Capítulo 21

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Zack´s POV
Sentir la brisa golpear ligeramente mi rostro, inexplicablemente me provoca una sensación tranquilizante. Esto es todo lo que necesito; un día soleado y cálido, apacible calma en la universidad, además de compañía agradable a mi lado, aunque todo sería perfecto si no tuviera exámenes finales.

Miro a mi alrededor, estoy acompañado por Emil y Logan, quienes parecen más preocupados por su discusión sobre los mejores y peores villanos de su serie favorita que en los libros frente a nosotros. Algunos estudiantes pasan a nuestro alrededor, envueltos en sus propias conversaciones y pensamientos; el día avanza, y el clima es acogedor, no sofocante ni frío. Todo continua con normalidad, todo avanza y nada se detiene.

En momentos así es difícil no recordar aquello momentos tristes de hace algunos meses, donde todo parecía volverse gris y frío. Cuanto había cambiado.

La imagen de Jane logra colarse en mi mente, lo que dibuja una sonrisa en mi rostro. ¿Hasta cuándo seguirá consiguiendo hacerme sonreír? A veces pienso que su recuerdo será imposible de borrar. El primer amor nunca se olvida, ¿cierto?

Hoy es su cumpleaños y conociéndola, sé que tomará este día como cualquier otro, no le importará. Estoy seguro de que aquel regalo que busqué para ella, habrá llegado a sus manos, sólo espero que le haya gustado y que lo acepté. Mi último regalo para ella.

Nuestra despedida fue cruda y hasta fría. Odié y sigo odiando aquel día donde finalmente nuestros caminos se separaron por completo. Todo por una decisión cruel, pero necesaria.

Culpa nuestra fue que todo se rompiera y debíamos afrontarlo. Aunque hubiera amor, era mejor cargar con un corazón roto que con el dolor que ambos nos causábamos.

A su lado me sentí como el chico más afortunado, torpemente enamorado pero seguro de que podría mover el mundo si me lo proponía; incluso ahora mantengo la idea de que el amor, si se lo propone, puede ser la fuerza más fuerte. Sí, sí, un pensamiento tonto después de sufrir por un corazón roto, pero, ¿Qué más puedo hacer? Mi corazón puede continuar lastimado, pero eso no significará que me doblegaré o que perderé las esperanzas. Así es la vida, a veces golpea, pero no por eso la derrota era una opción.

Jane, mi bella dama, es la primera chica de la que me he enamorado. Fue mi mejor amiga, mi confidente, mi novia, y, por instantes, mi perdición. Sin embargo, no me arrepiento de nada, de ningún instante ni de ningún momento. La amé y la sigo amando, de eso no tengo ninguna duda, estoy seguro de que mi amor por ella no desaparecerá de la noche a la mañana, ni tampoco se convertirá en resentimiento o amargura. ¿Cómo podría serlo?

Nunca entendí, y sigo sin entender, porque las personas pueden guardar resentimientos por sus ex-parejas. Aunque lo deseara no podría odiar a alguien que he amado con tanta intensidad como lo he hecho, tampoco podría desearle mal. ¿Cómo podría desear la desdicha de la persona que provocó tantas sonrisas y sueños en mí? ¿Cómo podría desear la infelicidad para alguien que me enseñó amar?

Alejo esos pensamientos en cuanto vislumbro a Zoé regresar con nosotros. Todo sería normal, de no ser por la mueca extraña en su cara

—¿Dónde estabas? —Pregunto desconcertado al mirar la confusión en su rostro.

—Yo intenté ayudar a una chica, pero ella…—Balbucea algunas palabras en voz baja, pero no logro identificar que dice. ¿Estará bien? —. Creí tomaría esa oportunidad y que la haría feliz.

Está claro que no entiendo nada de lo que dice Zoé, y ¿Cómo podría hacerlo sino hace más que pronunciar frases a medias?

Suspiro con resignación, pensando en todo lo que pudo pasar y sin lograr entender.

—Quizá no tomarla la hizo feliz —respondo, restándole importancia y volviendo mi vista a los libros frente a mí.

Debería estar leyendo y estudiando, no pensando en el pasado.

—¿Tú estarías feliz?

Frunzo el ceño ante la pregunta de Zoé y me giro a verla. ¿Cómo puedo saber la respuesta si no me explica nada de lo que está hablando?

—No tengo la menor idea de lo que hablas, pero, si la chica de la que hablas es feliz con lo que hizo o no hizo, no necesitaba esa oportunidad, puede que ya hiciera lo que realmente quería.

Observo expectante la mirada de Zoé. No sé si mis palabras han sido lo que ella esperaba, pero sonaron muy bien en mi mente.

Ella me mira perpleja, no sé si sea algo bueno o malo. Sin embargo, la sonrisa que me muestra me hace sentir aliviado; mis palabras no erraron del todo.

—Eso me tranquiliza —responde sonriente—, y me hace sentir mejor, mucho mejor.

Siento como la cabeza de Zoé se recuesta sobre mi hombro. Es extraño que lo haga, pero no me molesta ni tengo intenciones de alejarme, después de todo, es mi amiga y es normal que muestre actos como estos.

Es inevitable no pensar en Jane en este momento, recordando aquellos momentos donde compartíamos una simple charla, donde su simpe tacto aceleraba mi corazón con frenesí.

Deseo que sea feliz en el lugar donde se encuentre, que su seguridad nunca que desaparezca, que su espíritu jamás se apague y que continúe siendo la chica imparable que ha sido hasta ahora.

Quiero que Jane, aquella que fue mi bella dama y que se mantendrá siendo mi primer gran amor, sea feliz; deseo que su luz se mantenga tan viva y brillante como el día en que la conocí.

El nudo que se ha formado en mi garganta, al contrario de otras veces, no es de tristeza, es de nostalgia, de sentimientos encontrados, de sentimientos que no pueden borrarse.

No sé qué pasará mañana ni en un par de días, mucho menos en el futuro lejano, ambos cambiaremos, eso es lo único seguro. Nuestros gustos, ideas y planes pueden ser diferentes, todo cambiará.

No puedo detener mi vida ni esperar por un amor que nos ha lastimado hasta ahora, pero, si en el futuro nuestros caminos llegan a cruzarse nuevamente, sé que todo cambiará. Una historia no puede ser igual dos veces.

De ser así, tal vez en el futuro todo sea diferente.

Lo que hice por ti Where stories live. Discover now