Perenne。

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Me levanté y me cubrí con mi ropa, y subí a mi habitación sin decirle nada a Daxon.

Me cambié y abrí el portal de la agencia, empecé a teclear para mandarles un correo. Esto era demasiado, ¿qué carajos le pasa a Daxon?

¿Será así cuando esté a la venta?

¿Beta14 estará siempre apareciendo como si nada?

¿Y la privacidad?

Lo envié y cerré de golpe mi lap top.
Me lleve las manos a la cara y gemí por frustración.

Escuché golpes en mi puerta, me paré y la abrí.
Daxon me miraba con ojos arrepentidos y preocupados, me sentí mal por él.

—¿Te lastime otra vez? —preguntó acariciando mi mejilla.

Me tomó de las manos, me llevo hacia él y me abrazo.
Se sentía tan cálido, que yo anhelaba sentir el palpitar de su corazón.

Eso hizo que mis ojos se nublaran, me sentía... fuera de mi.

Esto no debería estar pasando, pero no podía evitarlo desearlo.

Me separé de él y le di un casto beso en sus labios.

— ¿Vamos al cine?—pregunté para aligerar el ambiente.

—¿Segura que estás bien?

Volvió a preguntar con el ceño fruncido.

—De verdad, es solo que siempre me pasa eso después del orgasmo—mentí.

Esa ni me la creo yo.

Asintió.

Pasamos todo el día en la calle, fuimos al cine, después al acuario porque a él realmente le encantaban los peces, después fuimos a comer ramen en el mejor restaurante, a él le pedí su ya típica ensalada.

Llegamos por eso de las 9 de la noche, hacía un poco de frío, me di una ducha rápida y me cambié, prendí mi calefacción pero sentía que yo no entraba en calor.

Me acosté y por primera vez, sentí la cama muy grande para mí.

Me paré y salí a buscar a Daxon, él estaba concentrado en no sé qué cosa en la computadora.

—Daxon, ¿quieres dormir conmigo?— pregunté directamente.

Esa era mi especialidad.

El alzo la vista y sonrió.
Dejo lo que estaba haciendo y me tomo de la mano, caminamos juntos a mi habitación.

La verdad tenía mucho frío.

Me acomodé y él me abrazó en la posición de cucharita.
Me sentía plena y acogedora.

Sentí su nariz en mi nuca, y eso hizo que me erizara. Me dio cortos besos, mientras que con su mano me empezó a acariciar mi estómago.

Respire pausadamente, tenía los ojos cerrados, estaba disfrutando el contacto.

Después su mano bajo y paso por mi vientre, mordí mis labios porque sabía a donde se dirigía.
Se escabulló bajo mi ropa interior y empezó a tocar, suavemente sus dejos jugaron con mi zona sensible, yo sacaba el aire y mi corazón latía sin control.

Acarició mi clitoris e introdujo primero un dedo.

Mierda.

Lo metía y lo sacaba, yo quería más.

—Mete otro— susurré

Él no respondió pero obedeció.

Entonces ya tenía dos dedos dentro de mí, haciéndome enloquecer, aún estábamos en la misma posición.
Paso mi brazo abajo de mi cabeza y con esa mano libre jugó con mis pechos. Los acariciaba, apretaba y mayugaba.

No sentía dolor, pero sin un tremendo placer.

Entonces sentí que introdujo otro dedo, me estaba matando.
Movía su mano extremadamente rápido, el movimiento hizo que empezara a gemir más fuerte.
Entonces él me giro para quedar boca arriba y se puso arriba de mi, aún tenía sus dedos adentro, prosiguió con lo suyo y empezó a besar mis pechos, los chupaba deliciosamente, yo en cambio no podía controlar mis gemidos.

Hasta que llegó mi orgasmo, haciéndome que gritara y él me calló con un beso.

¿Frío? ¿Cuál frío?

Yo estaba extremadamente caliente.

Sacó sus dedos y se los llevó a la boca saboreándolos.
Wow esa vista me puso aún más mojada, que involuntariamente apreté mis piernas.

No decíamos nada, pero era como si nuestras mentes conectaran en saber que era lo que queríamos.

Paso su dedo por mi cuerpo, recorriéndome, trazaba círculos en mi estómago, subiendo por mis pechos y llegando a mi boca, metió uno en ella y yo lo empecé a chupar.
No me dejaba de ver mientras yo tomaba otro dedo y hacía lo mismo.
Después de unos segundos el quito su mano y me beso con más fuerza.

—¿Me creerías si te digo que sentí envidia de mis dedos por estar en tu boca?— confesó entre besos.

Me empecé a reír.

Daxon estaba sintiendo ¿celos?

Eso no era posible.

Pero me encantaba.

—¿Y que quieres que tenga dentro de mi boca?—Susurré coqueta mordiendo el lóbulo de su oreja.

Él sonrió

—A mi "robotín"— mencionó jugando

Alta vergüenza sentí porque él ya sabía como le decía a su pene robótico.

Y en eso me beso con más intensidad, sentí su lengua y junto con la mía nos saboreábamos, me prendía cada vez más.

Pero ALTO

¿Se acuerdan de lo que vi en la lámpara?

Pues si, ese artefacto estaba parpadeando.

Nos estaba grabando. 

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UYYYY

NO OLVIDEN VOTAR

DISCULPEN LOS ERRORES NO SOY EXPERTA.

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