capítulo cuatro.

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- ¡Abuela! Te extrañé mucho! - Joohyun estaba feliz de volver a ver a su abuela después de tanto tiempo sin visitarla.

La pequeña no mentía cuando decía que extrañaba mucho a su abuela, pero quien más le hizo falta fue una pequeña niña con carita de oso.

- Mi tesoro~ yo también te extrañé mucho! - exclamó su abuela contenta de volver a ver a su adorable nieta.

- Mi amor ¿puedes dejarnos hablar a solas con la abuela? - pregunto el Sr. Bae con una sonrisa acariciando la mejilla de su pequeña hija.

Joohyun asintió tomando su mochila y una pequeña caja, dirigiéndose hacia la sala de estar, podía escuchar a lo lejos como sus padres y su abuela discutían en un tono de voz moderado. Sabia lo que significaba eso, sus padres le estaban contando a la abuela que su nieta no estaría en el país por dos años, debido a que se iría a Canadá por sus estudios, estaría internada en un colegio católico, femenino. Sus padres no eran muy amantes de la religión pero decidieron que era lo mejor para su hija, no querían que nada ni nadie corrompiera los pensamientos de su amada castañita.

La pequeña abrió la caja, dejando al descubierto lo que había dentro de esta, era el pequeño Haru. El conejito de corbatin morado que tanto le gustaba a Joohyun, sus ojitos se llenaron de lágrimas al recordar lo sucedido meses atrás, se limpió rápidamente sus ojitos con la manga de su sudadera, no seria buena idea que alguien la viese llorar, y menos su familia. Tenia un plan, que aunque le doliera lo llevaría a cabo en el último día que estuviera en Corea.

Cerro la caja, susurrando un "Te espera un lindo futuro Harumie~" dandole una última sonrisa triste a la caja cerrada. Corrió de nuevo hacia la puerta, sus padres ya debian irse y la pequeña tenía que despedirse de ellos. Se acercó a las mejillas de cada uno de sus padres dejando un sonoro besito de despedida, deseándoles un buen regreso a casa.

La abuela Bae preparó unos deliciosos brownies de chocolate para Joohyun, y un gran vaso de leche descremada.

- ¿Que tal quedaron los brownies mi cielo? - su abuela amaba consentir a su nieta, era la consentida de la casa.

- ¡Están deliciosos! Gracias abuela~ - la niña no dejó rastro de los brownies, parece que hubieran desaparecido por completo en menos de 2 minutos.

La pequeña estuvo jugando y hablando con su abuela, antes de caer profundamente dormida en el sofá debido al cansancio. Joohyun podía ser muy imperativa cuando se trataba de dulces, pasteles, galletas, o todo lo que tuviera azúcar. Pero sin duda alguna pasaba muy buenos momentos con su abuela, esta era una parte muy bonita e inolvidable para la castañita. Su abuela era su todo, se volvió tan importante que no se imaginaba una vida sin la señora de edad a su lado.

Tocaron el timbre y la abuela se apresuró a abrir la puerta.

- ¡Abu! - salto la menor a los brazos de la anciana Bae.

- Hola mi pequeña osito~ - la abuela sostuvo como pudo a la niña con carita de osito, hoy el día estaba lleno de sorpresas. Aunque Seulgi iba la mayor parte de los días a la casa de la abuela Bae seguia siendo agradable y sorpresivo la llegada de la menor.

Seulgi sonrió, había esperado todo el día para ir a la casa de su abuela, pues amaba pasar el rato con la señora de avanzada edad además que hacía unas galletas de ositos deliciosas, era la debilidad de la pequeña.

- ¿Adivina qué? - dijo la abuela con una sonrisa inmensa que hacía que sus ojos se volvieras chicos.

Seulgi hizo una mueca de curiosidad sin perder su sonrisa, pues no sabía que debía adivinar.

- Corre a la sala, pero no hagas mucho ruido ¿está bien linda? - Seulgi asintió, encaminándose a paso rápido para descubrir que era lo que había en la sala, era demasiado curiosa.

Al llegar a la sala ve un pequeño cuerpo durmiendo plácidamente sobre el sofá, tenia su cabello castaño recogido en dos coletas, un vestido blanco como su piel, la respiración suave y pausada. Era Joohyun, era la niña conejito.

- ¡JOOH-... - la niña rápidamente con sus dos pequeñas manos tapó su boca, pues su abuela le había advertido que debía ser silenciosa, pues la castañita era muy asustadiza.

- Joohyun~~ - dijo en un susurro lleno de emoción aún mirando a lo lejos como la pequeña Joohyun dormía.

La castañita había regresado y único que pedía Seulgi era que se quedara un largo tiempo, pues ella había extrañado mucho a la niña conejito durante estos meses, quería jugar, cantar, bailar, tontear, hacer cualquier cosa pero con Joohyun.

Dos horas despues~

La pequeña Joohyun se levantó del sofá tallando sus ojitos rasgados debido al sueño, se preguntaba si tal vez Seulgi había venido pero descartó esa idea rápidamente ya que de ser así la hubiese despertado.

Escucho algunos ruidos provenientes de la cocina, su abuela podría estar haciendo la cena moría de hambre. Tomo rumbo hacia la cocina donde efectivamente se encontraba su abuela de espaldas preparando alguna comida deliciosa pero no estaba sola.

- ¿Seulgi? - pregunto la castañita con un rastro de curiosidad en su rostro.

La nombrada sonrió sabiendo de quién provenía esa dulce voz, se volteó y corrió rápidamente hacia la castañita.

- ¡Joohyun! Por fin despiertas~ - dijo dándole un abrazo.

La castañita correpondio el abrazo de la otra con una sonrisa palmada en su rostro mientras cerraba sus ojitos por la emoción de volver a ver a la niña osito.

- Te extrañé mucho baechu~ - susurro Seulgi en el oído de la contraria aún abrazadas.

- Yo también te extrañé babo~

- Yo también te extrañé babo~

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Si hay algún error les agradecería que me lo hicieran saber, igualmente si tienen alguna duda sobre la historia.
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Gracias por el apoyo que le dan a la historia.
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𝑳𝒊𝒕𝒕𝒍𝒆 𝑩𝒖𝒏𝒏𝒚 [EDITANDO]Where stories live. Discover now