XXVI

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Y eso es exactamente lo que hago. Sola, reflexiono sobre todo lo que sucedió en los últimos cien peldaños , más o menos, de la escalera ne la montaña. Me pregunto si alguna vez dejaré de estar enojada con papá. Si estoy también enojada con Jungkook. Y estoy tan perdida en mis propios pensamientos egocéntricos que no me doy cuenta de que el ruido del agua se está volviendo cada vez más fuerte. Y más fuerte. Cuando los escalones giran bruscamente a la derecha, entiendo en un instante por qué.

Cataratas. Dos. No como la cascada pequeña y tranquila de las Cataratas Jeon. Si aquellas rugían, estas son la voz misma de la Diosa. Y es poderosa.

Agua azul cae a plomo desde un precipicio agudo de varios pisos de altura y desaparece en una violenta espuma blanca. Fluye tan salvajemente que un tercio de las cataratas está envuelto en una niebla vaporosa. Hasta siento el vapor en las piernas, y la base de las cataratas debe estar a unos cuatrocientos metros de distancia, o más.

Subo los últimos escalones para llegar a un amplio mirador que está en una meseta el doble de grande que la de abajo. No hay nadie aquí arriba. ¿Cómo es posible? Descubro otra serie de escalones al final del mirador que conduce a un punto más alto. Parece que hay un sendero alrededor de las cataratas, y en la cima hay varios turistas tomando fotos y mirando a través de visores de larga distancia. Si no me equivoco, hay un tranvía y algunos baños públicos. Supongo que la mayoría de las personas prefieren tomar el tranvía antes que caminar por la escalera más peligrosa del mundo.

Me acerco al borde del mirador, dejo car la mochila sobre unas piedras que están secas y me asomo para observar las cataratas.

-Las Cataratas del Emperador y de la Emperatriz -dice Jungkook a mi lado, y deja caer su mochila junto a la mía-. Son parte del mismo río, pero esa formación rocosa que asoma entre las dos divide el flujo del aguas. Son más de cien metros de altura.

Son bellísimas. Estoy verdaderamente impresionada. Por la vista, por la conversación que acabamos de tener. Me pregunto si puedo quedarme mirando las cataratas y hacer como si nada hubiera sucedido hasta que se me ocurra un plan...

-Chae -suplica a mis espaldas-. Por favor, dime algo.

Tengo que hablar más fuerte de lo normal para que me oiga encima del rugido de las cataratas, y termino gritando.

-Si les confesaste todo a tus madres, entonces papá no tenía nada con que presionarte -me vuelvo para encararlo, con amargura en la voz-. ¿Por qué no me dijiste nada en ese momento?

-No me hablabas.

-¡Porque tenía asumido que me odiabas!

-Nunca te odié. Estaba enojado contigo porque me apartaste, y por supuesto que estaba furioso por lo de Jeongin. El día que los vi juntos frente a tu taquilla fue uno de los peores días de mi vida. Y créeme, tuve muchos malos días el año pasado.

-Estuve con Jeongin solamente porque quería olvidarme de ti.

Estoy llorando -mitad por enojo, mitad por pena- y siento que el pecho me va a explotar y que me caeré del mirador y moriré en la niebla de la catarata. Porque no solo estoy pensando en lo que yo hice con Jeongin, sino que también pienso en Jungkook haciendo lo mismo con Eunjin. Y no sé qué imagen es peor.

-Y entonces -grita-, tuve que escuchar a Seungun, justo al jodido Seungun, fanfarroneado sabre cuán cerca estuvo de "comerse a esa".

¡Uf! ¿Qué le vi?

-¡Fue solo un beso! Un beso, y ni siquiera fue tan bueno. No fue bueno con Jeongin, y con Seungun fue prácticamente nada. ¿Es eso lo que quieres oír?

Estrellas  |  J.J.KWhere stories live. Discover now