Artes y manualidades.

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París, Francia.

—¿Hola? Habla Adrien Agreste, me gustaría reservar una cabaña durante el verano. Si, para dos, voy con alguien. Muchas gracias. —colgó el muchacho.

—¿Estás seguro de esto?

—Si, sé que aquí está, lo investigué hace algunos días de los papeles de la universidad, estudia ahí y es alguien sobresaliente. Hace poco se inscribió para quedarse siete semanas en Blackberry Woods.—dijo el rubio seguro de sí mismo.

—Perfecto, entonces está decidido, empaca tus cosas.

—Espera, ¿Ya lo hiciste tu?

—Si, estaba tan nervioso que lo hice mas rápido que pude.

—Bien, entonces nos vamos a ese lugar. Tenemos algo que hacer.

-.-

Mientras tanto, en una habitación escondida en una de las cabañas, dos chicos no podían determinar exactamente que sentían, estaban deseosos y ansiosos de querer acabar con sus ganas a cada segundo.

—Marinette...

Cueste lo que cueste.

—Felix.... ¡rayos!

—Lo siento, esto es nuevo para mi.

—Sigue, lo haces muy bien.

Siguieron besándose en el sillón de la habitación, donde ella estaba encima de él, explorando sus labios, hasta que una ansiosa azabache decidió quitarse las ligas de sus coletas y liberar su cabello.

El rubio rompió el beso y la miró embelesado.

—Me encanta tu cabello suelto. Creo que ahora no te diré coletitas...

—Hazlo, me gusta mucho. —la atrajo hacia él y siguió besándola, sus latidos comenzaban a sincronizar ante cada caricia y beso apasionado que se daban.

Marinette comenzó a sentir curiosidad, metió sus dedos dentro de la camiseta que llevaba el chico, la ropa oscura era lo suyo y lo único que ella quería era ver el color de su amor.

"Espera... ¿amor?"

—Ah...

El suspiro que ella esperaba para seguir subiendo su prenda y dejarlo sin nada puesto, o al menos en la parte de arriba.

—Guau, t-tu...

—¿Qué tanto miras? —dijo sonriendo como si hubiera descubierto un delito.

—E-es q-que yo... Pensé q-que...

—Mari... Espero que conozcas mas cosas de mi. —dijo suavemente.

Lo tomó de su rostro y siguió besándolo y moviendose alocadamente mientras disfrutaba el contacto con su piel, se acurrucó mas y continuó con sus acciones hasta que ella comenzó a notar que unos dedos intentaban quitarle el sujetador y no pudieron cumplir con su objetivo.

—Fel, ¿qué sucede? —preguntó Mari curiosamente y sonriéndole cerca a su rostro.

—Me venció ese broche. —hizo un pequeño gesto de decepción.

—Oh, eso se arregla facilmente. —dijo ella sonriente. —¿Quieres ver?

Asintió lentamente viendo como ella se posicionó mejor en las piernas de su compañero y comenzó a quitarse la blusa que tenía puesto, haciendo que este se sorprenda de su sujetador que mostraba una buena vista de sus senos.

—Es simplemente juntar las dos tiras y luego regresarlas a su lugar—lo probó y de pronto se soltó el seguro y cayó entre ellos, liberando sus atributos en frente del rubio.

Feelings.  - Felix Month 2020Where stories live. Discover now