6. El hijo de Adán

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Narra Edmund

-Thomas es el hijo de Adán que liberó a la bruja blanca- dijo Kayla, se notaba que estaba muy enojada.

Nos encontrábamos en el salón de los cuatro tronos junto al gran león.

Aslan suspiró.

-Era de suponerse- hizo una pausa- sólo así consiguió ser la mano derecha de Jadis.

Kayla bufó.

-Necesito que descansen, vayan a sus habitantes que más tarde anunciaremos la cena- ordenó Aslan- mañana mismo partirán a primera hora.

-¿Partir a donde?- pregunté

-A la mesa de piedra- indicó y todos compartimos miradas.

-Ahí será la batalla entre Kayla y Jadis- aclaró- durante su viaje entrenarán y cuando lleguen se unirán al resto del ejército narniano para acabar con la gente de la bruja.

-¿Qué dices?- cuestionó Kayla, la miré y pude notar que no estaba de acuerdo con su padre.

-Cuando termines con la bruja, nuestro ejército terminará con su gente- Kayla miró a Aslan con su semblante serio.

-¡No!- exclamó la princesa y todos nos sorprendimos con su respuesta- no voy a dejar que se pierdan mas vidas.

-Está decidido- contestó el león.

-Pero papá- chilló Kayla como niña caprichosa.

-Es una orden Kayla- rugió Aslan y luego nos miró- vayan.

Sin dudarlo salimos del salón pero cuando mire hacia atrás, Kayla se había quedado en su lugar. Imagino que quería seguir la discusión con su padre a solas.

Caminamos por un pasillo y nos detuvimos a unos metros del salón.

-Es la primera vez que veo que alguien se niega a seguir una orden de Aslan- dijo Lucy aún con asombro.

-Muchos narnianos murieron por proteger a Kayla de la bruja- dijo Caspian y nos miró con tristeza- ella se siente responsable por esas muertes.

Escuchamos que una puerta se cerró con fuerza y vimos que Kayla salía del salón, al pasar junto a nosotros nos dedicó una sonrisa triste y siguió su camino.

Me encontraba en mi habitación listo para dormir cuando escucho que una voz susurra mi nombre. Miro a mi lado derecho y retrocedo asustado al ver que es Jadis quien me llama.

Ella me sonríe.

-Mi rey- dice y hace una reverencia.

Estoy petrificado por el miedo y el asombro.

-No confíes en ella.

-¿Que quieres? ¡Lárgate!- grité

-Vengo a advertirte Edmund- hizo una pausa- Kayla no es de fiar y tarde o temprano los traicionará- continuó- ella es mi hija y la maldad la lleva en la sangre.

Quería moverme pero no podía y comenzaba a sudar de la desesperación.

-Ese es nuestro plan ¿verdad hija?- de la oscuridad salió Kayla. La miré bien y tenía puesto un vestido blanco parecido al de la bruja. Me miró y sonrió.

-Lamento decepcionarte Edmund- dijo con sarcasmo. Alzó su brazo y me lanzó una bola de fuego.

Desperté agitado, lleno de sudor y confundido. Respire profundo cuando me di cuenta que sólo había sido una pesadilla. Pasé mis manos por mi rostro sintiendo alivio.

Me levanté de la cama y caminé hacia el balcón. Meditaba las palabras de la bruja y me entraba la duda. Tenía que confiar en que Kayla no nos iba a traicionar.
Miré hacia abajo y ahí estaba ella en su balcón, supongo que no puede dormir. Tenía puesto un camisón negro y su cabello completamente suelto. Se le miraba calmada.

De pronto entendí el porqué del cosquilleo en el estómago cuando la miraba.

Me atraía.

Me estaba comenzando a gustar.

Mierda Edmund.

¿Es una broma?

¿Una narniana?

Y no cualquier narniana.

Estoy jodido.





El tesoro de Narnia [Edmund Pevensie]Where stories live. Discover now