Dhampiresa [Terminada]

XVII

Juliana

Pasaron 2 semanas y el entrenamiento seguía y mis habilidades crecían cada vez más, también las de Val. Hicimos una carrera y la meta era llegar al refugio, yo la ganadora, Val llegó segundos después.

-Eres muy lenta —me burle de ella.

—Otra carrera —me desafío.

—Esta bie...—no logré terminar cuando Val ya había empezado a correr —. ¡Oye! Eso no se vale —y fui tras ella, la alcance, saltamos algunos arbustos que aparecían en el camino —. Te alcance. Y ahora me voy—me miro confundida, le sonreí y le guiñe el ojo, comencé a correr más rápido, salte sobre la rama de un árbol para darme más impulso aún dejando a Val varios metros detrás de mi, corrí hasta llegar a un barranco, la caída no era muy profunda, pero solo habían montones de rocas, seria más una dolorosa caída y para otros mortal —. ¡Te he vuelto a ganar! —le grite a Val que venía cerca —. Soy la mejor corrien...—no pude terminar cuando sentí que alguien me lanzó con fuerza por el barranco, me golpeé con varias rocas en la caída hasta llegar al suelo y quedar de espalda soltando un gemido de dolor —. ¡Eres una mala perdedora, Val! —mi voz se escuchaba con eco, la vi asomarse un poco y luego comenzó a bajar, lo hacía hábilmente hasta que llegó a mi lado, me tendió la mano y me levanto.

—Perdón —se disculpo —. Me recuerdas a mi hermano cuando competimos y siempre me ganaban —me dijo con nostalgia.

—Lo extrañas —afirme, ella asintió —. No debiste de hacer lo que hiciste.

—Tome una decisión, salvar tu vida —me dijo —. Podré haber desilusionado a mi clan, pero no podía permitir que te hicieran daño. Te amo —mi corazón dio un vuelvo y palpitaba con más fuerza, me beso sin dejar decirle algo y me perdí en sus suaves y dulces labios, la agarre de la cintura y la apreté contra mi cuerpo y profundice el beso, mis manos subían y bajan suavemente por su cadera hasta llegar a su espalda, nos separamos por la falta de oxígeno, pero dejamos unidas nuestras frentes, mirándonos y sonriendo, iba a besarla nuevamente incluso hacerle el amor aquí mismo, pero un gruñido nos alertó, al separarnos nos dimos cuenta que tres animales estaban mirándonos con sus ojos amarillos y en posición de ataque, Val se puso en frente de mi.

—Nos encontraron —dijo, si eran los tres lobos, Derek, Aaron e Isaac, aunque en su forma animal no se quien era quien, el lobo negro era más grande, así que seguramente ese era Derek y nos miraba furiosamente, se acercaron lentamente donde nosotros.