Una Carta a la Luna- KOOKV, YOONMIN, NAMJIN~ Omegaverse

○19○

-Me siento tan felíz por Tae- dijo Jimin tirando su abrigo en el sofa.- Y un solo sin Yoongi- se cruzó de brazos ya que el alfa no habia asistido a la boda.

El palido se habia ausentado a la ceremonia que simplemente habia sido una cena formal entre todos las familias que conformaban el consejo de Busan del cual JungKook era jefe.

Se tiró en su cama desvistiendose y se quedo mirando el techo. Su amigo se habia lucido aquella noche, su suegra se habia encargado de transformarlo completamente y los pequeños eran el centro de atención.

Al parecer todos aceptaron a TaeHyung puesto a que nadie puso objeción ni se escuchan malos comentarios. Quien no aceptaria a un chico que era realmente bueno, no a simple vista causaba desconfianza.

-Ay, Tae. Te mereces a ese alfa- dijo Jimin seguro de que JungKook no haria sufrir a Tae.

Aquella marca en el cuello de su amigo le causaba tanta alegría, la sonrisa de Tae, su seguridad al caminar, su mirada en alto. No era ese timido y sumiso chico que conoció, no, al parecer JungKook era tan fuerte que le brindaba protección a Tae a través del lazo y eso lo hacia felíz.

Un suspiro se escapo de Jimin, un anhelo se fue con aquel aire. Él también queria casarse con alguien que lo haga sentir tan seguro y felíz.

Desde pequeño habia visto a su madre sufriendo cuando su padre los abandonó por un omega. Ya no recordaba el rostro de su padre, lo odiaba porque él vio a su madre sufrir y llorar un lazo roto de un momento a otro.

Aún recordaba las cartas que una vez escribió y todas ellas había una promesa.

"Si haces que mi mama vuelva a sonreir yo seré tu asistente y jamás me enamorare. Si no lo cumplo entonces jamás volvere a tener novio"

Solo era un niño de ocho años que peometio desesperado por dejar de ver a su madre llorar.

Su madre encontró un buen alfa un tiempo después y se casaron. Hasta el momento su madre vive felíz con ese hombre y jamás tuvo problemas que pudieran afectar a su pareja.

Jimin ya había roto la promesa cuando tenia dieciseis años y se enamoró de un alfa de su preparatoria y llegó a ser marcado creyendo que si ya habia llegado hasta ahi entonces estaría bien continuar con la relación. La historia no terminó para nada bien puesto a que este alfa repentinamente comenzó a sentirse muy mal, como si hubieran roto su lazo pero era algo mucho más complejo que eso, su lobo se estaba muriendo.

Jimin dejó Busan para alejarse del alfa sintiéndose culpable y sobre todo demasiado miserable. Se prometió no volver a enamorarse y no aceptar cortejos de ningun alfa por el miedo de lastimarlo como ya habia pasado antes. Su primer alfa se recuperó, lo sabia porque lo vio unos años después con un omega y un cachorro en brazos.

Su hermano le presentó a Hoseok y un tiempo después comenzó a bailar por las noches creyendo en que si era un bailarin nocturno ningun alfa lo querria para alguna relación seria. En su segunda noche conoció a NamJoon quien le ofreció  ser su alfa de celo como si estuviese promocionando un perfume nuevo y accedió solo un año después.

A sus veinticuatro años con solo una historia de amor y una promesa atando su corazón jamás imaginó que caeria ante aquel alfa que no parecía matar ni una mosca. Vio a Yoongi tan incapaz en un principio que acepto las citas sin imaginarse que aquel empezaria a rondar por su mente casi todo el dia.

No le habia consultado a su diosa si podía o no enamorarse de Min, tampoco queria hacerlo ni ilusionarse con una respuesta afirmativa.

Sabia a por como iban llegaria el momento en que Yoongi intentaria marcarlo o le pediría ser su novio. Sabia que no era lo correcto ilusionar al alfa pero se sentía tan felíz viviendo aquello, se sentía un omega nuevamente y no un simple bailarín.