03. Es tú turno de besarme

426 48 98
                                    


》Es tú turno de besarme

Cuando Eiji despertó por la mañana, Ash ya estaba mirándolo. Y cuando el nipon se acomodo entre las sabanas tuvo que activarse rápido para poder recibir la bandeja de desayuno que el rubio tenia preparada en la mesa de noche. 

—Feliz cumpleaños. —dijo Ash cuando recibió un beso diminuto en la punta de la nariz.

—Vaya, nunca he desayunado con perritos calientes. —comento Eiji en lo que daba la primera mordida. 

—¿Vives en New York y nunca lo has hecho? ¿De donde vienes, forastero? 

Ash se encargo de birlarle un hot dog de la bandeja, sabiendo bien que el japones no podría terminar con el plato entero por su propia cuenta. 

—Del otro lado del mundo, citadino. —Eiji solo volvió a hablar cuando pasó la comida en su boca.

Ash pareció recordar algo y enseguida dejo su porción de comida sobre la bandeja para salir corriendo con dirección a la sala.

El departamento era pequeño, como cualquier otro que estuviera en New York a un precio accesible. Pero no se quejaban de nada, pues ese estrecho lugar los había guardado a ambos desde sus inicios en la universidad. Y aunque ahora contaban con salarios considerables y fijos, la idea de una mudanza se encontraba bastante alejada de sus cabezas.

Ash regreso a la habitación con una caja mediana. No dijo nada, y solo la dejó sobre el regazo del mayor. 

—No puedo creerlo. —soltó el nipon cuando vio la dirección del remitente.

Prácticamente despedazo el cartón con el cuchillo que Ash le ofreció. Sus padres y hermana se habían encargado de hacerle llegar algunas cosas para la fecha especial, como un par de suéteres hechos por su madre y una gran botella de sake de lychee por parte de su padre. Su hermana también había aportado al enviarle una libreta con un mapa del mundo en las cubiertas.

Como toda familia tradicional, no solían darse regalos entre ellos, pero debido a la distancia y ciertas costumbres que habían adquirido del rubio, la familia Okumura decidió romper el esquema.

—Destapala —dijo Eiji, refiriéndose a la botella de alcohol. 

—No vas a embriagarte a las diez de la mañana. 

—¿Y desayunar hot dogs es válido? —preguntó en medio de una risa retadora. 

El rubio no tuvo como refutar aquello, así que destapó la botella y dejó que su novio le diera una profunda probada. 

Todo estuvo entre risas y bromas hasta que el teléfono de Eiji vibro sobre la mesa junto a la cama. Este lo tomó y no dudo en contestar al ver que se trataba de su hermana menor haciéndole una videollamada.

—¡Nyoko! Que guste verte —saludó el rubio con emoción antes de salir de la habitación con el desastre de platos. 

Eiji saludó a su hermana y mantuvo la charla con calma por un buen rato. Agradeció a la menor por el regalo que había enviado, y esta comenzó a contarle algo que la mantuvo pensativa durante unos días. 

—Cuando papá compró la botella de sake dijo que también me había traído algo. —comenzó a relatar la pequeña, pero enseguida Eiji noto como sus facciones se endurecían e intentaban relajarse en vano.

—¿Y eso fue...?

—Eiji, pensé que me daría un regalo común o solo una caja de esos chocolates que me encantan. —el nipon desvió un segundo los ojos para ver entrar a Ash en la habitación— pero lo que me entrego fue un gas pimienta. ¡Gas pimienta, Eiji! ¿Sabes lo que es ir a la escuela  con la idea de que puedo llegar a necesitarlo? 

The Gang || AshEiji Donde viven las historias. Descúbrelo ahora