Soportando a Jack.

2. Fiestas y discusiones

-Por favor -insistí una vez más con mi último aliento, después de haber regresado del Instituto me había tirado prácticamente en los brazos de mi madre suplicandole para ir a la fiesta.

Porque definitivamente no se me ocurrio ninguna mejor idea.

-Elenna- su voz se había profundizado más dándome un tono de confianza -De acuerdo, pero sólo porque tengo planes y no quiero dejarte sola en casa-se excusó haciendo que pegara un grito de alegría.

-Te lo recompensare lo prometo-la abraze fuertemente inhalando su clasico perfume de rosas que tanto añoraba, no lo usaba desde hace años.

-¿Que clases de planes
tienes?-pregunte cuando ya me habia separado de ella.

-Tengo una cita-confeso dando un gran suspiro, la miré sorprendida.

Desde que mi padre y ella se habian separado, mi madre se quedo sin las ganas de mantener una relacion estable con una persona, por lo que la noticia que tendría una cita era como anunciar un embarazo.

Definitivamente estaban pasando cosas muy inusuales últimamente.

-¿Que? ¿Con quién?-pregunté entusiasmada.

-No lo conoces-espetó rapidamente sin pestañear.

-¿Segura? -achine los ojos para tratar de intimidarla, aunque las posibilidades fuesen nulas.

-Ralph Noiret-confesó mordiendose el labio.

-¡¿Mamá?!
¡dime que es una broma!-negue con la cabeza tratando de convencerme a mi misma de lo que acababa de decir.

-Sabía que ibas a darme una escena dramática.

-¿Acaso tienes en cuenta de que es un completo mujeriego?-grite exasperada, no podia creer que a mi madre le gustara esa clase de hombres, en cambio yo sinceramente los odiaba.

-Elenna deja de actuar como una niña de cinco años-se quejó revoleando los ojos. -¡Deberias de tener en cuenta de que estoy reconsiderando ocupar mi vida personal!-dijo frotandose la frente.

Tenia razon, se suponia que tendria que estar feliz por ella y no estar reprochandole los antecedentes de mala fama de ese sujeto.

Se trataba del mayor accionista de mi Instituto.

Sin él, la Preparatoria Forks no seria nada por mas increible que sonara.

-Tienes razon, lo siento, me alegra de que hayas retomado tu vida personal.-mi voz cada vez sonaba mas rasposa, sinceramente no me gustaba la idea de tener a mi madre cerca de ese hombre, pero era su felicidad contra mi palabra.

(...)

-¿Que tal este? -pregunto sosteniendo una blusa color rosa viejo en sus manos.

-Parece un pijama-reproche con un tono de burla, la ropa de Candace definitivamente no concordaban con mi estilo de vestir.

Al haberla llamado para que viniera a casa para ir juntas a la fiesta no me referia a elegir ropa y complicarnos la existencia.

-¡Oye! ¿Tienes idea de cuanto vale una prenda de estas?
¡Es Cachemire!-chillo utilizando un tono ironico que tanto usaba últimamente .

-Vale, lo siento -dije entre
risas-Creo que tendre en cuenta de hacer mis propias elecciones.-me levante de la cama y comenze a revolver mi armario hasta encontrar algo adecuado para la fiesta.

Bueno, adecuado para mis gustos.

-Definitivamente nunca podré vestirte-nego al ver lo que habia elegido.