⸙┊cuatro; el pequeño Rusvenia

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25 de Agosto de 1950

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25 de Agosto de 1950

—¿el niño fue entregado?. —preguntó a F.B.I., el de traje oscuro asintió sin decir una sola palabra a su superior. A él le resulto cruel dejar al niño en un orfanato de las nuevas tierras.

Fue hace poco retirado de su incubadora. ¿Por qué tan rápido quería deshacerse de él?.

—señor; no quisiera que pensara que no estoy de acuerdo con sus ordenes pero ¿por qué, siendo recién sacado de aquella incubadora, se deshizo de él?. —preguntó con temor en sus palabras a la Organización.

—F.B.I., ¿te arriesgarías a que una fuerte pelea entre potencias se desatara solo por aquel experimento?. —contra pregunto. El agente de policía quedo mudo. O.N.U. estaba poniendo la paz del mundo por sobre todo; pero aun así, aquel pequeño no tenía la culpa de nada.

Llamarlo experimento podía ser racista y hasta cruel.
No, F.B.I. no iba a dejarlo solo, se negaba a hacerlo. Él fue estrictamente entrenado para cuidar a los representantes de países y esté pequeño era uno.

—¿retirarlo?, pero no puede hacer eso. —replicó la católica yendo detrás del oficial.

—claro que puedo. Me arrepentí, quiero al bebé de nuevo. —ingresó sin antes recibir aprobación.
Las demás hermanas de aquella iglesia iban detrás de él intentando detenerlo siendo les imposible la tarea.
F.B.I. llego hasta la sala de cunas y busco a la representación de la nueva colonia hallándolo dormidito junto a otros huérfanos. Lo tomo entre sus brazos y acuno en ellos para que se atreviera a despertarse.

Sin darle tiempo a que las otras hicieran algo, se fue. Llamar a la policía no era una opción, era F.B.I. y estaba por sobre ellos estando en territorio propio de su organización.

Antes de doblar quedo quieto allí mismo. ¿Qué haría ahora?. El primer paso estaba hecho. Tenia al pequeño nuevamente. ¿Y el siguiente paso?.
Tal vez cometió errores al precipitarse.

Rusvenia se acurrucaba en el pecho blindado del oficial, buscando calor, siendo le su impedimento el chaleco antibalas.
Como recurso de F.B.I. para que no se enfermara, se despojo de su invernal chaleco y se lo puso a él.

Podría tener una vida con él, criarlo como su hijo. Pero viviría en las sombras, oculto de O.N.U. y él no estaba dispuesto a dejar que el bebé pase por ello.
El orfanato no es más que una opción de mandarlo al infierno mismo. No iba a dejar que pasará por aquello.

Caminó, sin rumbo alguno chechando de vez en cuando que no estuviera frío. El clima era nublado y las calles de Rusvenia eran bastante húmedas.
El viento empeoraba y el bebé empezaba a temblar. Así que decidió entrar a un bar de bebidas de por allí. Era rústico. Habían pocas personas. Pero él era el único con un bebé por lo que fue visto de manera extraña.

Haciendo caso omiso a las miradas, tomo asiento en una de las mesas.
Un joven mesero le atendió.

—¿piensa beber algo?. —indagó con un papel rasgado en manos y bolígrafo.

—un vodka. —dejó el dinero sobre la mesa.
El mesero de aparentemente 20 o 30 años tomo el papel verde estadounidense y fue a por el pedido.
Volvió unos segundos después.

—¿Requiere de ayuda?.

—¿qué?. —le miró confundido antes de llevar la bebida a la boca.

—digo, con el pequeño. Se ve que es un padre con problemas.
Le ofrezco los cuidados de mi pareja mientras usted...ahoga sus penas. —le ofreció.
Aquel joven le cayo como ángel del cielo. Asintió, pasándole al bebé con cuidado.
Él fue hasta donde una mujer rubia sentada en la barra junto a la caja registradora.
Ella pareció haberse extrañado con la criatura que su novio traía hacia ella y dudo unos minutos en si recibirlo en sus brazos o no pero acabó por hacerlo.

Era una opción. Dejarlo aquí. Dejarle el peso a alguien más.

Tomo la servilleta dada con la bebida y con un bolígrafo sacado de su camisa escribió: “No puedo tenerlo conmigo. Él es importante. Por favor, cuiden lo por mí.
Recibirán ayuda financiera de mi parte.
Su nombre es Diego.”

—...su nombre es Diego. —finalizó de leer a su pareja. El bar estaba vacío y F.B.I. abandonó allí a la pequeña mezcla de A.D.N.

—lo dejo. Abandonó a su hijo. —expresó la rubia meciendo al ya despierto pequeño que miraba todo sin comprender.

—parecía tener problemas.
Irene, no podemos dejarlo. —expresó el futuro dueño del bar de su padre.

—claro que no. Adoptarlo es una linda opción pero, ¿qué dirán tus padres?. Apenas y me han aceptando a mí en su casa. —preguntó la mujer apegando más el bebé en su pecho para darle calor.

—hablaré con ellos. No abandonaremos al bebé. —

(· · ·)

—creí haberte dado una tarea simple F.B.I. —iban camino a la gran casa de los Hetalies.
El oficial iba sentado delante de O.N.U. resguardando su seguridad. El paso de los años avanzó en ellos, pero más en la organización—. Deshacerte del experimento.

—fui entrenado para cuidar de representante de países. No para abandonarlos.
Deje a Diego al cuidado de buenas personas. —explicó el agente.

—ahora, por tu desobediencia, tendré que enfrentarme al país latino y al euroasiático.

D E S C E N D I E N T E© | RusArg | Hetalia O.c.Where stories live. Discover now