12. Una mariposa sin nombre ni alas.

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》Una mariposa sin nombre ni alas.

Estacionó el auto un poco antes de la medianoche frente a la entrada principal del parque que quedaba más cerca del departamento. A esa hora su compañero comenzaba a sentir la incesante necesidad de comer algo y tirarse en el sillón hasta quedarse dormido, pero sus deseados planes tuvieron que ser frenados por esa noche para tener el trabajo como una prioridad.

Por esa zona el tránsito de peatones era reducido, casi inexistente al tratarse de una zona recreativa para sacar a pasear a la mascota o dejar que los niños corrieran hasta aburrirse. Además, quienes conocían las actividades nocturnas que se llevaban a cabo en aquel parque preferían tomar el camino largo a casa y fingir demencia, sin embargo, siempre iba a existir un número amplio de visitantes dispuestos a recibir un poco de lo que allí se ofrecía.

-Nunca imagine que llegaría el día donde buscaría prostitutas contigo. -comentó Eiji mientras observaba el área desde la ventana del auto.

Ash se echó a reír por la confusión que podría generar aquel comentario. Pensó entonces que, no podría vivir experiencias más así de excéntricas con alguien que no fuera el japonés.

-¿Lo has hecho antes? -preguntó antes de mirarlo con curiosidad.

-¿Un trío?, sabes que no.

-¡No me refería a eso! -replico el americano- Hablo de contratar a alguien...

Eiji no tardó en negar con un gesto primero.

-Jamás. Supongo que mi cabeza estaba más enfocada en mantener la beca que en salidas nocturnas. Ademas, no tuve mucho interés por el sexo hasta que te conocí.

-¿Encendi algo en su interior, joven Okumura? -cuestionó con chuleria. Sentía que no había molestado lo suficiente a Eiji durante ese día.

-No te hagas el gracioso, mis calificaciones bajaron cuando comenzamos a salir.

-Y volvieron a subir cuando me enamoraste y conseguiste que hiciera tus tareas. -mencionó Ash mientras miraba el techo del auto. Muchos recuerdos llegaron a su mente en ese momento, cada uno mejor que el anterior.

-¡Ey!, tu jamás hiciste mi tarea, solo te ofreciste a ser el peor tutor del mundo.

Se encargó de revisar la batería de la cámara mientras su novio lo miraba ofendido. Eiji siempre mantuvo sus calificaciones universitarias por arriba de lo adecuado, aunque aquello tuvo ciertos desniveles cuando su vida amorosa empezó a relucir y su cabeza comenzó a distorsionar sus conocimientos previos a cambio de recordar vivamente un color verde en específico.

-De todos modos te graduaste.

Eiji le sonrió como victoria. No sé había graduado con honores como Ash, pero estaba orgulloso de si mismo por haber mantenido su carrera y vida social en un país cuyo idioma apenas y comprendía en un inicio.

No había sido fácil, incluso aún recordaba esas noches en vela donde se echaba a llorar sobre los libros de texto y deseaba regresar a Japón para seguir un plan B que no existía. A veces no lograba estirar el dinero lo suficiente, y unas cuantas más sentía que el amor por su carrera se había esfumado.

Pero logró lo que quería, aunque algunas veces no comprendiera del todo el porqué.

-Ella se ve agradable. -señaló Ash.

Eiji dejó de enfrascarse en sus pensamientos para mirar hacia la oscuridad del parque. Su compañero observaba a una muchacha rubia que a duras penas se le podía ver el rostro, y cuando enfoco más la mirada, Eiji notó un pequeño detalle que le descartaría.

The Gang || AshEiji Donde viven las historias. Descúbrelo ahora