Chapter XIII

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El rizado observaba ceñudo a su novio mientras éste se colocaba una chaqueta café, mantenía sus brazos cruzados, las mejillas ligeramente sonrojadas y un adorable -según Damián- puchero en sus labios.

-deja de hacer esa carita, mi vida-le pidió el ojiazul-

-no quiero que vayas-se quejó el pelirrojo-

El menor no hizo más que sonreírle y acercarse a besar su frente, Dexter sólo pudo bufar al ver que su pareja agarraba la billetera que se hallaba sobre la cómoda y su teléfono celular. ¿Cómo era posible que le ignorara? ¡Hacer pucheros siempre le funcionaba!

Claro que jamás de lo jamases admitiría que usaba aquello como estrategia para persuadir a su novio.

-regresaré lo antes que pueda-prometió el castaño-papá ha insistido mucho

-no me agrada-el irlandés volvió a pucherear-

-¿Por qué eres tan malditamente hermoso?-Damián le tomó de las mejillas sin que el mayor pudiese reaccionar empezando a dejar cortos y apretados besos por todo su rostro-

-¡Dami!-el ojiverde se removió entre risas logrando zafarse del agarre-

-te amo...-le dijo el ojiazul-y sé que no te agrada, pero es mi papá, amor. Si quiere hablar conmigo escucharé lo que tenga que decirme

-uhg bien-se resignó el de gafas-pero estaré solito

-te has vuelto todo un chantajista, pequeño irlandés-Damián rió-tranquilo, lo tengo cubierto

Claro que de haber sabido que "Tenerlo cubierto" era que Aleix llegaría a su departamento quince minutos después para hacerle compañía hubiese preferido quedarse solo, y no es que el peliazul no le agrade -aunque tienen muchas diferencias- pero le inspira algo de temor y realmente le es difícil entender su manera de ser.
Para cuando llevaban aproximadamente una hora y media en la sala, Dexter jugando en el móvil y Aleix leyendo, el irlandés empezó a cansarse de no hacer nada.

-¿Quieres galletas?-se animó a preguntar el rizado-

-no, gracias-respondió sin demasiada en expresión, pero con amabilidad el peliazul-

-¿Por qué te ofreciste a venir?-cuestionó Dexter-

-no me ofrecí-aclaró Aleix-Damián me comprará un libro nuevo y ciertamente tú no eres problema

-ugh ¿entonces seguirás leyendo?-señaló el pequeño libro en las manos contrarias-estoy aburrido. Suele jugar videojuegos con Damián a esta hora

El mayor asintió.

-seguiré leyendo, deberías hacer lo mismo e ilustrarte-aconsejó el de orbes miel-te hace falta

-¿Qué podría leer?-el ojiverde se encogió de hombros-

-tú eres el que va a casarse con diecinueve años supongo que dudas no te faltan

-pues s-sí pero...-el rizado mordió suavemente su labio inferior-

-¿Por qué vas a casarte?-preguntó de pronto el mayor dejando totalmente confundido a Dexter-

-¿Qué?

-¿Por qué vas a casarte? ¿Lo repito de nuevo?

-el pelirrojo frunció el ceño-porque...yo...tú sabes-balbuceó con el rostro empezando a arder en color rojo-

-no lo sé-Aleix le miró duramente cosa que sólo puso más nervioso al menor de ambos-sólo estoy cansado de escuchar que todos le dicen a Damián que más le vale no hacerte daño como si fueses un niño cuando debería ser al contrario. Tú eres el que debe cuidarlo y más te vale si aprecias tu aniñado rostro que nunca le hagas daño

-¿Estás amenazándome?-el de gafas le miró con terror-

-sí-le dijo Aleix-ese idiota ha sido mi amigo por mucho tiempo y aunque agradezco que me lo quites de encima no te da el derecho de que lo puedas herirlo de ser el caso en algún momento

-¿Por qué me dices todo esto ahora?-Dexter empezaba a molestarse-llevo un mes comprometido con Damián y no parecía importarte mucho

-porque soy yo el que se aguanta las insufribles inseguridades de Damián en forma de berrinche. Cada vez que lo escucho preguntarse si él es lo suficientemente bueno para ti sólo quiero golpearlo y golpearte

-los ojos del menor empezaron a cristalizarse sintiéndose un tonto-él nunca me ha dicho nada-susurró-

-ni lo dirá tampoco-el peliazul se encogió de hombros-son pareja y los problemas de ambos son prioridad, sin embargo Damián pone los tuyos sobre los de él

-no es mi intención-el de gafas soltó un sollozo-

-oh, vamos, no llores ni siquiera he dicho la gran cosa-gruñó el de orbes mieles-Por esta razón es que nunca abro mi boca

Pero podía ponerse peor, y efectivamente lo hizo cuando un par de llaves y la puerta abriéndose sonaron y Damián halló a su bonito prometido sollozando en el sillón.

-¿Cielo?-cuestionó el castaño acercándose rápidamente al ojiverde para sentarse a su lado, en el minúsculo espacio por cierto, y abrazarlo-¿Qué pasa, amor?

El irlandés negó con el rostro escondido en el cuello ajeno.

-¡Aleix! ¿Qué le hiciste?-regañó el ojiazul a su mejor amigo-

-estoy sentado a dos metros de él, no podría haberle hecho nada-rebatió el contrario-

-estoy bien-musitó el pelirrojo, acurrucándose en el cuerpo del menor-lo siento

-tranquilo, cariño-Damián le sonrió comprensivo-no importa, lo que sea lo arreglaremos

-ya me voy-Aleix se levantó de su sitio-me enferman

-si consiguieras una novia no dirías eso-le dijo el castaño-

-no es mi prioridad en este momento-el mayor le restó importancia levantándose para salir del pequeño departamento-

-es un parguela-se quejó el castaño-¿Estás mejor, cielo?

-sí, no fue nada-negó, mordiendo suavemente su labio inferior-

-¿Qué te hizo Aleix?

-salgamos ¿sí? Después podemos hablar de esto

-Damián le miró largo rato para terminar aceptando-bien, pero quiero que me cuentes después

-lo haré-el rizado le sonrió para tranquilizarlo-

¿Por qué no podía tener un cuñado que lo aconsejara en vez de amenzarlo?

Dulce y TiernoWhere stories live. Discover now