Dhampiresa [Terminada]

XVI

Juliana

-No te distraigas —me dijo por tercera vez desde arriba, me ayudó a levantarme.

—Es algo difícil. Tu me distraes —le dije con una sonrisa pícara, ella se sonrojo

—Es mejor que sigamos —me dijo con una sonrisa y volvimos a nuestra posición.

Corrimos la una hacía la otra y nos sujetamos los hombros, comenzamos a forcejear y tratar de derribar a la otra, Val era bastante resistente, golpeé una de sus piernas, pero solo logre moverla un poco, ella golpeó la mía y logró doblarla caí un poco y Val con su codo golpeó mi espalda, me dejó de rodillas, se alejo de mi.

—¿Porque no me atacas? Tienes que hacerlo.

—No quiero lastimarte —le dije mientras me ponía de pie.

—No me pasara nada. Y no creo que me logres lastimar —me dijo muy confiada y con una sonrisa burlona.

La mire con seriedad y comencé a correr, Val se puso en posición para detenerme, pero salte uno centímetros sobre ella y le di una fuerte patada en la espalda haciéndola la caer, me miró con sus ojos amarillos.

—Ahora nos estamos entendiendo —dijo mientras se sacaba su chaqueta de cuero y la tiro al suelo, no me dejó reaccionar y comenzó atacarme, entre puños y patadas de cada una, algunos lograban dar en alguna parte del cuerpo; cara, espalda, estómago, piernas, etc.

Estábamos en un lugar alejado para no destruir nada, aunque algunos árboles pequeños no se salvaron de nuestro entrenamiento. Val me agarro de la nuca y yo la de ella he hicimos fuerza, ninguna quería perder, más que entrenamiento parecía una competencia, sus ojos brillaban y cada vez hacíamos más fuerza, pero repentinamente sentí algo dentro de mí, algo que quería salir, trataba de aguantarlo, pero fue imposible, vi el ceño fruncido de Val y sin más explote soltando con mi cuerpo una onda expansiva que nos hizo volar a las dos, me quedé de espalda mirando el cielo casi oscuro. Me levante y me di cuenta que lo que haya salido de mi interior dejó a los árboles sin hojas, mire a mi alrededor y encontré a Val entre un montón de pequeñas rocas, corrí ayudarla.

—¿Te encuentras bien? —pregunté preocupada, le di la mano y la ayude a levantarse.

—Si, lo estoy —contestó —. ¿Qué sucedió? —preguntó confundida.

—No lo sé exactamente, pero creo que fui yo. No sé cómo controlar esto.

—Lograrás controlarlo —me dijo —. Será mejor volver —yo asentí, Val busco su chaqueta y nos devolvimos.

Valentina

Ya estaba anocheciendo. Al entrar al refugio notamos que todos estaban reunidos, en eso Luke se nos acercó.

—¿Ustedes sintieron eso? —preguntó.

—Si, estuvimos muy cerca —le conteste.

—¿Qué lo habrá causado? —preguntó.

—La causante se encuentra a mi lado —le señale a Juls.

—¿Tú? —Juls solo asintió.

—Ese es el poder de un arcángel —esa era la voz de Macario —. Aún no puedes dominarlo, ¿verdad?

—No y tal vez nunca pueda —le dijo.

—Si podrás, yo lo sé —me dio una dulce mirada y sonrió asintiendo.

—¿Qué hacen todos reunidos? —pregunté.

—Juliana me pidió que los reuniera —me contestó.