Trabajo de verano.

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Noche.

Tienda de ropa del Centro de París.

- Buenas noches, señor. ¿Qué clase de ropa esta buscando? Ya vamos a cerrar.

- Si, ropa de niñas, señorita.... ¿Marina? - dijo el señor tratando de leer el nombre en la placa de identificación que tenía en el pecho.

- Marinette, descuide. Está al fondo de la tienda, cerca a los vestidores.

- ¿Me puede acompañar?

- Está bien.

Para ser un trabajo de verano, la estaba pasando genial.

Marinette comenzó a trabajar para ganar dinero y ahorrar para sus estudios de la universidad. Estudiaba la carrera de diseño de modas y era muy costosa, pero valía todo por cumplir su sueño.

- Señorita, no alcanzo los pantalones del anaquel.

- Descuide, ahí voy.

Al menos juraba que este trabajo iba a ayudar de una u otra forma a pagarlo, además se familiarizaba con la ropa y le agradaba estar rodeada de lo que diseñaría en el futuro, no solo vestidos de noche.

- ¿Señor? ¿Q-qué esta haciendo? - dijo cuando este la sujetó de la cadera mientras trataba de alcanzar los pantalones.

- Cállate, tu solo alcanzalo y no seas ruidosa. - se acercó a ella y comenzó a tocarla por el trasero hasta su busto, para luego apegarse a ella.

- N-no, no lo haga. - dijo Marinette soltando una lágrima.

- Estás muy deliciosa, pequeña... - dijo el señor muy cerca a su cuello. - Tal vez podrías enseñarme la ropa que tienes debajo en los vestidores... Y si te portas bien, no te haré daño.

- S-señor... N-no, p-por favor...

Era su fin.

- Creo que a alguien le gustaría ir a la carcel mas pronto de lo que cree. - dijo aquel extraño detrás de ellos.

- Cállate, estúpido.

El chico tomó acción y se acercó al señor, le golpeó la espalda de un codazo, provocando que el señor suelte a la azabache y terminara quejándose de dolor en el suelo.

- Bah, qué facil. - dijo el rubio mirando al señor derribado.

Mientras tanto, Marinette estaba petrificada mirando como el sujeto derribó a su acosador que ahora yacía en el suelo.

- Disculpa, ¿esta tienda tiene cámaras de seguridad? - preguntó el zagal.

- S-si, s-si tie-ene. - dijo tartamudeando en frente de él, todavía asustada.

- Bien, porque no pararé hasta que este desgraciado vaya a la carcel.

- G-gra...

- No tienes por qué agradecer. - dijo seriamente.

- Espérame aquí. Detenlo todavía. - dijo Marinette, ahora un poco mas tranquila.

El chico vio como ella se fue de ahí, entró al cuarto de empleados y cerró la puerta.

Mientras tanto, el señor comenzaba a quejarse de dolor cuando este le puso el pie en su abdomen.

- Oye, ¡sueltame bastardo!

- Oh, perdóname Jeff. - dijo sarcásticamente y pisándolo mas fuerte.

- Felix, ¿No me dijiste que robariamos esta tienda?

- Si, pero no que deberías convertirte en un pervertido acosador y hacerle eso a esa chica.

- P-pero, estaba buena... ¿Acaso no te la hubieras co...?

- Que asco me das.

- Al menos llévate el dinero.

- Oh, si. Lo haré.

El rubio golpeó mas al señor hasta dejarlo inmovil, revisó los bolsillos de sus pantalones y le robó su billetera.

- Oye, ¿q-qué haces? - dijo Jeff.

Al fin él también tendría su venganza después de tratarlo como su esclavo por varios años y de haberle robado dinero, todo por una promesa que jamás cumplió.

- Saldando mi cuenta.

Siguió golpeándolo hasta hacer que botara sangre por la boca.

Al instante salió Marinette del cuarto de empleados y se sorprendió al ver la escena.

- Oye, ¡alto!

- ¿Estás loca? No pararé.

- Pero, lo vas a matar, ¡detente!

- Trató de meterte mano y ¿pides que me detenga?

- Si, porque no quiero que tu seas un asesino.

Felix paró al haber escuchado eso de sus labios.

- ¿Vas a denunciarlo?

- No, no tiene caso. - dijo la azabache timidamente.

- Pero no debes quedarte callada.

- Si, pero no creo que lo encarcelen.

- Bueno, yo si lo haré.

- ¿Por qué?

- Porque...

"No, Fel. Demasiado pronto y menos a una chica hermosa como ella. Espera, ¿qué acabo de pensar?"

- Solo quiero denunciarlo porque estuvo mal lo que te hizo, no importa si recibe pocos años por eso, pero no desearía que te toque... Nunca mas.

- Oh, gracias.

- ¿Llamaste a la policía?

- No. Mi jefe me dijo que no debería meternos en un problema mas grande.

- Entonces, déjame que lo llame yo.

- Pero...

- Sin peros señorita, me encargaré yo.

El rubió cogió el teléfono y llamó a la policia.

- ¿Hola? Vengo a reportar una denuncia y que venga una patrulla a la tienda Splendid en el centro de París.

Marinette lo miraba fijamente al rubio tan decidido de hacer esa denuncia. Hasta lo veía... ¿lindo?

- Felix, Felix Graham. Aja. Gracias.

Colgó.

- Listo, vendrán en un rato.

- Las cámaras te grabaron golpeándolo... - dijo Marinette en un hilo de voz.

- Tengo mis razones, también tengo una denuncia que hacerle.

- ¿Qué? ¿Y de qué exactamente?

Ese era el fin.

- Violación.

Y ya no tenía que ocultarse.

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¡Día 5 terminado!

Ufff, que intensidad. Ya había querido escribir esto hace mucho, pero cerramos bien la semana, ¿no creen?

¿Qué les pareció el cap de hoy?

Terminamos la Semana AU y comenzamos mañana la Semana de Campamento de Verano.

Solo puedo revelarles cada título que viene al día siguiente, nada mas, ¡No Spoilers! como diría Thomas Astruc.

Espero que les guste lo que viene.

- Ann.

Siguiente capítulo:

Día 6: Viaje en el autobús.

Feelings.  - Felix Month 2020Where stories live. Discover now