Chapter XV

62 10 14
                                    

Había pasado una semana completa desde el cambio de look del irlandés y Damián empezaba a preocuparse, al inicio pensó que había sido algo de un día, como quien quiere probar algo nuevo y verse diferente, a él realmente le alegró que su novio haya tenido la seguridad para hacerlo, pero ahora ya no entiende porque sigue manteniendo ese mismo estilo cuando está claro que no le gusta.

Lo ve quejarse en silencio de los lentes de contacto, y varias veces lo ha atrapado con los ojos cristalizados debido a la molestia, varias veces le ha dolido la cabeza de tanto planchar su cabello al apuro en las mañanas. Se queja del frío debido a su costumbre de usar sudaderas y ya no hacerlo ahora, e incluso ha gastado el dinero de sus videojuegos en bases para cubrir sus pecas.

Y enserio que él no lo entiende.

-¿Cielo?-ingresó en la habitación que compartían, encontrándose con un frustrado pelirrojo tratando de alisar su cabello-

-uh...sólo...cinco minutos más-pidió con preocupación-

-está bien, amor-le dijo el menor caminando hacia él-mamá nos esperará, pero...no tienes que hacer eso en tu cabello-le quitó el aparato y lo dejó sobre la mesa-

-sigue algo ondulado-se quejó-

-cielo...extraño tus rizos-confesó el ojiazul-

-¿enserio?-Dexter preguntó en un hilo de voz-

Damián suspiró, tomando la mano de su pareja, se sentó en la cama con la espalda afirmada al respaldar, y obligó al mayor a pasar ambas piernas a los lados de su cadera para acomodarlo en su regazo.

-quiero saber qué te pasa, Dexter...

Los ojos del contrario se cristalizaron al instante y el castaño se alarmó.

-¿Qué ocurre?-tomó por las mejillas a su novio-

-me dijiste Dexter...

-es tu nombre-Damián parecía confundido-

-nunca me llamas por mi nombre-negó repetidas veces-...soy tu cielo-musitó tan bajito que el menor casi no puedo escucharlo-

Y el ojiazul no pudo evitar sonreír.

-escucha, mi cielo-habló en voz suave-realmente estoy muy preocupado por ti y quiero saber qué es lo que está pasando. ¿Por qué este cambio en ti? Y no quiero que huyas más del tema

-quería gustarte más...-confesó con el rubor subiendo desde su cuello-

-Dex...-frunció el ceño-creo que sabes perfectamente que me traes loco desde el primer día. Yo me enamoré de tus rizos que se esponjan con la humedad y que te hacen ver malditamente caliente después de una ducha, me enamoré de tus hermosas pecas que amo besar mientras duermes, me enamoré de esos hermosos ojos verdes, brillantes y llenos de alegría, me enamoré de ti y tu obsesión con usar la misma sudadera, pero en diferentes colores. Dexter, por favor dime ¿Qué más tengo que hacer para que entiendas que te amo con locura de la forma en que eres? ¿Qué debo hacer para que veas que no cambiaría nada en ti? Ni una de tus pecas o cabellos

-lo sé...-admitió con lágrimas rodando por sus mejillas-lo sé

-¿entonces, Dexter O'Brien? ¿Por qué?

El pelirrojo cerró sus ojos con fuerza.

-no quiero ser una carga...no quiero que mis problemas seas más importantes que los tuyos. Quería...quería-sollozó-quería sentirme bien, bonito y seguro para que te sintieras orgulloso. Creí que si cambiaba mi aspecto también cambiaría la idea que tenía de mí...pero sólo he conseguido detestar todos estos cambios

-estoy orgulloso de ti, nada que hagas hará que deje de estarlo-le aseguró, besando dulcemente sus mejillas empapadas-no eres una carga, eres mi novio, mi prometido y el hombre de mis sueños, amo hacerte feliz

-no soy un buen novio-negó-

-¿te parece poco que seas la única persona que controla mis ataques de ansiedad?

Dexter le miró con atención al escuchar eso.

-¿Cuántos ataques he tenido desde que nos conocemos?

-uh..uh...-intentó hacer memoria-¿tres?

-tres desde hace casi un año-repitió Damián-cuando antes tenía dos o tres por mes

-¿enserio?-puchereó, no gustándole escuchar eso-

-así es, pero desde que te conocí estoy tranquilo, soy feliz y no hay nada que me turbe si estás a mi lado. Eres esa calma que busque durante mucho tiempo. Así que sí, eres un excelente novio y no deberías ni dudarlo

-lo siento-murmuró-por todo esto...fue tonto

-no lo fue, no bromeaba al decir que te veías ardiente

-Damián...-le regañó, golpeando su hombro-

-sin embargo, te prefiero todo tierno y adorable, con sudaderas enormes y rizos esponjosos

-¿no te gusto como estoy ahora?-enarcó una ceja-

-no es eso, sólo que verte así me provoca acorralarte contra la puerta o que tú me arrojes sobre la cama...y bueno...ya te imaginarás que otras cosas me provocas

-eres de lo peor-se quejó-

-pero me amas

-te amo-soltó con toda seguridad-y voy a casarme contigo

-y vas a casarte conmigo-repitió-te juro que se escucha como un sueño

-¿y podemos tener un gatito?-pidió, emoción brillando en sus orbes esmeraldas-

-un gatito, un perrito, un par de gemelos, todo lo que tú quieras

-Dexter negó mientras reía avergonzado-me gustaría tener...uh...un bebé ¡No ahora! Pero...en un futuro

-eres un tomatito precioso-apachurró sus mejillas y dejó un montón de besos en su rostro-

-te amo...-volvió a decirle el irlandés-mucho

Damián le sonrió, no necesitaba decirlo con palabras.

-¿Qué tal si ahora vas y vuelves a ser mi bebito hermoso?

-el ojiverde asintió-quiero mis sudaderas

-ve por ellas, luego nos iremos a casa de mamá

-¡Está bien!

El castaño suspiró.

Cuanto amaba a ese chico.

Dulce y TiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora