05. El amor, el orgullo y los traumas.

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》El amor, el orgullo y los traumas.

Ash Lynx y Eiji Okumura se hallaban tirados en el suelo del nuevo departamento, uno con las ropas arrugadas y el otro con el pecho subiendo y bajando a toda velocidad.

Habían cajas de cartón rodeándolos, a la espera de ser desarmadas luego de ser despojadas de su contenido con anterioridad. Pero el agotamiento era nublado al ver lo que habían logrado: finalmente acabaron la mudanza. 

El departamento estaba en el séptimo piso, indudablemente. Y tenia unas paredes blancas que, junto a la luz que entraba por los ventanales, creaba el volumen ideal de iluminación en todo el lugar. La vista era maravillosa, ya no se encontraban con paredes de concreto al abrir alguna ventana. 

No fue fácil para ellos conseguir un lugar en tan pocos días, pero sin duda alguna, tener un buen presupuesto gracias al trabajo les hizo la tarea mucho mas sencilla.

Aunque lo mas duro fue desempacar y ordenar, Ash dedicó un par de horas en arreglar su biblioteca, y Eiji tenia un centenar de objetos inútiles por tirar a la basura. 

—¿Por que estabas tan reacio a mudarnos?

Ante la imprevista interrogante Ash dejo a un lado su teléfono.

—No quería despegarme del antiguo departamento. Dormíamos allí desde el primer semestre, así que inevitablemente todo el lugar se lleno de recuerdos importantes. —suspiró, tomando una de las cajas a su lado para desarmarla— Supongo que nunca quise prepararme para dejarlos atrás.

Eiji sonrió con debilidad. Su cabello hecho un embrollo sobre el suelo de mármol. 

—Lo lamento, no note que te estaba apurando en aceptar algo que solo yo quería. 

Pero cuando Ash lo escuchó, negó con la cabeza.

—Ya era hora de un cambio. Ademas, no es valido que sigamos en una calle tan peligrosa aun cuando podemos costear algo mucho mejor. —Dijo, satisfecho de no ver mas cajas a su alrededor— En el otro sitio no teníamos ni garaje propio.

Y sabia que se estaba quedando corto. El edificio nuevo era bien resguardado, y estaba tan cerca de los estudios de NYS que apenas y estarían siete minutos en el auto. Y ni hablar del enorme parque que quedaba a una calle, perfecto para sacar a Nox. 

Con esos pensamientos en mente, el japones se levantó del suelo y abrazó al contrario por la espalda después de palparse la ropa por el polvo. 

—Nuestros recuerdos no se quedaron en el otro departamento. —aseguró, empinándose un poco para dejar un pico en su nuca— Esas memorias nos seguirán a todas partes.

[...]

Al día siguiente y como cualquier otro inicio de semana, llegaron puntuales a los estudios de televisión mientras bebían de sus respectivos vasos. 

No tenían ni la menor idea de lo que harían para el viernes. Y es que podían tener muchas ideas, pero la reciente entrevista a Jasper Deadman causaba que todas ellas se fueran a la basura al ser comparadas y verse insignificantes. 

Pero aun con eso, estaban tranquilos. Las declaraciones de aquel caníbal habían conseguido que toda New York conociera el nombre de Eiji Okumura y Ash Lynx. La ciudad estaba a la espera de lo que viniera, y The Gang comenzaba a ver la luz del día. 

—¡Muchachos! Que bueno que los encuentro.

Ambos se detuvieron para saludar al Señor Wong, quien estaba resplandeciente de alegría, pero su sonrisa desapareció un momento al ver llegar a su hijo por la entrada principal. 

The Gang || AshEiji On viuen les histories. Descobreix ara