Descubre la historia jamás contada de las hermanas Winifred, Sarah y Mary Ann Sánderson. Entérate de quienes fueron sus padres, cómo llegaron a convertirse en las brujas más temidas y sus terribles fechorías sobre las tierras de Salem. Una historia...
La noche del 31 de octubre de 1.693 fue la elegida. Winifred Sanderson sintió una fuerza especial que no se hallaba presente otras noches.
El poder de la necromancia que había obtenido de la vieja, le ayudaba a comprender que los espíritus de miles y miles de muertos rondaban en los alrededores, como si alguna fuerza en esa noche específica les permitiera rondar en masa por doquier. Sin duda debía de ser una noche especial, aunque Winifred detestaba poder verlos y sentirlos.
El único espíritu con el que le interesaba hablar era el de su madre, y no podía hacerlo por estar ella enterrada en suelo Santo. Trató de utilizarlo una segunda vez, para que los espíritus le revelaran el paradero de la vieja. Pero jamás pudo lograrlo. Cada vez que los espíritus estaban por revelar algo importante, una fuerza oscura los alejaba de ella. Había alguien en las sombras que no les permitía hablar. Tal vez la misma vieja; tal vez alguien más.
Frustrada, Winifred no volvió a utilizar aquel don hasta ésta noche, cuando vio que los espíritus de miles de muertos rondaban Salem.
Sin perder tiempo, arrastró a sus hermanas al bosque y realizó el ritual más perverso existente.
Primero obligó a Sarah a beber su sangre para iniciarla en la magia negra. Para ese momento, Sarah había aceptado su destino como hechicera. Después, dibujó un pentagrama en el piso y colocó a su alrededor cinco velas hechas con sangre de cabra. Con una daga, cortó la palma de su mano y la de sus hermanas para derramar su sangre en el centro del mismo. Acto seguido, se posicionaron alrededor del pentagrama formando un triángulo. Winifred a la cabeza; Sarah y Mary en los vértices inferiores.
Juntas, elevaron sus manos al cielo y pronunciaron las palabras que Winifred les había enseñado previamente.
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"Señor de oscuridad, padre del sufrimiento y la mentira. Rey de la decepción, de la envidia, la soberbia y de la ira. Acepta la ofrenda de sangre que esta noche por ti hemos derramado. Escucha desde el abismo nuestro llamado desesperado".
Un viento salido de ningún sitio comenzó a resoplar por todas partes. Las cinco velas rojas se apagaron y los árboles comenzaron a agitarse. El pentagrama comenzó a prenderse fuego hasta que una enorme llamarada se elevó ante sus ojos desde el centro del mismo.
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