Descubre la historia jamás contada de las hermanas Winifred, Sarah y Mary Ann Sánderson. Entérate de quienes fueron sus padres, cómo llegaron a convertirse en las brujas más temidas y sus terribles fechorías sobre las tierras de Salem. Una historia...
Winifred continuaba con su vida. Veía a su hermana menor muy triste por la ausencia de Billy, pero no deseaba hablar al respecto. A veces tampoco deseaba verla por miedo a confesarle lo que había hecho. Prefería estar sola mientras Mary le hacía a Sarah compañía.
--No volverá... ¿Cierto? ---preguntó Sarah a su hermana Mary Ann.
---Y yo qué sé ---respondió Mary, mordiendo su labio con nerviosismo.
---¿Crees que algo le haya pasado? ---insistió Sarah, y volvió a observar por la ventana.
---Ya sabes como son los comerciantes ---respondió Mary, alejando a Sarah de la ventana ---. Ellos van y vienen todo el tiempo. Desaparecen por semanas. Ya volverá.
---Comienzo a dudarlo ---afirmó Sarah, y se sentó junto a la chimenea ---. Wini se ha comportado extraña desde aquel día. Creo que su pelea fue muy fuerte.
---Ya no pienses en eso ---insistió Mary ---. Mejor ayudame a preparar la cena. Encontré un nido de arañas muy suculento.
Pero Sarah estaba demasiado triste como para pensar en comer. Continuaba en agonía, sin tener idea que pronto recibiría una gran sorpresa.
No fue sencillo para William cumplir la promesa que se había hecho a sí mismo. Todo éste tiempo había planeado la forma de vivir su romance con Sarah sin que Winifred lo supiese.
Exploró cientos de posibilidades, pero la única opción lógica era llevársela donde Winifred no pudiera encontrarlos.
Durante días lo planeó todo y una mañana tomó los ahorros de su vida y compró un anillo. Después, empacó sus pertenencias y abandonó su hogar en forma definitiva.
Como todas las tardes, Sarah partía hacia el bosque en busca de arañas y escorpiones, sus golosinas favoritas, y nunca olvidaba llevar consigo la cola de rata de la suerte que Winifred le había obsequiado cuando era niña.
Desde que William había partido, la había cargado entre sus ropas. Y al atravesar el camino del bosque, todas las tardes, tomaba la cola de rata con ambas manos y la llevaba hacia su corazón.
---Hoy será el día de la suerte ---decía, con mucha inocencia ---. Hoy es el día en que Billy regresará.
Repitió éste ritual por varios días, hasta que la suerte al fin estuvo de su lado. Al dar la vuelta, ahí estaba Billy, esperándola al final del camino.
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Nerviosa, guardó la cola de rata entre sus ropas y corrió hacia donde él estaba.
---¡Billy! ---exclamó con una enorme sonrisa ---. ¡Has vuelto! Iré a buscar a Wini. Le diré que estás aquí.
---No vine por Winifred ---dijo él, tomándola por sorpresa ---. ¡Vine por ti!
Un escalofrío recorrió la espalda de Sarah y su corazón comenzó a galopar igual que un corcel embravecido.
