Capítulo 10 -EDITADO

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Madison

Despierto removiéndome en mi cama por un molesto ruido proveniente de la ventana, abro lentamente los ojos divisando a un pequeño pájaro golpeteando el cristal, gruño molesta y me pongo de pie sintiendo como el suelo hela mis pies descalzos, salgo de la habitación y camino al baño para tomar una rápida ducha e ir a preparar el desayuno para mis ''padres'', al terminar me visto con una camiseta de tiras con franjas coloridas, unos shorts y unos tenis, seco mi cabello y lo cepillo haciendo una coleta para soportar el calor de hoy. Bajo las escaleras y veo que no hay nadie en la sala, tampoco en la cocina, observo el reloj de pared que marca la una de la tarde ¿Por qué nadie me despertó antes? Me acerco hasta la puerta de la nevera al ver un trozo de papel pegado ahí, lo tomo entre mis manos.

Nos fuimos a la casa de Tía Sarah por unos días, hay diez dólares en la mesa.

Me encamino hasta la mesa y efectivamente hay diez dólares ahí, gracias ''mamá y papá'' con suerte podré comprar un paquete de pasta con esto, guardo el dinero en el bolsillo de mis pantalones y me dirijo a la salida de la casa luego de preparar un sándwich para pasar la tarde en el lago. Me alegra que mis padres no estén por unos días, eso significa vacaciones para mí de su sola presencia, la ''Tía'' Sarah vive a unas cuantas horas de aquí gracias al cielo.

Han pasado dos días desde la última vez que vi a Matthew o a cualquiera de sus amigos, estos días han sido bastante tranquilos demasiado tal vez para mi gusto, aunque solo los conozco desde hace unas cuantas semanas creo que me había acostumbrado a la locura de que intenten matarme vampiros o una bruja, o incluso me acostumbre a ver a Matt casi a diario en el lago. En estos días Liam no ha mostrado señales de vida aunque Matt dijo que él estaría cuidándome si llegaba a ocurrir algo. Camino por el mismo sendero de siempre intentando no salirme de él, para no perderme ya que aún no conozco el bosque completamente, es muy grande tal vez nunca logre guiarme aquí dentro, salgo de mis pensamientos al sentir que una pequeña rama choca contra mi rostro y diviso que me encuentro en el pequeño lago.

(...)

Han pasado muchas horas desde que llegue aquí, este lugar me transmite mucha paz podría pasar todo le día y nunca me aburriría, el sol comienza a descender dando paso a el momento más bonito del día aquí el atardecer, la luz del sol se cuela entre las ramas de los arboles dándole al lugar un toque mágico, también choca contra el agua de la cascada haciéndola resplandecer mientras cae, observo como los peses hacen aureolas en el agua que toco con las yemas de mis dedos sintiéndola tibia. Volteo asustada rápidamente cuando oigo un crujir de ramas recordando la vez que el vampiro me ataco en este mismo lugar, la diferencia es que ahora Matthew no estará para salvarme, siento como mi corazón late rápidamente como si fuese a escaparse de mi pecho por el miedo hasta que diviso como un hermoso ciervo sale de entre los arboles lo observo fascinada, nunca antes había visto a uno en persona, se acerca hasta el otro extremo del lago viéndome para luego inclinarse a tomar agua, su pelaje marrón muy claro es hermoso mientras que observo como los rallos de sol se cuelan entre sus astas.

-Hermoso ¿Verdad? –Habla una voz familiar detrás de mí haciendo que voltee rápidamente quitando mis vista del ciervo, veo a Liam acercarse con una sonrisa y sentándose a mi lado.

-Nunca había visto uno –Susurro –Es.... Majestuoso –Respondo sin quitar mi vista del bello animal.

-¿Sabes que otros animales son majestuosos? Los lobos –Bromea.

-Claro, no lo dices porque eres uno ¿Verdad?

-Me ofendes Madi –Sonríe poniendo una mano en su pecho.

-¿Qué haces aquí? –Pregunto curiosa.

-Matt me dijo que te cuidara y eso hago.

-¿Estuviste aquí todo el día? ¿Por qué no te acercaste?

Una Simple Humana Donde viven las historias. Descúbrelo ahora