Descubre la historia jamás contada de las hermanas Winifred, Sarah y Mary Ann Sánderson. Entérate de quienes fueron sus padres, cómo llegaron a convertirse en las brujas más temidas y sus terribles fechorías sobre las tierras de Salem. Una historia...
La cacería de brujas continuaba, y la noticia de los niños perdidos del pueblo vecino llegó a las puertas de Salem. Los territorios de Ipswich acababan en los bosques. Sin embargo, los niños se encontraban en un barranco que estaba mucho más allá de sus límites, ya en territorios de Salem específicamente.
Después de haber forrado su libro, Winifred y sus hermanas presidieron la primera aquelarre masiva de brujas.
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Organizaron un gran banquete en honor a su maestro, en donde los niños serían el plato principal. Se alimentaron de ellos como hienas hambrientas. Se divirtieron toda la noche y bailaron en pos de una inmensa fogata, entonando cánticos siniestros.
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También bebieron vino e intercambiaron ingredientes y hechizos con las demás brujas.
Al amanecer, Winifred ordenó a una aprendiz de hechicera de Ipswich que regresara para informar a los aldeanos el paradero de los niños. Por eso los habitantes de aquella colonia acudieron en su búsqueda en las cercanías del barranco de Salem.
Y un gran clamor se oyó esa noche. Por todos lados, llantos desgarradores de madres y padres que encontraban a sus hijos descuartizados.
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Las brujas habían colocado sus cabezas en estacas y dejado sus huesos apilados debajo de cada una de ellas. Cada cabeza con su pila correspondiente de huesos. Así cada padre lograría reconocer a su hijo y tendría que llevárselo en un saco.