Pasaban los días y Joohyun no podía ser más feliz, jugaba con Seulgi, bailaba con Seulgi, reía con Seulgi, todo lo hacía con Seulgi, y la contraria no se oponía a nada. Realmente le gustaba pasar el tiempo con la pequeña castañita.
Era hora de que la niña con carita de osito se marchara a su casa junto a su madre quien esperaba en la puerta, pues ya eran las ocho de la noche y por más que quisiera quedarse su madre se lo negaría rotundamente debido a que según ella era abuso de confianza con la abuela Bae.
Las dos pequeñas odiaban cuando el reloj marcaba esa hora, esto debido a que no querían separarse pues realmente se la pasaban muy bien la una con la otra. Sin tener otra opción las dos se dieron un pequeño abrazo prometiendo que se volverían a ver al siguiente dia.
Cuando Seulgi desapareció del campo de visión de Joohyun la castañita supo que era hora de poner su plan en marcha.
Como primer objetivo para su plan necesitaba a su abuela.
La niña subió las escaleras hasta el cuarto que su abuela había remodelado para ella, tomó la caja donde se encontraba Haru, y a paso decidido camino hasta el cuarto de su abuela, quien se encontraba viendo alguna telenovela coreana para su entretenimiento.
La pequeña tocó la puerta para dar aviso a su abuela que estaba por entrar para no asustarla.
- ¿Que pasa cielo? - pregunto la mujer de avanzada edad cuando vio a la pequeña entrar con una caja no muy grande.
- Abu ¿podríasayudarmecon algo? - la castañita miró la caja con un poco de tristeza reflejada en sus pequeños orbes.
- Claro que si mi amor ¿qué traes ahí? - le dio una sonrisa llena de amor y ternura a la niña
- Él es Harumie - la niña tomó las partes del conejito de peluche roto poniéndolas sobre la cama de su abuela.
- Yo quiero que me ayudes a llevarlo al doctor - su abuela escuchaba con atención cada palabra que salía de la pequeña boca de su nieta pues notaba cierta preocupación en el tono de voz de la menor.
- Quiero que conozca a Seulgi -una sonrisa se formó en los pequeños labios de Joohyun. - ¿Me ayudarás abuela?
La mujer no podía decirle que no a su pequeño angelito, era sumamente adorable.
- Claro que si mi pequeña~
Los ojitos de la pequeña brillaron y sus labios mostraron una sonrisa llena de emoción.
...
Estaban acostadas sobre el pasto del jardín de la abuela Bae, mirando como las nubes pasaban lentamente por el maravilloso cielo azul claro.
- ¡Esa parece un oso! - exclamo la castañita con una sonrisa.
- ¡Mientes, parece un conejo! - dijo la pequeña Seulgi con su dedo apuntando aquella nube
- ¡Es un oso!
- ¡Es un conejo!
- ¡Es un OSO!
- ¡Es un CONEJO!
- ¡¡OSO!!
- ¡¡CONEJO!!
Seulgi frunció su ceño en frustración acercándose a la cara de la contraria, Joohyun se quedó quieta esperando curiosa el próximo movimiento de la menor.
Seulgi con su dedo índice tocó la nariz de la más pálida, luego dibujo tres líneas invisibles en cada una de las mejillas de su mayor y por último hizo unas orejas de conejo imaginarias sobre la cabeza de Joohyun.
La castañita confundida por la repentina acción de Seulgi decide observar la carita de la menor, pues cuando se fuera ya no podría tenerla tan cerca como ahora. Queria recordar todo de Seulgi, miro sus cejas, sus ojos, su nariz, sus mejillas, sus labios... los cuales formaban una línea recta haciendo saber que seguía concentrada en la mayor.
- La nube tiene forma de conejito, uno muy tierno y bonito... como tú baechu~ -Los ojitos de la menor se volvieron pequeñas medialunas, haciendo sonreír a Joohyun.
La mayor sintió un pequeño escalofrío recorrer su espalda al escuchar las palabras de la menor.
- Bien... pero entonces tú serás el oso, ahora te llamarás Seulbear.
- ¡Me encanta! ¿Ya no me dirás babo?
La castañita puso una mano en su mentón, poniendo una carita pensativa la cual hacía que se le arrugara un poco su pequeña nariz.
La niña con carita de oso la miraba curiosa, pues tenía cierto nerviosismo de la respuesta de la mayor. Unos segundos después Joohyun la miró a los ojos sin ninguna expresión reflejada en su rostro, cosa que asustó un poco a Seulgi, pero no había nada que temer pues a los pocos segundos la contraria le regaló una sonrisa haciendo un movimiento de negación con su cabecita.
Respondiendo la pregunta de la pequeña osito.
Pasaron los días riendo y jugando, para ellas no existía nada ni nadie en el momento en el cual entraban en su propia burbuja, solo eran ellas dos.
Dibujaron, cantaron, durmieron, comieron, en pocas palabras hacían de todo juntas. Aveces dejaban sorprendida a la señora de mediana edad, pues pareciera que las energías les duraban más de veinticuatro horas.
Eran los momentos más felices de la infancia de las dos pequeñas, ninguna quería olvidarse de la otra ni mucho menos alejarse, eso le aterraba a ambas. Pero la vida muchas veces no es lo que esperamos, no todo es como queremos, y aveces debemos alejarnos de las cosas o personas que más queremos.
Joohyun debía decirle a Seulgi que se iría, solo faltaban unos pocos días antes de tomar su vuelo hacia Canadá, donde la esperaba un futuro brillante según sus padres. Pero... volvería ¿verdad? Ellos le prometieron que serían solo dos años, y regresaría. Volvería a ver a Seulgi, no tan pronto como deseaba pero la volvería a ver, y esta vez no se separarían...serán las mejores amigas para siempre. ¿Verdad?
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