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A la mañana siguiente, estoy dejando que la vida suceda de la única manera que conozco, que consiste examinar mi extremadamente detallada lista de cincuenta y cinco ítems para rl campamento mientras estoy detrás del escritorio de la recepción del centro terapéutico. Salimos mañana, lo que significa que no tengo mucho tiempo para asegurarme de tener todo lo que necesito. Me preocupa un poco olvidar algo.

No sé muy bien que pueda ser ese lago. Jamás he ido de campamento. Pero he estado curioseando el sitio web del lugar y básicamente son fotos de revista del paisaje. La única información que encuentro es una reseña entusiasta acerca del chef y la selección de vinos. Eso, y una lista de precios que son de locos. Perecería que te fueras en hotel de cuatro estrellas y no en una carpa.

Haneul y yo hablamos por teléfono casi una hora anoche. Concretamos los planes para encontrarnos en la fiesta estelar, y me ayudó en encontrar las lineas de autobuses que pasan por las sierras, que no tienen una frecuencia alta. Pareciera que tengo dos oportunidades al día de tomar el bus. Al menos ahora tengo un plan, que es lo que quería.

Se abren las puertas de centro, y alzo la vista de la computadora de la recepción, esperando ver a la próxima cita de acupuntura de mamá. Papá no tiene ninguna cita hasta después del almuerzo, así que se fue hace unos minutos para hacer unos tramites. No sé que decirle. Qué tal? Alguna amante nueva esta semana? O quizás: Qué se puede hacer en las Bahamas, además de traicionar tus promesas matrimoniales y destruir a tu familia?

Aparto todo eso de mi mente y pongo la expresión mas amable para atender al público. Pero la sonrisa que esbozó desaparece rápidamente cuando descubro quién avanza hasta la recepción.
El mismísimo señor de las Tinieblas, Jeon Jungkook.
Mi primer pensamiento: Qué demonios esta haciendo aquí?
Nunca viene al centro. Nunca, nunca, nunca. Pasó más o menos un año desde que puso un pie en la sala de espera.
Mi segundo pensamiento: AY, DIOS MÍO, ME DESCUBRIÓ ESPIÁNDOLO EN SU DORMITORIO.

Pestañeo lentamente, a ver si Jungkook ha desaparecido cuando vuelvo a abrir los ojos, pero no. Él y su cuerpo tan alto siguen ocupando demasiado espacio al otro lado de la recepción.

-Hola -dice. Suena casi como una pregunta.

Se me ocurre levantar la barbilla sin decir nada, así como él lo hizo el otro día, pero rápidamente decido ser más elegante.

-Buenos días-respondo con formalidad. Sin sonreír. No vale la pena el esfuerzo.

Su mirada cae al suelo. Forma un puño con su mano, y lenta y suavemente da unos golpecitos con el sobre en el escritorio, mientras toma aire con los dientes apretados... como si no supiera que decir. Quizás si sabe, pero en realidad no quiere decirlo.

-Entonces... -dice, finalmente.

-Entonces -asiento. Eta evitándome la mirada? Siento como si estuviera a punto de tirar dinamita por encima del escritorio y salir corriendo. Ahora entiendo a que se refiere la gente dice que se puede cortar la tension con un cuchillo.

No piensa decir nada más?
Qué hago?

-No te estaba espiando -escupo, a la defensiva-. Tan solo estaba ajustando mi telescopio. Lo mandé a arreglar. Hace poco. Lo arreglaron hace poco. Estaba revisándole.

Ah, ahora sí que me mira. Una expresión similar al espanto le asoma en la cara. O sorpresa. O piensa que soy una idiota. Por que no puedo interpretarlo? Por que no dice nada?

-Ni siquiera vi mucho -insisto.

Asiente con lentitud.

-Nada, en realidad -me corrijo-. Estaba revisando mi telescopio.

Estrellas  |  J.J.KKde žijí příběhy. Začni objevovat