Dhampiresa [Terminada]

IX

Juliana

Por todo lo que a sucedido en estos últimos días, se acordó que tanto Vampiros como Lircay tenían acceso a entrar a las tierras de los otros, solo por esa emergencia, al acabar esto, todo volvería como antes. La verdad a mi el acuerdo me gustó, me pareció bien y debería ser así siempre y no cancelarse cuando todo esto termine. Los Lircay no son desagradable como dicen, un ejemplo es Val, ella es alguien distinta, única; con una mirada misteriosa y una sonrisa que te hace sonreír aunque tus días sean malos. Estaba en el balcón del castillo inmersa en mis pensamientos, cuando escucho un ruido tras de mi, me giro, era Sonja, me miraba intensamente con una sonrisa traviesas, su cuerpo apoyado en la pared de piedra.

—¿Por qué tan alejada? —preguntó y se acercó a mí lentamente colocándose a mí lado.

—Solo pensaba —conteste.

—¿Y en qué piensas? —preguntó curiosa, estaba muy cerca, podía escuchar su respiración.

—Sólo en cosas —conteste con simpleza —. Y entre esas cosas está el acuerdo.

—Patético, ¿no? Tener que pelear al lado de esas bestias. Que ellos venga para acá y nosotros para allá. Es horroroso.

—A mi no me parece así —le dije, me miró extrañada —. Me gusta este acuerdo y me gustaría que permaneciera así, para siempre. No tener que pelear, solo vivir tranquilo, ser amigos.

—¿Amigos? —preguntó soltando una carcajada —. Eso es imposible, son bestias salvajes. Y este odio es desde el principio de los tiempos.

—Pero se puede cambiar —le dije —. Además, no son bestias salvajes —mire a Val que hablaba con su hermano Derek —. No son tan diferentes a nosotros. Y si hablamos de bestias —volví a mirar a Sonja —. Nosotros no estamos tan alejadas de serlo, actuamos igual que ellos.

—Jasper tenía razón —la mire confundida —. Defiendes mucho a esas bestias. Jasper me contó que proteges mucho a una de ellos, que la salvaste y luego ella te salvo de vuelta.

—Si, es verdad.

—No te dejes engañar por su linda carita —dijo y miró a donde yo había mirado anteriormente —. Su largo cabello castaño, sus ojos azules, su sonrisa y su bien formado cuerpo—, volvió a mirarme—es solo un lobo en piel de oveja —la mire con seriedad.

—Es mejor hablar de otra cosa —sugerí.

—Me encantaría  —dijo con una gran sonrisa —. Te extrañe mucho, sabes, y ahora que vinimos... —con su mano recorrió mi brazo hasta llegar a mi hombro —Me gustaría recuperar lo nuestro —su mano se coloco tras mi nuca.

—Tú y yo nun... —no pude terminar cuando sentí los labios de Sonja sobre los míos besándome con pasión y frotando su cuerpo contra el mío, era un beso posesivo, Sonja siempre besaba así, no lo hacía mal, pero no me gustaba lo posesiva que era, nos separamos cuando escuchamos que alguien aclaró su garganta, era Val, estaba a unos metros y por su cara al parecer vio el beso que Sonja me dio. Se veía seria y se tocaba la mejilla por dentro con la lengua, me separe más de Sonja.