis motivos del porque no me presentaría ese día, además debía pedirle a Moira ayuda con las otras clases.

—¿Qué es lo que te pasa? —Preguntó Moira, una vez que me acerqué a ella.

—No tengo tiempo para explicar —señalé mientras dejaba mis libros sobre su mesa—. No podré quedarme a ninguna clase y necesito que entregues los trabajos por mí.

Imaginé la mueca desaprobatoria que debía tener en ese momento, así que decidí no mirarla. Entre más rápido me fuera, sería mucho mejor.

—Debes estar bromeando, Jane —proclamó, tomándome por las muñecas y deteniéndome—.  Es una mala broma.

—¿Te parece que bromeó? —Exclamé molesta— No, ¿verdad? Sólo hazlo, por favor.

Sentí como las miradas de varios de nuestros compañeros estaban sobre nosotras. En cualquier otro memento me habría girado y los hubiera encarado, pero no era momento para eso. 

—No puedes irte, así como así —continuó—. ¿No recuerdas que hoy tenemos la simulación de una defensa y manejo de argumentos? No puedes dejarme sola en algo tan complicado.

Rodé los ojos. ¿Cómo podía perder el tiempo en una conversación que no tenía sentido?

—Sabrás resolverlo sola —respondí tajante, ignorando su mirada cachorro.

—Claro que no. Tú eres la mejor de la clase —insistió desesperada—, y si no me ayudas seguramente reprobaré.

—Reprobaras porque no sabes armar un argumento convincente —expliqué fastidiada, intentando no gritarle. ¿Era tan difícil entenderme? —. No por mi culpa.

—Por favor, Jane. No te vayas —pidió con voz suplicante. ¿En verdad creía que me convencería?

—¿Piensas irte un día tan importante como hoy? Estás demente, Jane.

El comentario fastidioso de Aarón de nuevo se colaba en nuestra conversación. No podía negar que nos llevábamos mejor, pero eso no le autorizaba entrometerse en algo que no le correspondía.

—Eso no es de tu incumbencia, Aarón —clamé furiosa, apretando los piños. No había pedido su opinión—, así que no te metas

—Qué agresiva —se jactó con mofa—. Pero tienes razón, no me interesa. Me da igual si te quieres ir o no, pero debo decirte que estarías desaprovechando tu talento.

—No estoy abandonando la universidad —expliqué, sintiendo como si cabeza fuera a explotar. Estaba harta de sus reclamos y comentarios in sentido—. No asistiré a un par de clases, y eso no tiene nada de malo.

—Míralo de esta forma, Jane —añadió Aarón, dibujando una mueca confiada. Parecía seguro de lo que decía—. El profesor Daniel es reconocido por ser un gran abogado, además de que su despacho es uno de los más reconocidos.

Quise gritarle que me dejara tranquila, que se callara para irme tranquila, pero la seguridad en su voz y firmeza en sus expresiones terminaron confundiéndome, haciéndome dudar.

—Aarón tiene razón —afirmó, mora, colocando sus manos sobre mis hombros—. Si quieres tener oportunidad en el futuro debes dar a conocer tu capacidad desde ahora. Debes demostrarle a los mejores de lo que puedes ser capaz.

La confusión invadió mi mente. Intenté e intenté, pero aun así no pude encontrar el error en sus comentarios. Por comentaros de compañeros de años superiores a nosotros sabíamos que ese profesor era uno de los más elogiados por los alumnos y por la misma universidad, y que no sólo era por ser uno de los mejores abogados, sino por las oportunidades que les brindaba a sus alumnos más destacados.

Me encontraba entre la espada y la pared, por un lado, estaba mi promesa de estar con Zack en un momento tan difícil como el que estaba pasando, y por el otro la oportunidad de un futuro brillante se asomaba. Amaba el camino que había tomado, pero de igual forma deseaba permanecer al lado de Zack. ¡maldición! Parecía que la vida se empeñaba en ponerme a prueba. ¿Qué se suponía debía hacer? ¿Cuál era la decisión correcta?

Dudé por unos instantes. Pensé en mi futuro y mis sentimientos, me aferré a la ilusión de que todo saldría bien.

—Yo…Yo —Musité dubitativa. Tenía que tomar una decisión, y pronto—. Me quedaré —respondí—, pero tan pronto como todo esto termine me iré. Tengo algo muy urgente que hacer.

Moira saltó de alegría y sacó apuntes y libros, todo para ayudarla a estudiar. No tuve más opción que aceptar. Aarón me miró orgulloso, una vez más había por sus palabras.

Sin embargo, tenía un objetivo. Asistiría ese día a clases, probablemente, una de las más importantes de mi carrera, y cuando todo eso terminará cumpliría mi promesa con Zack; pronto estaría a su lado apoyándolo. Pronto le ayudaría a estar mejor. O al menos eso deseé.

Lo que hice por ti Where stories live. Discover now