VII

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Juliana

Algo consciente podía sentir el viento rozar mi cara, estaba en movimiento, estaba sobre algo que desconocía, con la fuerza que tenía con mi mano pude sentir algo peludo bajo de mi, moví un poco la cabeza y abrí los ojos y con la visión borrosa vi un lomo castaño que se movía, luego volví a perder el conocimiento.

Desperté de golpe como si hubiese soñado cayendo por un presipisio, estaba acostada en el suelo con mi cabeza en un tronco como almohada y frente a mi una fogata, al parecer llevaba algunos minutos encendida, mire a mi alrededor, no había nadie, o eso pensé cuando escuché que alguien venía corriendo por el sonido de la tierra, me puse en alerta y de unos arbustos apareció un enorme lobo castaño que llevaba algo en el hocico, al verme se detuvo y camino más lento hacia mí y dejó en el suelo lo que traía, me acerque y note en su mirada algo familiar, me transmitio  confianza, me relaje y note que eran dos conejos.

—¿Para que comamos? —pregunté, el lobo movió su cabeza afirmando —. Esta bien —los tome y busque unas ramas para poder ponerlo cerca del fuego, vi que se recostó en el suelo.

—Gracias por ayudarme, Val —le dije, la mire y sus ojos se tornaron amarillos confirmando que si era ella —

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—Gracias por ayudarme, Val —le dije, la mire y sus ojos se tornaron amarillos confirmando que si era ella —. ¿Como vas a comer estando así? —me miró y se miró ella, luego volvió a mirarme con los ojos achinados —¡Oh, verdad! Si vuelves a la normalidad estarás desnudo —le dije con una sonrisa coqueta, me miró sería -. Tranquila, no hay nada que ya no haya visto —le sonríe divertida, ella más seria con sus patas me lanzó tierra —¡Hey! Ya, Ya, lo siento —me disculpe, me saque mi abrigo y se lo pase, lo tomo con su hocico —. Ve, te espero —se levantó y me miró —¡Oh! Esta bien, me giro —lo hice, aunque la verdad tenía la tentación de mirarla, en eso sentí que tocaban mi hombro, me gire —. Bien, mucho mejor.

Nos sentamos frente al fuego y cada una tomó un conejo, al ver a Val comer me dio risa, comía como un "animal" desesperado.

—¿Qué? —preguntó mirandome, tenía carne en la comisura de sus labios, le hice un gesto para que se limpiará.

—Al parecer tenías hambre —le dije con una sonrisa.

—No pude comer nada —me dijo —Estuvimos desde temprano en ese club y lo que menos hay es comida. Esto es comida —me mostró el hueso del conejo, las dos sonreímos —Aunque te quedó algo quemado.

—No sabía que preferias una cocción especial para el conejo —le dije con una media sonrisa —. Pero lo quemado te hace bien para el estómago, para que no te duela.

—¿De donde sacaste eso? —preguntó riendo.

—Lo escuche de los humanos —conteste riendo también.

—En mi forma de lobo, me comería hasta los huesos, pero mejor no —dijo y dejó los restos del conejo en el suelo, yo también.

—Si no hubiera sido por ti, esa cosa me hubiese matado —le dije —. Aunque no tenías que hacerlo.

—Lo hice por que quería —me dijo —. Tú lo hiciste una vez.

—Entonces supongo que ya estamos a mano, ya no nos debemos nada —le dije.

—No, no se trata de eso —la mire confundida —. No lo hice por que te lo debiera, lo hice por que tenia que hacerlo, algo dentro de mi sabia que estabas en peligro y debía ayudarte —me sorpredi ya que era lo mismo que me sucedió a mi cuando la ayude.

—A mi me paso igual esa vez que te salve —le dije —. Es extraño, ¿verdad?

—Si, lo es —contestó y las dos nos miramos en silencio, la luz de la fogata iluminaba la mitad de su rostro, estábamos exactamente como fue en el club nocturno, muy cerca escuchando nuestras respiraciones —. ¿Que te sucedió? —preguntó sin romper la conexión —. Parecía que sentías dolor por tu expresión.

—Desde muy pequeña —comencé a contar —he sentido un dolor en mi espalda, es más como un ardor, pero solo estas partes —le señale la espalda —. No me sucedía hace tiempo, hace poco comenzó de nuevo.

—¿Y sabes por qué te sucede? —me pregunto, yo negué.

—No se, siempre que le pregunto a Bill no me dice nada —le conteste —. Ni siquiera se quien fue mi madre —dije con tristeza —. A veces siento que me oculta algo importante. Solo quiero saber como es ella, solo eso —derrame una lagrima, nunca había llorado en frente de alguien desconocido, pero hablar con ella se sentía bien, me podía desahogar con facilidad, en eso sentí su mano tocar mi mejilla con suavidad, la mire, tenía una mirada que me comprendía, tenía otra vez la necesidad de estar más cerca de ella y lo hice, me acerque y coloque mi cabeza sobre su hombro, estuvimos así un rato largo, se sentía aún mejor, pero por unos ruidos nos tuvimos que separar, de la oscuridad aparecieron Derek y Aaron, este traía ropa en sus manos.

—Tranquila, yo los llamé —me dijo —. Tenemos otras maneras para comunicarnos —me guiño el ojo, nos levantamos, vi a Aaron acercase donde Val con una sonrisa.

—Traje lo que me pediste —le dijo y se lo paso, Val lo tomó.

—Ya vengo —me miró y se fue tras unos arbustos, yo me quedé ahí mirando a los dos tipos, Derek tenía un semblante más relajado, en cambio Aaron me miraba con mucha seriedad —. ¡Listo! —habló Val, sonreí, se acercó a mí y me pasó mi abrigo —. Gracias.

—Cuando lo necesites —le dije, las dos sonreímos, nos miramos por un rato hasta que Aaron hablo.

—Ya es hora de irnos.

—Es verdad —hablo Derek —. No estamos en nuestros terrenos —y eso hicimos nos fuimos, estábamos en mis terrenos, decidimos ir juntos al castillo, cuando estábamos en la entrada vi la reja abrirse y en eso aparecieron Bill y los demás, se nos unieron.

—¿Te encuentras bien, Juliana? —preguntó Bill.

—Si, lo estoy, todo gracias a Valentina —conteste y la mire, Bill asintió.

—Derek —Bill lo llamo, el chico lo miró, Bill le hizo un gesto para que lo siguiera y se fueron lo más alejado posible y comenzaron hablar.

—Encontré tus cuchillas tiradas —me dijo Lena.

—Gracias —le dije, mis amigos y los Lircay se miraban, era una situación algo tensa, sobretodo Jasper y su mirada amenazante.

—Victor Blaker y sus hijas vienen mañana —me aviso Lena.

—¿De verdad?

—Así es. Volverás a ver a Sonja —me dijo Alice moviendo sus cejas insinuando algo, vi a Val, tenía el semblante serio al oír la conversación que teníamos, iba a decirle algo, pero en eso Bill y Derek se acercaron.

—Es hora de irnos —les anunció Derek.

—Si, vamos —dijo Val que aún seguía sería y fue la primera en irse, tras de ella Aaron y luego Derek, me pareció extraño, ni siquiera me dejó despedirme.

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Chio  🐾🐾🌈

Dhampiresa [Terminada] Where stories live. Discover now