1. 🌕

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-Cuando vuelva te contaré todo lo que suceda ¿sí?...-dice con una sonrisa dulce. 
-¿Lo prometes?...-digo en un susurro. 
-¡Obvio!..-su dulce sonrisa era en ese entonces mi debilidad y prácticamente mi único refugio.
Reitero: era.

~○~

-¡Violeta! ¿Estas lista?..-el grito de mi madre me trae de regreso al ahora. ¿Justo hoy debía pensar en ese imbécil?
-Sí, madre..-me miro al espejo para hacer la lista mental de todo: outfit de primer día de clases (después de las vacaciones) en perfecto estado, libros en la mochila, dinero en la cartera para el almuerzo y la completa disposición a no dormirme en clase, aunque nunca lo hago, pero debo estar cien por ciento dispuesta a no hacerlo.
-Hija..-a través del espejo puedo ver al modelo de hombre que deseo tener en mi vida, mi ejemplo y mi primer amor.
-Hola padre..-su sonrisa siempre ilumina el lugar.
-¿Estas lista?...-suelto el aire que tengo adentro y asiento con la cabeza.
-Muy lista...-me lo digo más a mi misma que a él. 
-¿Segura?
-Completamente.
-Muy bien. Ahora, a desayunar..-estar así como que cien por ciento lista para las clases, pues no pero ya no queda otra opción más que mentalizarme que lo estoy.
Ok, realmente no quería dejar mi cama después de tres semanas de descanso. ¿Quién querría eso?

El aire helado de la mañana chocando contra mi rostro mientras mi madre me lleva a la escuela es la mejor sensación y posiblemente lo único que extrañaba de esto, porque del resto de las cosas sobre la escuela,  nada.
-¿Como te sientes hoy?...-pregunta ella con voz calmada. 
-Un poco cansada...-un poco no, muy cansada. 
-Es normal..-llegamos tan pronto a la escuela que casi deseé tirarme a la calle y salir corriendo.-recuerda que este es tu año y que las vacaciones solo fueron un pequeño obstáculo para volver a lo que realmente importa...-tiene razón.
-Por supuesto.
-Oye..-me sostiene la mano fuertemente para que me mantenga en el asiento.-¿no es ese Mateo?...giro mi rostro hacia la dirección en la que sus ojos están puestos.

"¡Oh sí! Es él".

-No lo sé, no logro distinguirlo desde aquí, pero si es él, lo saludo de tu parte..-salgo rápidamente del auto y me asomo por la ventanilla para despedirme.
-Que tengas un gran día pequeña..-se nota en su rostro la felicidad de volver al trabajo.
-Tú también mamá..-al menos una de las dos gozaría de su día.

Creo que debería hablar un poco sobre el idiota al que mi madre ama con locura y por el que casi se sale por la ventana para saludarlo: Mateo Durrell. ¿Conocen al chico dulce, de ojos grandes y verdes? Bueno, ese era Mateo y digo era porque se volvió el típico bombón de ciudad, deseo prohibido y presumido repugnante al que detesto con locura. 

Cuando lo conocí, pasó lo que ustedes ya saben: una sonrisa dulce y cariñosa que te hace caer en su engaño, ojos atentos a tus movimientos y ese calor que emana de su cuerpo y te hace querer estar en sus brazos para siempre. En mi defensa, aún era humano cuando fuimos novios o al menos uno promedio. Ya cuando terminamos, mi madre duró una semana entera recriminando su terrible falta de tacto al terminar por medio de un mensaje de texto y también mi falta de interés hacia él por no rogarle que se quedara conmigo y nos casáramos. ¡Por favor! ¿Cómo podría siquiera pensar en él como un partido para matrimonio? Sólo de mirarlo me doy cuenta su poder hacia las chicas, poder que nunca noté hasta que vi a una chica lanzarse a sus brazos con solo un parpadeo de su enormes pestañas.

"¡Idiota! Lo sé".

En fin, en la escuela nos dividimos por grupos: populares, a los que les vale una basura el mundo, los intelectuales, las divas, las promedio, las "invisibles" (el estúpido nombre que le pusieron Mateo y los demás a las chicas que nunca se tirarían encima de ellos)  y fuckboys.
Claramente ya deben saber a cual grupo pertenece Mateo ¿cierto? 
Yo por otro lado, no pertenezco a ninguno y amo no pertenecer a ninguno.

