Capítulo 8: Fase 4: Elecciones grotescas

183 30 231
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Yildiz POV




— Revise su mochila, soldado Walker — me ordenó el viejo podrido que se encargó de joderme la vida hasta ahora.

Bueno, supongamos que hasta ahora.

— Veamos que regalito me tienes aquí — expreso con diversión, dejando el bolso en el suelo para agacharme y proceder a abrirlo — ¿Qué será?... ¿Una puta bomba?, ¿Algo para darte en la cabeza cuando te vea? Oh quizás... ¿¡Un consolador!? Neh... Mucha suerte.

Relamí mis labios con una sonrisa, y cuándo pude quitar la bolsa negra que había dentro, me sorprendí completamente al encontrarme con la ropa de mi padre al igual que con su bate. Lo primero que recogí fue su pañuelo, ese contenía su esencia desde el día 0 y me daba fuerzas para recordar quién era. Mis manos lo llevaron hasta mi rostro, colocándomelo entre mi nariz y mis labios, cerrando los ojos para oler su aroma.

Seguía intacto.

Procedí a volver a colocarlo en mi cuello, me pertenecía, era como un amuleto preciado para mí y nunca más me lo iba a arrancar. Eso era un completo pecado gente, aprendan.

— ¿Le gustó su sorpresa, soldado?

Me levanté quitándome la camisa camuflada, no tenía problema en hacerlo sabiendo que tenía colocada debajo de ella mi playera blanca. Sostuve la chaqueta de cuero, incorporándola nuevamente en mi cuerpo y me la acomodé, cerrándola.

— Me pregunto para que carajo me habrá hecho este jodidamente hermoso regalo, y eso que aún no es mi cumpleaños. Pero mantenga esta imagen en su mente — le advierto colocándome los guantes negros en mis manos alzadas hacia la luz, moviendo mis dedos — porque mi persona en este momento significa peligro.

Recogí el bate entre mis manos y di varios golpes al aire, exponiendo mi lengua hacia afuera mientras la mordía con mis dientes, cerrando un ojo.

— ¿Proseguimos con la fase cuatro?

— Anda marica, hace media hora te estoy esperando — me reincorporé, colocándome el bate en el hombro y largando una risa divertida.

Llevando tres fases pasadas, no creo que la cuarta pueda ser peor... ¿Oh sí?

Repasemos. Tuve que abrirle el estómago a un imbécil que nos traicionó hace años por ser un maldito resentido, luego me hice mierda las manos con barandales para no ser desintegrada y por último tuve que soportar más desperdicio de mi sangre, continuado por caminar en una maldita madera que casi me lanza a una laguna de caminantes con ganas de desgarrarme en pedacitos.

EL NUEVO ORDEN || The Walking DeadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora