☀︎ | Capítulo 23

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☀︎ Capítulo Veintitrés ☀︎

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☀︎ Capítulo Veintitrés ☀︎

All I do the whole day
through... is dream of you

Cole ☀️

-¿Quieres ser mi novio?

-No

-¿Cómo?- la voz de Hart se quiebra y me apresuro a explicarle.

-No es lo que tú piensas, Solcito. Sabes... para que una relación funcione ambos deben amarse mutuamente, ¿entiendes?- el miedo en sus ojos me indica que en lugar de explicarme lo arruiné más. Así que continúo hablando con la mentalidad de que no podré cagarla aún más.

»Y tú no puedes amarme. Porque para amar a una persona, primero debes amarte a ti; quiero que te ames a ti, que te concentres en ti. No podría vivir conmigo mismo sabiendo que me interpuse en ello.

-Pero... yo te quiero.- Susurra.

-Lo sé,- la abrazo contra mi pecho suavemente. -Yo también te quiero. Y es exactamente por eso que no puedo ser tu novio aún.

-¿Y como sabré cuando es el momento?

-¿Cuando te ames?- pregunto y ella asiente. -Simplemente lo sabrás. Un día te vas a levantar, y lo vas a sentir. Es difícil de explicar, pero no imposible de alcanzar. Y yo voy a estar aquí cuando eso pase, tenlo por seguro.

-¿Realmente crees que puedo hacerlo?- levanta la mirada, sus ojos brillando en ilusión. Sonrío con ternura y la atraigo más hacia mí.

Podría pausar este momento y vivirlo para siempre. Simplemente... abrazarla y nunca soltarla.

-Por supuesto que puedes. Te conozco. Sé que lo harás. - Afirmo con certeza. Y no miento, estoy seguro de que lo hará.

Mi Solcito me abraza con más fuerza y sé que, si me tocara desaparecer completamente en este momento, lo haría feliz.

Los minutos pasan y ninguno de los dos se mueve. Pero el cielo comienza a poblarse lentamente de nubarrones grises, indicando que en cualquier momento podría comenzar a llover.

Así que con toda la fuerza de voluntad que tengo, me levanto y ayudo a Hartley a hacer lo mismo.

-Ya debería irme, en un par de horas tendremos invitados en casa,- susurra ella y mirándome a los ojos me besa.

Luego todo su rostro se ilumina en una sonrisa que me deja sin aliento.

-Eh... sí, claro. Ve,- balbuceo embobado.

Aún cuando Hartley es sólo un pequeño punto caminado por la vereda a lo lejos, no puedo parar de mirarla.

-¡Cole!- escucho la inconfundible voz de Matías a mis espaldas y me giro a mirarlo, volviendo a la realidad.

Forcing Smiles ©Where stories live. Discover now