D E S C E N D I E N T E© | RusArg | Hetalia O.c.

⸙┊siete; el tóxico de Chile

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— ¿Y todo ese escándalo?. —indagó el ruso de mientras el descendiente permanecía mirando con atención a los dos mayores. Los gritos de Manuel se sentían hasta la habitación del ruso.

— ¡Nada!. —se apresuró a responderle. La actitud de Argentina era bastante extraña y no paso desapercibida por padre e hijo—. Quiero decir, no es nada. ¿Por qué no mejor jugamos a algo?.

— ¿jugar?. —Russia podría ser un completo despistado, pero Rusvenia no, él sabía que algo estaba ocurriendo.

— ¡si!, ¿qué tal si ustedes van y se encierran en el dormitorio mientras yo cuento hasta mil?.

— ¡parece divertido!. —gritó Ivan teniendo aquellos hermosos ojos brillosos. Tan solo jalo a Diego del brazo al dormitorio para ambos encerrarse en él y esperar a que el Argentino los buscará.

Martín suspiro con calma. Se había deshecho de los dos eslavos; ahora tocaba ir a enfrentar al malhumorado de su pareja.
Se armo de labor y al fin se dejó ver.

Entre risas saludo al chileno. Manu al percatarse de la presencia de su novio fue directamente a encararlo. — ¿En dónde mierdas andabas?.

— acá. —respondió sin más alterando aún más a Chile.

— ¿acá dónde?. —guardó calma. No quería gritarle a su narizón, claro que no, Manu lo amaba y a la vez respetaba, pero había veces en las que se indagaba el por qué está saliendo con él.

— pues acá. —se refirió a la mansión donde los Hetalies albergaban.

— ¿por qué no me llamaste antes para decirme que estarías acá?. Me hubieras ahorrado el trabajo de haber cocinado en casa. —reclamó de mientras el de ojos verdes trataba de formular alguna mentira a su novio.

— perdón, es que... —miró donde sus demás amigos. Todos ellos lo habían dejado solo, que se enfrente él al país más malhumorado de todos—... Surgió un problema.

— ¿y de qué se trata ese problema?. —volvió a preguntar. Tincho sabía que su novio no era ningún estúpido. Mentirle a él no sería tan fácil como mentirle al ruso.

— pues verás, yo-...

— ¡ya sobre-pasaste los mil!, ¡¿por qué no vienes a buscarnos?!. —se escuchó desde el pasillo detrás de Argentina el constante golpeteo de la puerta y el sonoro grito de Rusvenia.

— ¿quién es ese que grita?. —preguntó el chileno.

— ¿gritos?, yo... No oí ningún grito. —se precipitó a decir aquello tan estúpido mostrándose nervioso ante el chileno.

— Аргентина?!, Найди нас !. (¡¿Argentina?!, ¡ven a buscarnos!.) —gritó está vez Russia golpeando a la puerta de igual que el rusveniano.

— ¿ese es Russia?, ¿no?. —

— ¡¿Russia?!, ¡¿quién es Russia?!, yo... No conozco a ese tal Russia, ¿vos si?. —claramente Chile no pudo evitar el pensar que el rubio era un completo tarado.

— ¿acaso el tinte de tu cabeza te hizo mierda el cerebro?. —empujó al argentino para darse paso al pasillo e ir directamente a la habitación de dónde los gritos venían.

— oh no, ya te cacharon. —dijo Juan con un tono preocupado.

— ¡no es tinte, es natural!. —gritó yendo detrás de Manu para detenerlo.

Manu tomo la perilla e iba a abrir aquella puerta.

— ¡Manu!, —Argentina había llegado antes de tiempo— por lo que más quieras, no abras esa puta puerta. —dijo de modo lento tratando de evitar su posible muerte a manos del chileno.

— ¿qué hay detrás de ella?.

— no querrás saberlo, literalmente, ¡no querrás saberlo!. —al chileno le dio a menos las advertencia de Argentina y abrió la puerta causando que ambos rusos cayeran al suelo tras haber estado apoyados en está para poder oír la discusión.

Russia y Rusvenia quedaron encima de Chile, aplastándolo por completo dejándolo por momentos sin aire.

— oigan, caí sobre algo suave. —dijo Rusvenia levantándose dejando ver que aquello 'algo suave' era Manu—. Ups, lo siento.

Chile miró a Argentina con furia. — ¿Qué significa esto?. —apenas podía respirar, el peso de los contrario fue demasiado para el cuerpo delgado de Manu.

— yo... Tengo un hijo del cual jamás estuve enterado que nació. —soltó dejando a su novio perplejo.

— tenemos un hijo. —corrigió Russia.

No me contuve con hacer el meme xd

/Sorry not sorry