Viendo el PercyJackson-Verso

Capítulo XXIV Noveno Mundo

Percy Jackson a Rick Riordan, así como de cualquier otro elemento de cualquier otra obra, creación que aparezca, créditos a quien corresponda

—Pensamientos—

—Hablando—

<acción>

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Si alguien estuviera en el Olimpo en estos momentos podrían ver las diversas nubes oscuras encima del Olimpo, nubes de tormenta que amenazaban con convertirse en un huracán a pesar de no estar sobre el mar o el océano, así como sentir temblar ligeramente el Olimpo.

Todos aquellos que habían estado observando los mundos que existían además de este, optaron por dejarlo por ello, ya que no estaban en el mejor estado para continuar, ya que los sentimientos o emociones eran desde un inmenso pesar y tristeza hasta negación de creer lo escuchado.

Con la mayoría de los dioses negándose a creer que un semidiós pudiera sobrevivir al Tartaro. No había manera de que pudieran hacerlo, sin embargo también había de asombro e incredulidad, debido a que habían sentido el propio aura que la proyección relataba, la cual también los afecto, pero el Perseo visto ni siquiera le importo, parecía más preocupado por que se le acabaron las galletas. Eso era lo que evitaba que lo tomaran por mentiroso. Pero tambien así que cuestionaran la cordura del hijo del mar y el poder que tendría.

Todos los campistas del futuro estaban afectados por lo noticia de que Perseo fue al Tartaró, algunos de ellos estaban llorando a pesar de que trataron de no hacerlo, otros para desahogarse habían ido a una parte de Olimpo para entrenar, donde descargaron su enojo e ira. AnnabethF, Nico, Thalia, Rachel, y otros eran los más afectados, entre ellos intentaban reconfortarse, lo que no lograba mucho. Solo por Hazel y Frank que les decían que logro salir, tratando de asegurarles que los hizo, evitaba que se rompieran.

Los romanos estaban menos dolidos que los griegos pero igual de sorprendidos, Reyna por un momento había culpado mentalmente a la hija de Atenea, junto con Calypso, así como muchos romanos de que su pretor terminara en el Tartáro debido a la chica, pero debido a que Hazel hablo cuando Atenea había reaccionado actuando como lo había hecho por milenios y culpo al hijo de Poseidon, lo que enfureció al rey de Atlantis y muchos más, pero Hazel hablo antes de que alguien hiciera algo, diciendo que fue todo por la su estatua, que por encontrarla, Annabeth había sido atrapada por Aracne, para llevarse a la fémina de ojos grises con ella al Tartaro, con Perseo había tratado de evitarlo, lo que no puedo hacer, pero haberse salvado él, pero se negó a dejarla ir, así cayó con ella por su propia elección. Eso causo que la ira hacia la Atenea aumentará, solo Hestia evitó que pasara a mayores, haciendo que la mayoría se retirara del salón.

Pero Reyna y Calypso aun culpaban a la hija de Atenea, debido a que fue porque el ojiverde la amaba que fue al Tartaro por propia voluntad, lo que también les causaba tristeza, pero también culpaban a la madre de Annabeth.

Quiron quien después de calmarse, estaba tranquilizando a los campistas de su tiempo, en especial a Percy, Grover y AnnabethP.

Las cazadoras no tenían idea de que hacer o pensar, por primera vez se daban cuanta que había un hombre que no era como ellas pensaban.

Las amazonas sorprendidas y teniendo un mayor respeto hacia Perseo.

Los atlantes, junto con Atenea eran quienes sentían culpa y pesar, con la última al ver que sus acciones le dieron ese destino a su hija, cuyo novio fue solo al Tartaro porque amaba a su hija; con los atlantes parte de ellos culpaban que Atenea ocasionara esto por sus acciones, solo por Hestia es que no la atacaron a pesar de lo tentados que Poseidón y Rodas estaban, ya estaban hartos de que Atenea actuara así con los hijos del mar. Tritón era quien además de enojo, sentía decepción de la diosa de la sabiduría, lo que ella pudo ver en sus ojos, así como en los de Hestia, haciéndola sentir aun más culpable; pero Poseidon y los otros atlantes también sentían era enojo consigo mismos porque habían preguntado a la hija de Plutón que habían hecho tras la caída de Perseo, pero la joven chica dijo que los dioses habían cortado comunicación y ayuda por ordenes de Zeus, solo unos cuantos ayudaron y porque buscaron a los dioses. El enojo con ellos mismos era por inclinarse ante los caprichos de Zeus de nuevo.