Capítulo 7

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Kohaku abrió sus ojos lentamente, sintiéndose un poco desorientada con aquel malestar mañanero pero hizo un esfuerzo y enfoco su vista para ver en donde se encontraba. Se dio cuenta que ya no estaba en aquel sucio y horrible lugar, si no  en una cómoda cama de tatami con un futón suave y cómodo en una habitación de un tono aperlado, había una cómoda de madera del lado izquierdo y al lado de la cama una pequeña mesa con una lámpara de noche en forma de farol, con dos paneles corredizos del lado derecho, era simple pero agradable, muy estilo tradicional.

No sabía cómo había llegado a ese lugar pero al momento su cerebro rebobino los sucesos, ibara las había vendido a ella y a sus amigas, la semana infernal que pasaron, su intento de escape que falló y que por ello la castigaron inyectando le  no sé qué cosa que la hizo sentir rara y adolorida, la subasta y el que los chicos y Senku las salvarán, también recuerda estar desnuda. Rápidamente elevó la manta y una yukata blanca cubría su cuerpo pero, ¿Quien se la habrá puesto?¿ Y en donde demonios estaba?, Lo último que recordaba es el estar dentro de un auto y a Senku decirle algo pero no alcanzo a escucharlo por qué al parecer se había quedadó dormida.

El sonido de la puerta habriendose captó su atención y por el lumbrar estaba una niña de al menos diez o once años, cabello corto, rubio y unos hermosos ojos café, vestía una yukata azul junto con unas calcetas blancas o "tabi" como se les conocia.

—Oh, kohaku-sama, ya a despertado. El desayuno está casi listo y por eso vine a verificar si usted ya estaba levantada, además de llevarla a tomar un baño, me permite pasar–pidio sonriendo, ella era adorable.

Asintió en respuesta y sin más entró a la habitación illendo directo a los paneles del otro lado, abriendo los dejando entrar el aire fresco y los cálidos rayos de sol. Sintió curiosidad en saber cómo era el lugar  y también quería saber el estado de ruri. Miro a la dulce niña, quizás ella pudiera decirle lo que necesitaba saber.

—Este... disculpa–captando su atencion–¿Sabes en donde me encuentro y como llegue a qui?–pregunto seria–Y...¿Podrías decirme tu nombre?, claro si no es molestia–esto último lo dijo con suavidad, para no asustarla tanto.

—No es molestia kohaku-sama, mi nombre es suika–se inclinó un poco–Y esta es la mansión ishigami, Senku-sama te trajo ayer en la noche junto con chrome-sama y una señorita que se parece a usted–contesto mientras se acercaba a ella.

Sus ojos se expandieron de la sorpresa, estaba en la casa de senku, eso sí no se lo esperaba. Recordó un pequeño fragmento de lo que dijo Senku, que las llevarían a su casa para "curarla" y que además no querían arriengarlas a que ibara volviera a hacerles lo mismo, aún le costaba un poco recordar algunas cosas pero en otro momento trataría de hacerlo por el momento debía averiguar en donde estaba ruri.

Kohaku movió la sabana, acomodando para sentarse a la orilla de la cama, haciendo una ademan con la mano para que la ojicafe se acercara más a ella.

—Entiendo....pequeña suika, ¿podrias decirme en donde puedo encontrar a la señorita que se parece a mí?, ella es mi hermana y quisiera saber cómo se encuentra–pregunto sonriendole, acariciando con suavidad su cabeza.

—¡Oh, así que ella es su hermana, No me equivoque entonces!–alegre por haber acertado en su deducion–Y por supuesto que lo se, ella y chrome-sama están en la sala, si gusta puedo llevarla con ellos después de su baño y así desayunan juntos.

—Si, me encantaría ducharme, me siento sucia y gracias.
Dijo mientras se ponía de pie, tomando su pequeña mano y dejando que la adorable niña fuera su guía pero cuando estaban por cruzar el lumbrar suika se detuvo abruptamente.

–¿Sucede algo suika?.
—¡Si, casi se me olvida de ir por una nueva yukata para usted!–expreso preocupada.

—Oh, pero si con esta estoy bien, no te preocupes. No hay necesidad de conseguirme otra pequeña–le sonrió para tratar de calmarla.

Amar a un Yakuza Where stories live. Discover now