Esposa Por Contrato

Capítulo 6

ALEX

Todavía estoy un poco frustrado, pero de alguna manera termino ocupado con unos archivos aburridos que esperan mi revisión y aprobación. El trabajo va perfectamente bien y aburrido. Entonces, llamo a un viejo amigo.

—Oye, gordo, ¿cómo estás? Hoy almorzaremos juntos —le digo sin esperar su respuesta.

—Si aún no lo has notado. Tengo un trabajo que mantener —Jimmy responde.

—Ya estás lloriqueando como un bebé. Voy a buscarte —le digo.

— ¡Nah! Tengo auto. Pero puedes elegir el lugar si me prometes que visitarás mi casa después —responde.

—Te voy a recoger y punto final —Cuelgo la llamada.

Después de una hora, estoy sentado en una habitación privada en uno de mis hoteles y almorzando con mi viejo amigo.

— ¿Cómo está tu vida? —Jimmy pregunta.

—Es un infierno aburrido. ¿No ves que te llamé para almorzar contigo? —le respondo con calma.

—Eres una persona tan desagradecida, ¿qué tiene de aburrido tu vida? Lo tienes todo —dice Jimmy mientras come como un caballo. A veces se me olvida cuánto le gusta comer.

—Nada nuevo que hacer —respondo mientras bebo mi champaña.

—Alex, ¿por qué siempre tienes que buscar algo nuevo? ¿No puedes encontrar interés en las cosas habituales? —Él deja de comer.

—Las cosas habituales no son para mí —le respondo con una sonrisa.

—Podrías establecerte —sugiere.

Esta vez me rio a carcajadas. Jimmy también tiene 30 años. Felizmente casado y orgulloso padre de dos hermosas niñas. No es la primera vez que me sugiere algo como esto.

— ¿Sabes con qué facilidad me aburro? Podría casarme con alguien para divorciarme de ella a la mañana siguiente —le respondo en broma.

—Créeme, la esposa es la creación más hermosa del mundo. No puedo imaginar mi vida sin mí caramelito. ¿Qué pasó con Alicia? —me pregunta.

— ¿Por qué preguntas tanto por ella? —inquiero ya aburrido con esta discusión.

—Porque es la única que se quedó contigo, teniendo en cuenta la forma en que usas a las mujeres y luego las arrojas. Ella es la única que elige ignorar todas tus formas arrogantes y malos modales. E ignorar ese comportamiento requiere una mujer de fuerte voluntad. Porque nadie puede cambiarte. De hecho, nadie puede cambiar a nadie. Solo podemos aceptar a las personas. Y cuando la miro, creo que ella te acepta a ti —declara.

— ¿Disculpa? Soy la persona más gentil con la que se han encontrado las mujeres. Y ella no solo me acepta a mí, sino también a mis tarjetas de crédito y regalos caros —respondo con una cara orgullosa.

—Ve y engaña a alguien más. Te conozco Alex. Y conozco tus caminos —Me mira como si estuviera mirando mi alma. Y esta es una de las muchas razones por las que no lo veo a menudo. Pero, de nuevo, también se siente bien tener a alguien que pueda ver a través de ti—. Por cierto, gracias por la comida. Ahora mi descanso está por terminar. Necesito regresar. Mis pacientes están esperando —agrega.

— ¿Por qué no dejas ese trabajo y comienzas tu propio negocio? —le pregunto por milésima vez. Esperando que cambie de opinión.

—No, amo mi trabajo —Es toda su respuesta.

Mi teléfono comienza a sonar. Es Simón.

—Necesito atender esto. Espérame en el auto —le digo.