D E S C E N D I E N T E© | RusArg | Hetalia O.c.

⸙┊uno; ¿Hijo?, ¿yo?, ¿desde cuándo?

Una mañana esplendorosa, así creyó que sería el día para él.
Tincho estaba decidido a no dejar que este día fuese una mierda, ¿y cómo? Se preguntaran. Encerrándose.
¿Qué mejor manera de relajarse que pasarla dentro de casa, viendo telenovelas con unos buenos mates amargos?, nada y nadie iba a estropear su sábado de relajación...hasta que tocaron su puerta y timbre de una manera bastante insistidora.

——me cago en la mierda~. ——murmuró levantándose del viejo sofá hecho pingo que tenía en su casa y fue directo a la puerta——. ¿Y ahora quién anda hinchando las pelotas?. ——si bien, su hermano le aclaro recibir a las personas sin insultos, se le era bastante complicado al argento el no soltar una palabrota. A fin de cuentas, ya era costumbre suya——. A ver, ¿quién me toca la puerta de esa for-...?. ——se halló con un muchacho allí parado, con mochila en el hombro y una maleta arrastrando-la——. Emm, ¿puedo ayudarte?. ——

——¿tú eres Martín Hernández?. ——titubeó con su nombre leyéndose-lo en un papel arrugado que traía en manos, además de un mapa doblado.——

——¿quién lo busca?. ——cambió su tono y rostro a uno más serio. Si este era un chorro iba a gritar a por ayuda apenas pechara.——

——soy su hijo.

Su alma pareció haber abandonado su cuerpo por unos instantes. ¿Le escucho bien?, ¿dijo "hijo"?.
El representante del país Latino casi cayo al suelo, si no fuera por el rápido agarré que su contrarió le hizo se hubiera roto el culo.

——¿vos sos qué?. ——pronunció esas simples tres palabras.
El peli-negro bufo de cansancio colocando al rubio derecho sobre sus pies.——

——su hijo. Soy su hijo. ¿Está o no?. ——dejó todo sobre el piso de la casa y se cruzó de brazos intimidando al argentino con su penetrante y única mirada de su ojo derecho. El color de éste le hizo recordar a cierto euroasiático.——

——¿hijo?, ¿yo?, ¿desde cuándo?. ——tartamudeó alejándose dos pasos del de parche en el ojo. Él contrario suavizó su rostro y mirada, y pareció haberse sorprendido por unos instantes ante lo que el rubio dijo.——

——asique sos vos. ——su asentó era idéntico al suyo——. Mucho gusto, mi nombre es Diego. ——estiró la mano para saludar. Martín se la acepto con algo de desconfianza manteniéndose aún lejos suyo——. Eh venido desde mis tierra por ti y por mi padre, para que me reconozcan como su hijo. ——

——¿padre?. ——

——si, Ivan Braginski. Es mi padre y tú mi papá. ——Argentina chillo igual que una rata ante está confesión.
“Yo y el ruso, esto tiene que ser un puto sueño. ¡Desperta Tincho, DESPERTA!.” decía mentalmente.
Diego miraba al latino estar sobre el suelo sin expresión alguna. Se hacía mentalmente la pregunta él: “¿Acaso esté hombre es mi papá?, vaya decepción.”.

Nuestro Ivan estaba en su hogar sin saber qué hacer exactamente. No tenía pendientes y ni siquiera estaba de humor como para ir a molestar a China o a Estados Unidos. Se sentó, mirando el techo pensando...en la vida. Si, en la vida; hasta que llamaron al teléfono del hogar.

Cómo él estaba allí, atendio la llamada.

——Habla Iván Braginski, ¿en qué lo puedo ayudar?. ——habló con aquel tono tan adorable de voz que solo lo podía tener él y claro, Veneciano por igual.——

——hay, menos mal que atendiste vos boludo. ——sintió desde la otra línea.——

——¿quién es?. ——la voz del latino se le fue desconocida y esto provocó que el contrario de la línea se ofendiera un poco.——

——¿Cómo qué quién es, pelotudo?, ¿ya no reconoces mi voz?, ¡soy yo!, ¡Argentina o....Martín!. ——

——¡¿Argentina?!, ¡tiempo sin oir tu linda voz!, ¿por qué llamabas?, ¿buscas a Romano?. ——el ruso conocía del parentesco que este tenía con Italia Romano, asique dedujo que llamaba por él.——

——no, te buscaba a vos. ——

——pues aquí me tienes. Dime lo que necesitas. ——reposó sobre la pared del lugar para estar más cómodo mientras esperaba a que el argento hablará. Su relación con el latino era muy buena. Argentina cuido de él en tiempos pasados cuando era un niño, llevaba tiempo sin verle.——

——hay un pibe acá que dice ser nuestro hijo. ——el eslavo parpadeo por unos instantes procesando la información. Alfred iba llegado hasta donde estaba Iván——.

——¿Qué dice?, ¿hijo?. ——logró pronunciar. El estadounidense se oculto detrás de la pared delantera para poder escuchar lo que su contrario hablaba.——

——si. ——

——¿esto es una broma tuya Martín?. ——cambió el tono de su voz a uno más serio causando escalofríos en el latino y el norteamericano.——

——sa-sabes que jamás te haría una broma así. Menos a vos. ——

——ven tú y ese chico hasta la casa. Hablare claramente con él. ——finalizó la llamada colgando. Estados Unidos pensó: “¿Un hijo?, ¿eso traería malas o buenas consecuencias para mí?.”——