10. Edmund

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Kayla me miraba sorprendida.

-No te miento, me gustas demasiado- acaricié su mejilla. Ella estaba como.en shock. -Kayla dime algo por favor- dije impaciente.

Tomó mi rostro entre sus manos y se impulso para unir nuestros labios de nuevo. Esta vez el beso era más calmado. Nos separamos y me sonrió.

-Tú también me gustas mucho Edmund- dijo ella y nos fundimos en un abrazo. Al separarnos sonreímos. -Tenemos que volver- tomó el bolso con los frutos y comenzó  a caminar. La seguí y cuando estuve a su lado tomé su mano y la entrelace con la mía. Ella me miro con una sonrisa. Cuando llegamos con los chicos, se fijaron en nuestras manos unidas. Entonces todos gritaron de alegría y se acercaron a nosotros para abrazarnos y felicitarnos, decían cosas como "ya era hora Ed", "estamos felices por ustedes", "son el uno para el otro".

Dos días después, desperté cuando faltaba poco para que el sol saliera. Talle mis ojos y bostecé, recorrí el lugar con la mirada y me topé con que Kayla ya se encontraba despierta, estaba hablando con Caspian y Peter. Mis hermanas terminaban de tomar el desayuno. Fruncí el ceño, al parecer todos habían madrugado. Me levanté y Susan me miró divertida.

-Buenos días dormilón- dijo y Lucy soltó una risita. Gruñi. Caminé hacia donde estaba la princesa con los chicos y la abracé por la espalda.

-Buenos días linda- dije arrastrando las palabras, aún tenía algo de sueño.

-Buenos días bombón- escuché una voz fingida y miré a los chicos, quienes me miraban divertidos y ahogaban carcajadas. Kayla rió.

-Buen día Ed- dijo la princesa y me dio un beso en los labios. En estos días nos hemos conocido mejor con Kayla, platicamos todo el día, me cuenta sobre su vida y yo sobre la mía y claro, los besos no podían faltar. Cada vez la quiero más.

-¿Qué hacen?- pregunto mirando algunos pergaminos que estaban sobre el suelo.

-Kayla nos mostraba una estrategia para la guerra- dijo Peter emocionado. -Tu novia es un genio de las batallas- sonrió sin notar que el ambiente se ponía un poco incómodo. La princesa y yo aún no eramos novios, esperaba pedírselo en el momento indicado.

-Repasemos- dijo Kayla apurada. Mis hermanas se acercaron y la princesa se puso en frente como si se tratara de una maestra. -Después de derrotar a la bruja será la batalla entre los ejércitos... El primer ataque lo dirige Peter- sorpresa, sorpresa. Suspire, era de esperarse. -El segundo ataque sera dirigido por Caspian y Susan- los mencionados asintieron. Yo hice una mueca. Comenzaba a sentirme frustrado, creí que me darían un puesto más importante. -Y por último pero no menos importante- me miró- el tercer ataque lo dirigen Edmund y Lucy- terminó con una sonrisa. Pero mi rostro reflejaba otra cosa. Solté un gruñido y todas las miradas se posaron en mí.

-¿Por qué siempre tengo que ser el último?- pregunté enojado.

Todos me miraron preocupados a excepción de Kayla que me miraba confundida.

-No entiendo, ¿no estás de acuerdo con el plan que ideé? Todavía no lo escuchas todo- Kayla me miraba fijamente mientras los demás se removían incómodos.

-Tú no sabes nada sobre hacer un plan de guerra- dije brusco. Kayla arrugó la frente.

-Edmund- me llamó Caspian en modo de advertencia.

-¿Disculpa?- dijo Kayla ofendida.

-Nunca has luchado en una guerra- dije obvio. -No sabes cómo hacerlo. Es más, lo único que sabes hacer es huir y dejar que otros mueran por ti- solté con rabia. Su mirada reflejaba furia.

-Vete a la mierda Pevensie- dijo ella dolida.

-Claro, a la princesa no le gusta que le digan la verdad- dije burlándome. Me miró sin poder creerlo al igual que mis hermanos. -Pues tienes que aceptarlo porque esa es tu realidad. Y no sólo eso- comencé a caminar para acercarme a ella pero Lucy me tomó del brazo para detenerme- Por tu culpa estamos metidos en toda esta mierda.

Esa fue la gota que derramó el vaso. Lucy me soltó por la sorpresa que provocaban mis palabras. Todos se mantuvieron callados hasta que Kayla se acercó a mí.

-Pues te guste o no, ese será el plan que usaremos porque ya está aprobado por el rey Caspian y el rey Peter- dijo apretando la mandíbula y mirándome con enojo. Se dio la vuelta, tomó los pergaminos del suelo y comenzó a caminar.

-Vámonos- ordenó.

Mis hermanos se apresuraron a recoger sus cosas para alcanzar a Kayla, quien ya nos llevaba varios pasos de ventaja. Caspian se mantuvo a mi lado.

-Esta vez no bastará una simple disculpa para arreglar las cosas Ed- suspiró- Tienes que aprender a controlar tus impulsos; si Kayla te puso en el tercer ataque era porque conoce tus habilidades. Ese era el ataque crucial para terminar con los seguidores de la bruja. Ese era el ataque más importante del plan.

Me miró con decepción y comenzó a caminar para alcanzar a mis hermanos.

Suspiré y pase mis manos sobre mi rostro. La culpa comenzaba a invadirme, mi enojo se iba esfumando y me estaba dando cuenta que lo había arruinado todo. No medí mis palabras y deje que la rabia y frustración tomara el control en mí. 

El tesoro de Narnia [Edmund Pevensie]Onde histórias criam vida. Descubra agora