Perenne。

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Daxon y yo fuimos al circo, lo estuve estudiando todo ese tiempo y me di cuenta de que de verdad se comportaba como un humano, podría pasar desapercibido.

Regresamos a casa, y él tomo un descanso, ya que él podía auto pausarse.

— ¿Te puedo dar otro beso, Mayte?

Me sorprendió escucharlo ya que yo estaba en el escritorio escribiendo unos informes, volteé a verlo y tenía las manos en los bolsillos de su pantalón, lucia realmente tierno.

—Te gustó besarme ¿no? —le pregunté levantando una ceja.

Se sonrojó más de lo que ya estaba, no podía con él, era demasiado.

Bendito aquel diseñador que le dio el mecanismo de que sus mejillas se tiñeran de ese color.

—Me gusta lo que me haces sentir...—susurró agachando la cabeza

—¿Y que sería eso?—respondí intrigada

—Me haces sentir como si mi propósito en la tierra fuera quererte y hacerte feliz, también despiertas mis sensores más internos.

¿Khé?

Se empezó a reír.

— Bueno, para no confundirte, me excitas— dijo nervioso, hasta que vio mi cara de póker volvió a hablar. — lo leí en internet, busqué mis síntomas y eso apareció —terminó algo avergonzado.

Si que ha estudiado.

—Te ganaste un beso, y de regalo un combo de mordidas.

—¿Mordidas? —preguntó alarmado —se supone que los humanos no son caníbales.— dijo aún más asustado.

Me empecé a reír.

—Ven acá, después te explico.

Él se acercó y lo besé, iba agarrando práctica porque lo sentía aún más entregado y desesperado.

En esos últimos días Beta14 no había echo sus repentinas apariciones, se me hacía raro, pero al menos no interrumpía mis sesiones de enseñanza a Daxon.

Le enseñé muchas cosas.

Mal pensados.

Cosas de la humanidad.

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Lo dejé unas horas solo en mi casa. Tenía que salir a averiguar en la compañía que había pasado con Takahashi.

No pensaba entrar, solo observaría de afuera.

O mejor si, entremos.

Me estacioné y bajé con mi gorra y lentes puestos, me sentía el tipo de You.

Cruce la calle mirando a todos lados, todo estaba normal, la gente caminaba a su ritmo y en su mundo.

Las puertas se abrieron y me extraño no encontrar a ninguna persona en la sala, me dirigí a ver a Kami, pero llegue y en su puesto había otra persona o robot, la verdad ya no sé qué era.

Camine dudosa hacia él, vestía un traje formal y estaba entretenido revisando unos papeles.

Carraspee.

El levantó la mirada y sus ojos eran como los de Daxon, rojos.

Ah, era un androide.

—Hola, me llamo Mayte Rhys, estoy buscando a Kami, la antigua recepcionista.— dije tratando de sonar confiada y segura, ellos eran listos notarían mi nerviosismo.