XVI

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-¿Nos cuentas una historia de terror? -le pide Eunha a Jungkook, que está sentado frente a ella del otro lado del fuego.

Hace media hora o más que atardece, y estamos reunidos alrededor de la fogata dentro del refugio de granito, observando cómo Jungkook añade cuidadosamente una maderita a las llamaa. Tenía razón acerca de las rocas. Son cómodas como asientos. Hemos estado aquí sentados durante la última hora, secándonos después de nadar en la laguna, comiendo nuestros paquetes de comida deshidratada. Me quedé con hambre y podría comer uno más. Pero para eso tendría que hervir más agua, y está tan oscuro que apenas puedo distinguir la orilla del rió. No vale la pena, definitivamente.

-¿Por qué crees que yo sé historias de terror? replica Jungkook.

Un coro de sonidos rebota en las rocas cuando todos lo alentamos.

-Seguro que sabes una, amigo -dice Seungun-. Déjate de juegos.

-Quizás sepa alguna -Jungkook alza la vista de las llamas.

-¡Ja! -exclama Eunha-. Lo sabía. Cuéntanos una sobre campesinos asesinos en el bosque.

-No, por favor -suplico.

-Tampoco nos cuentes sobre el coco que tiene un gancho en vez de una mano y que ataca a la gente que se está besando en el auto -pide Kyunghoon-. No me gustan los ganchos.

Eunha se ríe e intenta hacerle cosquillas.

Todos estamos de buen humor, relativamente. Yongsun, a su manera, ha intentado disculparse por lo que me dijo antes. Trajo un pequeño martillo -una de sus muchas compras en la tienda de artículos para el aire libre- así que me ayudo a clavar los postes para colocar una lona en la entrada de mi carpa. Me preguntó si estaba bien, y mentí y le dije que sí. Luego me dio una de sus palmadas súper fuertes en la espalda, y ya. Estamos bien. Supongo. Está sentada en la misma piedra que yo, y Seungun se sentó entre nosotras. Lo que debería entusiasmarme -sentir su lado pegado al mío-, pero no lo puedo disfrutar. Estoy demasiado ocupada pensando en el discurso sobre ser "territorial" que me dedicó Yongsun y en que parece que está tratando de apartarme de Seungun.

¿Por qué?

-Vamos -le ruega Yongsun a Jungkook- Tú y tu fetiche gótico bizarro... Sabemos que te sabes una buena historia de terror.

-Tienes un voz perfecta para cuentos de miedo -añade Eunha-. Suenas como esos actores antiguos de películas de terror en blanco y negro. El hombre lobo. Drácula. Todo eso.

-Vincent Price -adivina Kyunghoon.

-No, el otro. Drácula. El que sale en El señor de los anillos.

-Christopher Lee -aporta Junkook.

-¡Sí! -exclama Eunha-. Diviértenos, Cristopher Lee.

Jungkook se apoya con las manos para incorporarse de la sentadilla en la estaba, y se sacude las manos.

-Está bien -dice-. Oí algo hace unos meses. Pero no es ficción. Es algo que alguien me contó. ¿Están seguros de que quieren oírlo?

No, no quiero, muchas gracias. No me gusta tener miedo. Y ahora que está oscureciendo, me estoy preocupando por tener que dormir en el suelo. Las carpas que elegimos con Yongsun son bastantes buenas para ser carpas. Son pequeñas, pero aptas para dos personas, lo que implica que cuando hay una sola persona adentro queda bastante espacio libre. Pero no se puede estas de pie en ellas, y saber que voy a estar metida en ese espacio minúsculo más tarde sin nada más que un poco de nailon entre mi persona y los animales nocturnos que viene a beber agua a la laguna me está enloqueciendo.

Estrellas  |  J.J.KWhere stories live. Discover now