-¡Violeta!...-giro para mirarla.
-¡Tina!..-esta chica es mi mejor amiga.-tengo una noticia que creo no te esperas..-por su rostro de felicidad, es algo grande.-el maestro James se fue finalmente  y vendrá otro...-ese tipo necesitaba que lo dejaran ir.
-¡No! ¿Me lo juras?
-Sabes que no juro pero sí, se fue y ya era hora.
-Tenía como ochenta.
-A penas y lograba caminar.
-O al menos lo intentaba.
-No valemos nada, Violeta...-dice en medio de risas. 
-Ni un centavo..-sabíamos que debíamos sentirnos mal por el pobre hombre mayor que había terminado sus días de arduo trabajo, pero no podíamos parar de reír ante la idea de que no lo veríamos nunca más.
-Por cierto..-sus ojos cafés se posaron en algún punto detrás mío.-no puede ser..-me disponía a ver lo que llamó su atención, pero ella me lo impidió.-no no no no no..-quise quedarme sin saciar mi curiosidad por la súplica en su mirada, pero mi lado chismoso siempre me gana.
-¡Tina!..-logro soltarme de su agarre pero...¿Realmente debía hacerlo? ¿En serio? Pude haberme quedado quedita pero la curiosidad siempre me gana.
-¿Ese no es?...-pregunto tratando de aguantar mis nauseas ante la imagen que veo.
-Mateo...-digo sin darle mucha importancia. 
-¿Ese es Mateo? ¡Santo Dios!...-ella parece más atónita que yo.
-¿Que tiene?
-Pues que ahora esta buenísimo...-no puedo creer que haya dicho eso de ese idiota. 
-¿Buenísimo? ¿Solo pasaron tres semanas y ya lo ves buenísimo?
-Técnicamente lo veo buenísimo desde que volvió de ese campamento hace un año...-el dichoso campamento.
-Obvio...-el temible campamento donde los chicos buenos se vuelven malos o al menos ese fue el caso de Mateo.

Para mi desgracia (y en serio, mi desgracia), esa mañana de disposición total a no desenfocarme de los estudios o mis clases, estaba a punto de ser arruinando con la siguiente "gran" noticia:

-Presten atención..-la secretaria traía consigo un documento y al imbécil siguiéndola de cerca.-este es ahora su nuevo compañero...-la mirada de Tina se posó en mí y luego en nuestro "querido" compañero nuevo.-Mateo Durrell..-sus ojos bailaron por todos los del salón, especialmente las chicas.
-Soy Mateo y realmente creo que nos vamos a llevar muy bien..-sonrisas estúpidas se dibujaron en cada uno de los rostros de las chicas, incluyendo el de la profesora.
-Hola Mateo..-la mano de la profesora se adhirió al hombro de él.-puedes tomar asiento donde quieras..-quizá quiso decir "lo más cerca de mí que puedas"
-Se lo agradezco..-sus ojos bailaron nuevamente por todo el salón en busca de un asiento libre y sólo entonces sus ojos me encontraron.

"Estas tan horrible como siempre".

Una sonrisa se dibuja en sus labios antes de desviar la mirada hacia la mesa junto a la mía.
-Gracias a Dios...-digo en un susurro.
-Por Dios ¿viste cómo me miró?..-ya había perdido a mi mejor amiga por el terrible "encanto" del imbécil ese.
-Casi creo que no te estaba viendo, sólo estaba buscando un asiento...-digo intentando devolverla a la tierra.
-¿Que dices?..-es inútil hablar con una chica cuando el efecto de los fuckboys recorre sus venas.
-Olvídalo...-esto es misión imposible.

La misma historia de siempre ocurre con las chicas que caen en las redes de ellos y lo peor es que toda la escuela estaba rodeada. Son peor que una plaga de ratas y todos son casi iguales:  su cabello ligeramente largo, ojos penetrantes, labios carnosos y cuerpos tonificados.
¿Quién no podría caer en eso? Yo, obvio.
Realmente deseaba que este primer día fuera el mejor, pero solo estoy consiguiendo que todas las chica tontas y completamente mojadas por los fuckboys me distraigan.

Al sonar la campana para cambiar de clase, me atrasé ligeramente por un pequeño olvido de un libro en mi casillero.
¡Genial! ¿Algo más que deba suceder hoy?

-Hola Buffy..-en el silencio del pasillo, el estruendo de la muestra de mi colonia chocando contra el suelo sonó como tambor en festival.
-¡Jesús!..-cuando me dispuse  a juntarla, él se me adelantó.
-No cambias de loción ¿eh?...-dice pegándose el frasco a la nariz.
-Gracias...-digo sin humor.
-No pude evitar notar que hoy estaba tu madre en el estacionamiento..-hasta su manera de hablar me daba náuseas.
-Sí, te manda saludos...-que humillante es esto.
-Es toda una belleza...-dice con una sonrisa.
-Tomaré eso como un saludo de vuelta para ella...-este tipo me da horror. 
-Espero no te sintieras mal porque no me quisiera sentar junto a ti...-eso me saca de orbita por completo.
-¿Perdona?
-No lo quería hacer evidente.
-¿Evidente?..-una sonrisa, que seguramente él cree es atractiva, se dibuja en sus labios.
-Adiós Buffy..-un toquecito en mi barbilla fue su muestra de despedida.
Por esa clase de actitudes es que toda la escuela los ama, porque se creen los grandes seductores de todos los tiempos, pero no son más que chicos frustrados y con ganas de sexo todas las noches.

"Estúpido".

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