Capítulo 35

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Él la miró a los ojos sin levantar la cabeza y dijo.

—Shhh, es mi hora de postre —y le dio un beso abierto en su vagina. Una ola de placer eléctrico recorre todo su cuerpo.

—Alex —ella exhaló la palabra mientras lo golpeaba en las piernas. No perdió el tiempo en abrir sus muslos nuevamente para tener un fácil acceso. La besó y chupó toda su raja antes de sacar la lengua para lamerla.

Agarrando las sábanas en sus manos, trató de contener sus gemidos, pero su respiración era superficial. Ella trató de quedarse quieta pero luego él comenzó a chupar su carne sensible, haciéndola dejar la sábana para agarrar sus mechones de cabello. Podía sentir la punta de su nariz en su clítoris y su boca bajando hacia su túnel en V cuando abrió los ojos para mirarla. Siguió bajando, sin romper el contacto visual. Había lujuria en sus ojos que la inmovilizó en su lugar. La inserción de su lengua no pasó desapercibida por su cuerpo, mientras ella temblaba de placer. Pero solo duró unos segundos porque después, sintió sus dientes clavándose en su carne. Solo le tomó unos segundos darse cuenta de que él también estaba dejando la marca aquí.

—¡Ahh! -Un grito hizo eco en la habitación cuando siguió marcándola en su sensible carne—. Alex, oh, no —esta vez ella le tiró del pelo, pero él no mostró ninguna señal para soltarlo. Pero antes de que pudiera volverse loca con esta tortura, la dejó y lamió el lugar marcado.

Ella temblaba de dolor y placer cuando le tapó la boca. Ella lo escuchó inhalar audiblemente haciendo que sus mejillas se pusieran rojas.

—Hueles muy bien —Dicho esto, se enderezó entre sus piernas y la tomó sin contenerse.

—¡Ah! —gritó Jane con los ojos cerrados y la boca abierta, seguido de sus fuertes gemidos mientras él seguía embistiéndola.

Se veía tan angelical y sexy en su cama. Recordó lo buena que era al darle trabajo sexo oral. Recordó cómo sus mejillas se ponían rojas cuando ella trataba de no parecer avergonzada. Recordó lo bueno que era entrar dentro de ella sin preocuparse por nada.

Mirando sus tetas sacudiéndose, pudo sentir que su pene se hinchaba más. Él comenzó a acariciarla aún más con una sonrisa diabólica en su rostro mientras su pensamiento se procesaba en la millonésima de segundo.

No hay forma de que la deje ir. Ella debe estar en mi cama y cocinarme esas deliciosas comidas. Incluso si eso significa que la etiquete como la Sra. Black y la haga una tonta.

No va a cambiar nada, Alex. Puedes vivir tu vida sin preocupaciones como antes. Pero ahora tendrás a esta mujer perfecta a tu lado. Ella también está sola. No puedes dejarla y dejar que se encuentre con otro hombre como tú.

No, no, no ... Nadie puede tocarla excepto yo.

Pensando en esto, se cernió sobre ella para tomar sus labios en su boca. Sus suaves montículos golpeando su pecho se sienten perfectos debajo de él.

Ella probó sus jugos en su boca. Sabía que era un acto tan grosero y prohibido. Pero últimamente, ella estaba cometiendo muchos pecados con este hombre. Soltando las sábanas, ella sostiene sus antebrazos, pero luego, él la inmovilizó con todo su peso. Sujetada a la cama mientras estaba siendo acariciada con una enorme polla, le está doliendo la marca. En un momento estuvo segura de que comenzaría a sangrar. Pero ella lo tomó todo. Ella se lo llevó todo sin quejarse.

Después de un tiempo, sus caricias se hicieron más lentas. Él comenzó a plantar besos firmes en su cuello y ella estaba jadeando con fuerza cuando sintió su inundación caliente abriéndose camino. Se quedó dentro de ella incluso después de haber terminado. Sus alientos calientes en el lóbulo de su oreja la hacían consciente de otra acción pecaminosa.

Esposa Por ContratoWhere stories live. Discover now