Capítulo 10

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ALEX

Estoy en mi segundo trago cuando una bailarina caliente toma el palo a mi lado. Está en topless y sus deliciosas curvas son muy acogedoras. Cuando me encuentra mirándola, me guiña un ojo y balancea su trasero como una diosa. Le indico que venga y me dé un baile en mi regazo. Su culo fue hecho para follarlo. Me pregunto en dónde mi gerente encuentra culos tan perfectos para contratar. Gruño de placer cuando ella felizmente viene y se sienta en mi regazo con la espalda hacia mí.

Su trasero se balancea en mi palpitante polla. Empiezo a frotar su vientre desnudo y me levanto. Sus tetas son grandes y deja escapar un gemido perfecto cuando llego allí. Ella está muy dispuesta. Sus tetas son demasiado codiciosas por mi toque. Empiezo a amasar su cuerpo con mis grandes manos. Estoy seguro de que una zorra como ella tiene clientes todas las noches, pues es tan perfecta y tiene las habilidades para gobernar el mundo con el trasero que tiene.

Pero ella no se parece en nada a Jane. Echo la cabeza hacia atrás y echo de menos las tetas que se estremecieron bajo mi toque.

Mi polla se está volviendo cada vez más rígida y ella es en todo lo que estoy pensando ahora. La idea de que Jane está esperándome en mi propia suite no está ayudando. Me está volviendo más loco.

Quería poseerla allí mismo, en su habitación de hotel. Pero de alguna manera ella logra llevar la cosa al siguiente nivel. Nunca quise lastimar a las mujeres por sexo sin su consentimiento, pero ella me está haciendo descubrir un lado de mí que incluso desconozco. Ella me arrodilló a sus pies sin querer. Primero, ella me rasguñó y ahora me arrodilló. La odio pero también me duele por ella. Estos sentimientos antagonistas me están volviendo loco.

Y no es solo este sentimiento lo que me está volviendo loco. Son sus ojos los que alguna vez estuvieron llenos de asco en el club y ahora tienen puro miedo. Su miedo cuando le dije que su equipaje es lo último por lo que debería estar preocupada. El nudo en la garganta que me dio cuando le dije que esperara en la habitación y ella ni siquiera levantó su cara para asentir con su mirada. No quiero asco o miedo en sus ojos. Solo quiero que esos ojos se pongan blancos cuando la empuje. Quiero esa boca suya inteligente e irritante alrededor de mi dura polla.

—Esto podría ser mucho más divertido. Vayamos a la parte trasera —Esta zorra dice y rompe la cadena de mis pensamientos.

La miro a los ojos y es cuando todo se vuelve tan claro como el día. Soy Alexander Black. Desde cuando empecé a pensar en cosas tan insignificantes. Me follo a quien quiera cuando quiera. Ella está justo allí en mi suite. Ella es la que me dio una erección en primer lugar. Entonces, ella debería ser la que se encargue de eso. Realmente no importa si quiere dármelo voluntariamente o no.

Le indico a esta zorra que retroceda y salgo del lugar. Me meto en mi ascensor privado a mi suite. No me importa si ella no me quiere. Imagínense si todos los animales comienzan a pensar que el sexo es pecaminoso. Llegarán a su fin. Ella debería entenderlo mejor que nadie. ¿No es ella profesora de biología?

Oh sí, ella ni siquiera es capaz de procrear. Me pregunto si eso hace que las mujeres estén menos interesadas en el sexo. Pero no es cierto, pues se mojó cuando la toqué.

Nunca he forzado el sexo con alguien. Pero nadie me ha desafiado tanto tiempo. Ya le he dado suficiente tiempo. Su cuerpo también lo quiere, lo sé. Ella es demasiado terca y me pone nervioso al hacerlo.

El ascensor se detiene y no pierdo el tiempo en llegar a la sala de estar. No se la ve por ningún lado, pero cuando estoy a punto de irme la veo en la terraza.

Por un momento cuestiono su cordura. Hace frío afuera. Está abrazada a sus brazos y tiritando. Noto sus pies descalzos y por el más mínimo momento, me siento mal por ella. Pero luego recuerdo que se lo merece. Por seducirme en el club, por tratar de abofetearme, por lastimarme y por desafiarme tanto tiempo.

Esposa Por ContratoWhere stories live. Discover now